- Xalapa
¿Adónde me voy? Xalapeños sin poder desalojar edificio a punto de caer
Cuando Marco Antonio Rodríguez Campos se asoma a su ventana, puede observar un desfiladero. Desde hace días los cimientos en la unidad habitacional Nuevo Xalapa quedaron expuestos a causa de las lluvias.
Alejandro Isidro Sánchez Marín también tiene un departamento en el edificio Alhelí 1. El jubilado afirma que, aunque las autoridades le recomendaron marcharse, si el inmueble se cae ya no le importa, pues es su único patrimonio.
Unos metros abajo, trabajadores contratados por el gobierno estatal realizan un muro de contención que podría salvar sus hogares y sus vidas en una obra de más de 25 millones de pesos.
Y es que el daño a las estructuras de la unidad habitacional, cercano a la Dirección General de Servicios Periciales, no es una cosa menor.
A la vista quedan los cimientos que han sido evidenciados por los escurrimientos propios de la temporada y que amenazan con agravarse.
Los afectados han advertido que sólo aceptarán un trabajo bien hecho de parte de la autoridad pues están de por medio sus vidas.
¿A DÓNDE VAMOS A IR?
Marco Antonio narra que desde el paso del huracán Grace el año pasado -21 de agosto de 2021- el edificio donde tiene su patrimonio sufrió daños importantes que entonces fueron notificados al ahora exalcalde, Hipólito Rodríguez Herrero.
Sin embargo, el edil, de acuerdo con los afectados, no les hizo caso. La situación no ha sido distinta con la nueva autoridad municipal. Pese a que llevan más de medio año al frente del gobierno, apenas hace escasas dos semanas iniciaron labores de contención.
La respuesta, que se dio casi un año después, llegó tarde. Este 4 de julio iniciaría la construcción de un muro de contención de 18 metros, pero las lluvias provocaron un nuevo deslizamiento que sepultó el material con el que se iba a construir la obra.
“Protección Civil como siempre vino y pegó un panfleto ahí que desalojáramos, pero desalojar a dónde. ¿A dónde me llevo todas mis cosas ahorita?
“Además dicen esto, pero no ofrecen una opción o algo”, recrimina molesto Marco Antonio.
Explicó que los vecinos requieren una solución de parte de la autoridad en lugar de siempre escuchar la recomendación de marcharse de sus viviendas, que en su caso ha sido suya por 10 años.
“¿Cómo vamos a desalojar, si no lo compré con corcholatas?”, cuestiona nuevamente.
Aseveró que al preguntar a PC sobre qué les ofrecen a los habitantes para dejar sus casas, solamente le han manifestado que su papel es advertir “sobre cualquier cosa que pasara”, pero nada más.
Cuestionó las prioridades que tiene el ayuntamiento en plena época de lluvias, señalando que “pintar las calles” no es una necesidad urgente, puesto que hay otras colonias y edificios como el suyo, que se encuentran en riesgo de una tragedia.
SI SE CAE ME VOY CON ÉL
Por su parte, Alejandro, quien trabajó más de 30 años en una empresa de autobuses foráneos, recuerda el estruendo que escucharon en las primeras horas del amanecer del 4 de julio y supo que las cosas no andaban bien cuando se quedó sin luz en su departamento.
El adulto mayor reconoce que el edificio donde habita se puede venir abajo, pues la construcción no es propiamente la mejor.
Sin embargo, admite que no puede irse a otro lado a diferencia de otros vecinos que ya tomaron un rumbo distinto desde el primer derrumbe del 2021.
“Llevo 29 años, desde que me lo dieron, el departamento estaba nuevecito. Yo soy el único que se ha quedado, aquí se crio mi familia”, rememora.
El jubilado, quien cuenta que es alegre y le gusta mucho bailar, tanto que ya no teme a la muerte, enfatiza que si el edificio se cae “yo me voy con él”, pues no tiene otro patrimonio ni lugar a donde irse.
No es este el único problema que atraviesa la Unidad Habitacional en cuestión; desde septiembre del 2021, habitantes del edificio Texolo, ya habían advertido de las malas condiciones en que estaba el muro que contenía al cerro colindante con los departamentos.
Y es que, a principios de año, un alud de tierra dejó sin salida a trabajadores durante la construcción de un muro de contención, algo de lo que se salvaron trabajadores que ya laboran en la obra para el Alhelí 1.
Otro de los edificios donde se ha advertido un riesgo serio es el Xolostla. Ahí, nueve series de departamentos corren peligro junto a sus habitantes, quienes ya han informado a la autoridad.
Por toda la serie de riesgos en aquella unidad, el gobierno del estado suscribió el pasado 16 de mayo el contrato SIOP-OP-PE-015/2022-DGCOP con la empresa Rawen Ingeniería S.A. de C.V.
Dicho contrato establece la construcción de tres muros de contención para las unidades habitacionales Xalapa 2000 y Nuevo Xalapa.
En el documento, que hace parte de la licitación pública estatal 001-2022 se establece que el gobierno estatal pactó un pago de 25 millones 624 mil 16 pesos, aunque en la versión pública no están a la vista las condiciones de cómo sería el pago.
Y si bien es cierto que los vecinos afectados exigen soluciones inmediatas, es de destacar que las obras para dichos muros fueron pactadas para 150 días calendario; es decir, que iniciaron el 20 de mayo y concluirán el 16 de octubre.
Para el caso de la zona en la que habitan los más recientes afectados, de acuerdo con los datos a los que han tenido acceso, se construiría un muro de contención de hasta 18 metros de alto.
Sin embargo, parte de esos materiales, como se indicó, quedaron sepultados por el deslizamiento producto de las lluvias del pasado lunes cuatro de julio por la madrugada.
De acuerdo con un diagnóstico elaborado por la Dirección Municipal de Protección Civil, Nuevo Xalapa está en la lista de las 94 colonias con riesgo muy alto precisamente por los deslaves.
Entre todos quienes viven en Nuevo Xalapa, Alejandro Sánchez Marín no tiene miedo de morir, ni siquiera sepultado, aunque admite que espera que el problema se solucione. Mientras tanto reza frecuentemente a San Rafael Guízar y Valencia por él y su familia.
“Si tiene que pasar, pues ya pasará”.