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Marco, corredor coatepecano que superó las drogas gracias al deporte
Marco Antonio Campillo Pérez es un corredor coatepecano que actualmente participa en competencias con causa para recaudar fondos a favor de niños que necesitan intervenciones médicas. El deporte, relata, fue un parteaguas en su vida con el que superó el mundo de las drogas tras ser anexado en tres ocasiones y quedarse sin el respaldo de su familia.
El joven forma parte de Galgos Runner MX, un equipo que recientemente participó en el Trail de las Moras en Oxtlapa, Xico, obteniendo los primeros lugares.
De 26 años, Marco relata que pudo superar las drogas, el alcohol y tabaco a los que se enganchó tras una infancia y adolescencia convulsas por problemas familiares. Paradójicamente, fue un amigo, también víctima de las adicciones, quien lo inició como corredor antes de que optara por el suicidio.
Junto a su coach Roberto Salas León, quien es premio estatal del deporte en la categoría de Fomento, el corredor sostiene que con disciplina y un programa de entrenamiento se pueden superar distintas dificultades y encauzar la vida.
UNA INSPIRACIÓN
Cuando Marco Antonio compite o entrena siempre pasa por su mente Javier Mora, un amigo deportista que se quitó la vida luego de ocupar los primeros lugares en atletismo a nivel internacional, participando en competencias como los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Aquel fue un golpe difícil, pues Marco Antonio frecuentaba a Javier cuando se inició en el atletismo. Era entrenado por el hermano de su amigo y se dio cuenta de que tenía madera para competir desde su primera carrera.
Actualmente, su mejor tiempo es de 31 minutos con 50 segundos en 10 kilómetros, categoría en la que se midió con 5 mil personas más recientemente, quedando entre los diez mejores.
Recuerda que con Javier compartían vivencias de su infancia y experiencias difíciles de superar el consumo de drogas. En el caso de Marco Antonio lo marcó la separación de sus padres y optó por vivir en las calles cuando apenas tenía 13 años.
Sabía que sus amistades eran peligrosas y sus padres lo encerraron en anexos para que no se siguiera juntando con dichas personas. Los vicios de las drogas y el alcohol fueron más fuertes y encontró en estos una “salida” a sus problemas desde que cumplió 16 años.
“Empecé a descarriarme. Me valía, si llegaba a mi casa, pero no me importaba. Como en mi familia tenían problemas, no sabían cómo ayudarme”, cuenta.
Así comenzaron sus rehabilitaciones y en las primeras ocasiones se tranquilizaba un poco, pero se volvía reincidente. Como reza un refrán popular, la tercera fue la vencida cuando a Marco Antonio “le cayó el veinte” que ya no tenía el apoyo de su familia, quienes ya ni lo visitaban para ver su progreso.
Aquello marcó un antes y un después en su vida y aunque fue una transición compleja, sacó del deporte un amor propio que no había experimentado antes. Asegura que se dio cuenta de que antes que cualquier otra cosa estaban su bienestar y el de su familia.
“Ya no había nada ni nadie. Ni amistades, ni familiares, solo la gente que estaba encerrada conmigo era la que me apoyaba”.
Añade que desde niño ha sido una persona trabajadora porque su padre de oficio campesino le enseñó a ganarse el sustento. Aprendió a cultivar caña, café, naranja y otros alimentos y si bien nunca se dedicó como tal al campo, eso le enseñó la importancia del trabajo, que prefirió por sobre el estudio, pues actualmente solo tiene la secundaria completa.
Eso no ha bloqueado su camino en el deporte y mantiene viva la esperanza de que su esfuerzo le pueda dar la oportunidad de representar a Veracruz en competencias internacionales y a La Orduña, el lugar donde nació en Coatepec.
Así, gracias precisamente al atletismo, es que conoció a Javier. “Trato de recordarlo cada vez que corro. Era bueno, salía en fotos compitiendo con los kenianos, pero él representaba a México y a Veracruz en sus playeras y se veía muy bien con sus medallas.
“Se veía bonita su casa y yo quería sentir eso. Hasta ahorita mi casa está llena de medallas, de reconocimientos y gracias a él, a esa motivación de tenerlo en mi mente es que he llegado hasta donde he llegado”.
El joven considera que el deporte también cambió la percepción que las personas tenían de él, especialmente su familia, así como conocidos en Coatepec que ahora lo empiezan a ver como un ejemplo de superación personal.
“El cambio fue mucho y conocí a muchas personas que me han apoyado y hasta ahorita no les he fallado. Mi salud cambió mucho porque me dedicaba mucho al cigarro y cuando entré a las carreras dejé esa adicción. Me di cuenta de que si quería salir adelante tenía que dejar todo, amistades y vicios. Dejé los bailes, las desveladas, las fiestas, dejé de salir mucho, de comer cosas que me hacían daño”.
También se siente orgulloso de su entrenador, Roberto Salas León, a quien admira por sus logros como corredor y entrenador.
FOMENTO AL DEPORTE
Roberto Salas León forma parte del pentatlón deportivo militarizado universitario XXX Zona Veracruz. Nombró a su equipo Galgos Runner MX como una ironía, luego de que se separó del equipo “Liebres Runners Coatepec”.
“¿Quién persigue a las liebres?, pues el galgo”, explica el coach, quien actualmente además de entrenar a su equipo promueve un evento recaudatorio para el 10 de diciembre y que es difundido como “Corre por Melissa”, una pequeña que busca superar una condición médica.
Salas León cuenta que su grupo de corredores inició en la pandemia de covid-19 y fue un éxito total, pues muchas personas se unieron pese a la advertencia inicial de ser muy estrictos.
“Entre cuatro lo fundamos y se empezaron a sumar más y más y más. El chiste es que ahorita ya somos como 70 integrantes”, destaca.
El entrenador posee un premio estatal al deporte que le concedieron en 2013 gracias a sus aportes en diversas disciplinas, no solo en el atletismo. Sostiene que su programa integral permite a jóvenes y adultos salir adelante y mejorar su salud, su autoestima e incluso su ámbito laboral.
Además, también hace énfasis en la técnica, pues refiere que no se trata solamente de correr y terminar las competencias, sino de mejorar los tiempos de cada deportista.
“Así nace Galgos Runner, es gratuito, es voluntario, pero sí somos muy estrictos con el deportista porque se trata de que den lo mejor, que tengan el físico de un atleta y les ponemos nutriólogos y terapeutas gratuitamente para que se motiven a dar lo mejor”.
Propiamente, en el caso de Marco Antonio Campillo reconoce que es uno de sus mejores alumnos, de los que tienen mayor motivación luego de enfocar su vida. El hombre se siente orgulloso de las personas que han pasado por su equipo de atletas, a quienes ayuda a superar sus miedos a la hora de competir.
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