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Jazmín: guardiana de bosques en Veracruz que combate incendios

  • Carlos Caiceros
Forma parte de las brigadas que combaten el fuego en las áreas verdes del Pico de Orizaba y la Sierra de Zongolica

Su familia le ha pedido buscar otro trabajo por el peligro que corre cuando se enfrenta a un enemigo que puede alcanzar varios metros de altura: el fuego. Pero Jazmín Balderas Rodríguez no quiere otro empleo.

La joven de 28 años de edad explica que precisamente piensa en sus hermanas y sus padres cuando acude a apagar un incendio forestal. De esta manera supera el miedo que recorre su cuerpo y les insiste a los suyos en la importancia de la labor que desempeña.

Y es que el humo y el calor son agobiantes. Las horas trabajando pueden dejarla exhausta, con hambre y sed. En ocasiones llega a caminar por senderos durante horas para comenzar su trabajo, empleando pico y pala para evitar que las llamas avancen en los bosques veracruzanos

Hace unos meses, Jazmín se integró a las brigadas para salvar los bosques de la entidad, los cuales quiere heredar a sus seres queridos, pues los considera un bien que en su opinión todo ciudadano debería conocer.

Jazmín y sus compañeros se juegan la vida para evitar que el fuego arrase las áreas verdes en el Pico de Orizaba y en la Sierra de Zongolica. Ella es de las pocas mujeres que integran estos equipos.

Su “debut” fue en el incendio en las cumbres de Aquila, en la zona centro del estado. La ingeniera forestal se vio en una de las peores conflagraciones de 2022 que, hasta la fecha, han arrasado con 2 mil 266 hectáreas en total en la entidad.

“Soy soltera, es un trabajo que requiere mucho tiempo”, relata, apuntando que su aspiración es convertirse en un ejemplo familiar y preservar las áreas verdes en la entidad.

Adscrita a las brigadas de la Secretaría de Media Ambiente (SEDEMA) en Veracruz, Jazmín está orgullosa de ser de las pocas mujeres en este ámbito, donde se ve sobre todo a hombres, pues desde su trabajo anterior como proyectista sabía que estaba calificada para combatir en campo. Hoy lo está logrando.

MUCHO TRABAJO

La joven egresada del Instituto Tecnológico Superior de Zongolica (ITSZ) tuvo un ingreso cargado. Tan solo el primer día de sus labores como brigadista combatió no solo el enorme incendio en Aquila, uno de los más serios de este año.

En esa misma fecha hubo tres incendios y con sus compañeros se trasladaron de uno a otro para ayudar en la sofocación.

Su entrada a las fuerzas combatientes derivó tras la determinación de migrar de quienes ocupaban un puesto como el suyo en la corporación. Y aunque le explicaron que las vacantes que había que cubrir resultaban ser un trabajo sumamente pesado, ella lo vio como una de las mejores oportunidades.

Gracias a que su profesión como ingeniero forestal ya contaba con las primeras herramientas y conocimientos para desempeñarse en lo que hoy tanta ama: “En tiempos de incendio no sabemos a dónde nos vamos a trasladar, es pesado”, cuenta.

Sin embargo, el no tener esposo e hijos no ha impedido que su familia se preocupe y la aliente a buscar otro sitio y otro trabajo en el cual desempeñarse, con menos riesgos y con más ingresos.

Pero la pasión que ha encontrado sofocando incendios va más allá de lo que todos se imaginan.

“Me gusta mi trabajo y las personas donde requieren -la ayuda- son muy agradecidos y es bonito ver que salvaste gran parte del bosque y las casas de la gente”, refiere tras recibir un reconocimiento del gobierno del estado como parte de su labor.

FALTA CONCIENTIZAR

Jazmín reconoce los riesgos de ser combatiente. De entrada, las condiciones del clima en tiempos de calor, que es cuando se producen más incendios, no ayuda.

Los brigadistas como Jazmín en ocasiones tienen que caminar hasta dos horas bajo el incesante sol para llegar hasta el punto donde combatirán el incendio, dado que los caminos son tan irregulares que los camiones no pueden pasar.

