• Veracruz

El recuerdo sangriento que marcó a la glorieta de los voladores de Papantla

  • Víctor Toriz
Habitantes de la zona conurbada Veracruz-Boca del río, recuerdan con cariño el monumento, pero también les dejó una sensación agridulce

La noticia sobre el retiro permanente del monumento de Los Voladores de Papantla en la glorieta del paso a desnivel del bulevar Adolfo Ruiz Cortines en Boca del Río, llamó la atención de residentes de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, que por 18 años apreciaron la escultura en el mismo lugar.

El conjunto escultórico fue inaugurado el 11 de septiembre del 2004 por el entonces gobernador Miguel Alemán, como un homenaje a la cultura totonaca que distingue a nivel mundial al estado de Veracruz.

Desde entonces a la fecha, se convirtió en un punto de encuentro que enmarcaba la zona de mayor actividad turística y comercial de la ciudad de Boca del Río; sin embargo, un hecho ocurrido hace más de 10 años hizo que el monumento se asociara a uno de los actos más violentos que se vivieron en la zona conurbada.

En septiembre del 2011 se cumplían siete años de la colocación de la glorieta de Los Voladores de Papantla en Boca del Río, pero ese aniversario pasó desapercibido por un hecho que quedó en la memoria y en adelante se relacionaría con este monumento.

El 20 de septiembre, a bordo de dos camionetas de redilas, dos autos compactos y una camioneta tipo Suburban, hombres armados detuvieron el tráfico vehicular en el paso a desnivel para apilar en el asfalto 35 cuerpos de personas que fueron asesinadas de forma violenta.

El reloj estaba por marcar las 17:00 horas, era martes en un horario en el que comúnmente el lugar reúne a personas que visitaban el centro comercial Plaza Américas.

Las camionetas en donde eran transportados los cuerpos fueron abandonadas en el lugar y sirvieron para colocar una manta en el que se escribió un mensaje a las autoridades estatales en turno.

Las víctimas fueron 12 mujeres y 23 hombres, que de acuerdo con la versión del entonces procurador General de Veracruz, Reynaldo Escobar, fueron asesinados a golpes, a excepción de uno que presentaba una herida de arma de fuego.

El móvil del crimen fue justificado por el funcionario como una disputa entre el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), que para entonces se hacían llamar los Mata Zetas y Los Zetas

Mientras ocurría este hecho, en un hotel que se ubica a menos de un kilómetro de distancia, personal de logística del Gobierno del Estado y del Estado Mayor Presidencial alistaba los últimos detalles para el Encuentro Nacional de Presidentes de Tribunales y Procuradores Generales de Justicia.

El evento reunió al día siguiente a los 32 procuradores de justicia, fiscales y magistrados de todos los estados del país, encabezados por la entonces procuradora General de la República, Marisela Morales.

Al frente del gobierno se encontraba Javier Duarte de Ochoa, quien hoy purga una condena por asociación delictuosa y lavado de dinero en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, pero que entonces criminalizó a las víctimas diciendo: el que mal empieza, mal termina, durante la inauguración del evento.

Felipe Calderón Hinojosa vivía sus últimos meses como presidente de la República, en un gobierno en el que la política en materia de seguridad -cuestionada hasta la fecha- fue el combate al crimen organizado

En las siguientes 48 horas después del hecho descrito, 14 cuerpos fueron abandonados en la vía pública, en calles de la colonia Zaragoza, Vista Hermosa, el fraccionamiento El Coyol y El Barrio de la Huaca; en todos los casos no se realizó trabajo de peritaje por personal de la Procuraduría Regional de Veracruz y los cuerpos se levantaron de inmediato.

La glorieta de los Voladores de Papantla fue desde entonces el referente para aludir al sitio en donde fueron arrojados los cuerpos de aquella masacre, a la que le siguieron jornadas violentas en la zona conurbada.

¿POR QUÉ SE RETIRA EL MONUMENTO?

El monumento de los Voladores de Papantla está formado con un conjunto escultórico de 17 metros de alto, que representa a la figura de la cultura totonaca en una de sus danzas representativas al norte del estado de Veracruz.

Fue creada por el escultor Carlos Espino del Castillo, en una base de cantera sobre la que reposaba una columna de acero envuelta en bronce, la cual luce en la parte superior las cinco figuras de tamaño natural de los voladores de Papantla.

El 12 de mayo fue retirado por los daños que presentaba la estructura debido al salitre y falta de mantenimiento en varios años, ya que el desgaste ponía en riesgo de colapso sobre el arroyo vehicular a las figuras, de acuerdo con dos dictámenes elaborados por separado por la Dirección Municipal de Obras Públicas y el Colegio de Ingenieros de Veracruz.

El 14 de julio se confirmó que no podría ser restaurada y reubicada por el costo elevado. El presidente municipal, Juan Manuel Unánue Abascal, informó que la reparación tendría un costo de entre 10 y 12 millones de pesos, dinero que se destinaría a obras de obra pública y mantenimiento urbano.

En la glorieta del bulevar Adolfo Ruiz Cortines se instalará un trabajo de jardinería que buscará mantener una buena imagen urbana en una de las vías más transitadas de la ciudad.

 

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