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Les cambiamos la vida: Ángel, rescatista de gatos en Veracruz
Los memes de “Karen” y “Karen macho”, palabras con las que se llama a mujeres y hombres que conviven con gatos, todavía no se hacían virales en Internet, cuando José Ángel Cortina Rodríguez comenzó a rescatar michis en Martínez de la Torre.
El gato, único animal festejado tres veces cada año y poseedor de hasta nueve vidas según la cultura anglosajona, tiene un sitio especial en la vida de José Ángel, quien desde hace ocho años rescata animales abandonados en las calles de Martínez de la Torre, Misantla, San Rafael, Tlapacoyan y alrededores.
“Estamos muy contentos porque podemos cambiarle la vida a un animalito, verlos aquí totalmente felices después de estar en desgracia es muy reconfortante”, dice el rescatista, de 48 años.
Amante de la ternura e independencia de los gatos, inmortalizados por la televisión en personajes como Garfield, Salem, Silvestre y Luna y, recientemente, por las redes sociales, en Kratos, Sakura y Tommy El Gato Mono, José Ángel da refugio a más de 40 michis en su domicilio, también habilitado como albergue.
La carretera a La Poza, a la altura de la localidad de La Piedrilla, en el municipio de Martínez de La Torre, es la ubicación del refugio “Ángeles Guardianes de Los Peludos”, un espacio de dos mil 500 metros cuadrados en el que actualmente habitan más de 150 animales: 110 perros y 48 gatos, todos rescatados por el activista.
“Este lugar se mantiene con la ayuda de gente bondadosa que sabe de esta labor, que sabe de las necesidades y nos echa la mano donando en especie, también apadrinando alguna esterilización”, señala.
Los 48 michis conviven en un espacio de ocho por 20 metros, aislados de los perros. Cada uno de ellos fue rescatado de las calles por José Ángel, quien los esteriliza, los cuida y les da comida todas las mañanas antes de irse a su trabajo como estilista.
Cada gato que llega al refugio “Ángeles de los Guardianes Peludos”, cuya página de Facebook acumula 11 mil 180 likes, es sometido a un protocolo de sanidad para que se le descarten enfermedades que puedan ser adquiridas por el resto del grupo.
La tarea de José Ángel es cuidarlos y buscarles un hogar a todos. Lo mismo con los más de 100 perros a los que refugia en la asociación, un proyecto que nació cuando tenía 40 años, en medio del aumento de animales abandonados en las calles de La Piedrilla.
“Cuando yo salía al parque con mis mascotas, me encontraba con perritos, me daba mucha tristeza verlos solos, desamparados, hasta enfermos y que nadie los ayudara. Fue como me llevé el primer perrito, me llevé al segundo gatito y, cuando me di cuenta, ya era rescatista, ya tenía más de 15 animalitos”, relata.
No poder alimentarlos, su mayor miedo
“Mi mayor miedo es despertar y no tener dinero para comprarles alimento, es mi día a día”, comenta el rescatista.
El refugio “Ángeles Guardianes de Los Peludos” involucra gastos que ascienden a 24 mil pesos mensuales entre el alimento de gatos y perros y la renta del lugar, que también es la casa de José Ángel. El albergue resiste gracias a las donaciones en efectivo y en especie que el rescatista recibe.
Para José Ángel, su trabajo como estilista es insuficiente para que los gastos del refugio puedan solventarse. El cuidado de los más de 150 michis y lomitos de la casa le impide que pueda enfocarse al cien por ciento en su negocio.
“Sinceramente, mi trabajo y hasta mi vida social las he hecho a un lado, porque esto de ayudar es totalmente absorbente. Yo estoy 24/7, los 365 días del año con ellos.
"Mi oficio es estilista, por las tardes trato de trabajar para poder tener una pequeña entrada monetaria para continuar con esta labor”, menciona.
La asociación “Ángeles Guardianes de Los Peludos” vivió su etapa más difícil en los primeros meses de la pandemia de la covid-19. Para marzo de 2020, La Piedrilla y los alrededores de Martínez de la Torre se convirtieron en un pueblo fantasma.
En ese entonces, el único par de tiendas abiertas en las que podía comprar la comida de los gatos y perros, encarecieron el precio del alimento. Tan solo en un día gastaba 580 pesos en 15 kilos de comida para los lomitos, precio promedio que se mantiene hasta la fecha.
La adopción es muy baja
De acuerdo con José Ángel, la adopción de gatos y perros es muy baja debido a que las personas no aceptan o cumplen los requisitos. Otros buscan, sobre todo, lomitos de raza, pese a que la mayoría de los viven en el refugio son mestizos.
“La gente no adopta, buscan perros de raza y no se vale que seamos racistas hasta entre nosotros mismos”, lamenta.
Según datos de la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies (AMMVEPE), en el país hay 28 millones de mascotas o animales domésticos, de las cuales más de 23 millones son perros y gatos.
La misma AMMVEPE también reporta que el 30 por ciento de los animales domésticos que existen en el país tienen un hogar, mientras que el 70 por ciento viven en las calles; José Ángel se encarga de darle una casa a los últimos.
“Es más accesible dar en adopción a gatitos que a un perrito, porque el gatito es un poco más independiente”, expresa.
José Ángel se dice un amante de los michis. Disfruta de sus ronroneos, de su ternura, incluso de sus gestos de cariño poco visibles, por ejemplo, cuando suben a su hombro. Sabe que son independientes y, a diferencia de los lomitos, ariscos y frívolos cuando se les regaña.
“Me siento muy orgulloso, porque realmente me doy cuenta que, por estos lugares, llámale Misantla, San Rafael, Tlapacoyan, prácticamente soy pionero en fomentar la adopción entre la gente”, concluye.
ys