Xalapa, Ver.- Estudiar y graduarse de la Escuela Veracruzana de Cine Luis Buñuel de Xalapa durante la pandemia no fue fácil, pero ello no desalentó a Oscar Alejandro Castellanos Rojas para realizar sus primeros trabajos como profesional.

A pesar de las medidas restrictivas, el joven cineasta conformó un equipo de creadores con sus compañeros de la carrera y ahora realizan en conjunto sus primeros trabajos para competir en concursos.

El creador admite que egresar de la Licenciatura en Cinematografía implicó la obligación de adquirir experiencia a como diera lugar.

Ellos fundaron Girandova Producciones y con el cortometraje “El Llanto de las Ranas” resultaron ganadores en un concurso a nivel estatal.

Este trabajo lo realizó Óscar con Gigi Barcelata Quirarte y Eugenio Soto, también graduados de la licenciatura, contando con la participación de la actriz independiente Denisse Martell y la pequeña Erandi Luna, quien aparece a cuadro.

“Hace un año terminamos la carrera de Licenciatura en Cinematografía y desde entonces hemos estado moviéndonos, haciendo cosas”, explica Óscar Castellanos.

Aunque no pertenecen a una misma generación, los jóvenes consideran que “el destino los juntó”:

“Empezamos a filmar algunos cortos y justo en el que estamos desarrollando se nos presentó la oportunidad de entrar a esta convocatoria y entre los tres armamos el proyecto, porque regularmente se requiere más gente, más personas, más equipo y para éste lo hicimos entre los tres y nos consolidamos como este equipo de trabajo que está buscando más oportunidades”.

Castellanos Rojas consideró que el trabajo de cineasta implica vivir en una continua actividad y buscar oportunidades como lo fue el Festival de Cortometrajes Ambientales “Cine verde”, que estará proyectándose en salas de cines del Estado.

“Es al mismo tiempo experiencia, que es lo más valioso en nuestro lugar de trabajo: acumular experiencia es filmando cosas y no dejar de presentar”, opina.

PANDEMIA Y CINE

La graduación de Eugenio, mayor que sus compañeros, coincidió con el inicio de la contingencia sanitaria y ello implicó buscar oportunidades laborales en medio de una parálisis de actividades económicas en el país y en el estado, entre estas las culturales, artísticas y de entretenimiento.

“Yo sí pasé el primer año de pandemia sin filmar, sin tocar una cámara. Era como de repente esas crisis que llevó estudiando cuatro, cinco años para hacer algo y ahora resulta que, por cosas mundiales, no se puede hacer”, recuerda respecto a su situación en 2021.

Dijo que la vuelta a las actividades presenciales implicó a los creadores un “respiro” y retomar todo con más tranquilidad.

En el caso de Óscar, su generación acudió a las clases virtuales durante el pico de la pandemia y así concluyeron sus estudios en la Universidad Veracruzana (UV).

“De por sí es más difícil todo, para hacer cine necesitas mucho dinero, tiempo y al inicio no lo tienes. Estábamos viendo que algo estaba ocurriendo en nuestras vidas, que íbamos por buen camino, que ya empezábamos a filmar cosas”, menciona.

Admitió que transitar a las actividades en línea implicó incluso “revisitar” conceptos teóricos ya vistos en un intento por postergar la parte práctica de la carrera.

“Si la pandemia dejó algo bueno fue que nos obligó a abordar el cine desde lo teórico, lo planeado y poner más ojo al guion, a los documentos, pero la pandemia nos facilitó tener todo el tiempo del mundo para tomarnos en serio los documentos que es donde nace el cine realmente”.

Y es que, si bien el cine se filma en el set o la locación, la planeación previa determina la calidad del rodaje y en último término la película, además de explorar la escritura y los escritos de cada cinta.

“Entonces estar encerrado, en tu casa, con tu computadora, te obliga a encontrar una manera creativa de sobrellevarlo”.

SETS SANITIZADOS

Los jóvenes coinciden en que regresar a la normalidad permite a los cineastas filmar de una manera más estructurada, con sets bajo protocolos de higiene y desinfección, con mayor orden para los creadores y el elenco.

“Ha sido muy difícil porque están los contagios, nuevamente vuelven a ocurrir, hay que cuidarse muchísimo más. Sí ha sido difícil, pero ha habido cosas buenas en cómo trabajamos y cómo hacemos cine”, agrega.

Para la actriz Denisse Martell resultaba un poco lejano pensar en el cine, dado que su formación estaba más dirigida al teatro, sin embargo, la pandemia le permitió un mayor acceso a talleres y a cursos.

“Si hay algo bueno que la pandemia dejó es que incentivó a todos estos talleres, todos estos cursos, que suelen ser carísimos y conoces gente, se han vuelto más accesibles”.

Los jóvenes participaron en el Festival de Cortometrajes Ambientales “Cine Verde”, organizado por la SEDEMA y tener dicha oportunidad fue casi “de casualidad”.

Tardaron dos semanas para definir el proyecto, aunque la temática principal gira en torno al agua, por medio de la proyección “El Llanto de las Ranas”, filmada en La Laguna de Alchichica y la de El Farallón, sobre el cuidado y la conciencia del agua.

Este cortometraje triunfó en la categoría profesional y los primeros lugares, junto con los trabajos en la categoría de aficionados, podrán verse en diferentes salas de cine de la entidad.

fp