“Hay ocasiones en que a lo mejor nos ha tocado quedarnos sin alimento, quedarnos sin agua”, relata.

En su memoria también guarda la experiencia de un incendio que se salió de control donde los pobladores exigían la presencia del presidente municipal y que un helicóptero se uniera a las tareas. 

La molestia era tal que los pobladores incluso cerraron las carretas a la comunidad y al cabo del término de la jornada, cerca de las 9 de la noche, no querían dejar que los brigadistas se marcharan.

Cansados y con hambre, los héroes forestales incluso recibieron amenazas de que sus vehículos iban a ser quemados.

“La gente reflexionó que el helicóptero no es algo que nosotros mandamos y estamos haciendo todo. Nos dieron las gracias y nos dejaron pasar. La desinformación es peligrosa. Incluso el helicóptero debe tener las condiciones para poder ir a los incendios”, relata.

Pero no todo es tan malo, también se han encontrado con personas de las comunidades o presidentes municipales que sí los apoyan con alimentos y bebidas, dado que en ocasiones los incendios tardan hasta cuatro o cinco días en ser eliminados.

“En un incendio grande en el municipio de Tlaquilpa de tres días de duración y la gente apoyó muchísimo. Llevaba alimentos y comida a cada momento; fue una experiencia ver cómo la comunidad se unía y nos aceptaron y cómo ayudaron demasiado. Fue muy grato de ver”.

Y aunque la temporada de incendios ya pasó, el trabajo no se detiene.

“Seguimos trabajando en prevención, que es tanto hacer brechas cortafuego; podas, donde la gente cree que su bosque está en peligro podemos hacer podas si ellos lo requieren.

“También hacemos prevención cultural. Pláticas a las comunidades y los propietarios y a escuelas donde también se han requerido”, acota.

En ese sentido, la brigadista opina que hace falta una auténtica campaña de concientización a la población para que, más allá de volverse voluntarios en el momento de los incendios, entienda la magnitud de la importancia de los bosques y trabaje en la prevención.

“Es peligroso que traten de ayudar, pueden a lo mejor provocar más riesgos, pero apoyando con alimentos, agua y cosas así, podría mejorar la condición de nosotros como brigadistas”, reflexiona.

SER MUJER BRIGADISTA

Jazmín recibió hace poco un reconocimiento a su labor, debido al trabajo que ella y sus compañeros realizaron en la pasada temporada de incendios.

Y si bien es cierto que es de las pocas mujeres haciendo el trabajo, dado que reconoce lo pesado que resulta, sabe que, en su caso, su carrera forestal resultaría clave en el ingreso a las filas de los brigadistas, es decir, que estaba calificada para el puesto.

La joven hizo parte de los 9 mil 428 días en los que se requirieron personas, mismas que fueron empleadas en la atención de los 251 incendios forestales que afectaron 2 mil 266 hectáreas en la entidad en lo que va de 2022. 

De acuerdo con el titular de la promotoría de Desarrollo Forestal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) en Veracruz, Héctor Mota Velasco, ello representa un decremento del 70 por ciento de la superficie afectada y número de incendios, con relación al año anterior.

Ello implica que, en la pasada temporada de incendios, la entidad se posicionó en el noveno lugar en número de incendios, pero también en el 23 en cuanto a superficie quemada.

“Esta disminución es en buena parte el resultado del trabajo coordinado de quienes integran el Comité Estatal de Manejo del Fuego

“También el contar con personal capacitado y la gran disposición para la atención de estas contingencias”, destacó.

Mota Velasco coincide con Jazmín en la necesidad de sumar a la población para evitar las prácticas dañinas en el uso del fuego y también disminuir las causas por las que se originan los incendios.

En ese sentido, Jazmín refiere que siempre piensa en sus cinco hermanos a la hora de estar apagando un incendio.
La joven lo que quiere es dejarles a ellos un mundo donde puedan respirar aire limpio y los bosques estén protegidos.

“Sí, para que ellos algún día gocen de ver un bosque bien. Eso me gustaría dejarles hoy”, dice.

 

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