• Veracruz

Mario, exmilitar que hoy corta el cabello en el puerto por 35 pesos

  • Ángel Cortés Romero
Mario Alberto Baxin ejerce junto con su esposa el oficio de peluquero que aprendió durante su paso por el Ejército Mexicano

Mario Alberto Baxin sostiene la cabeza de un hombre al que le corta el cabello al estilo de la milicia mientras una hilera de clientes espera su turno en los asientos de la Peluquería Flores, donde resistió con su negocio el embate de la pandemia de la covid-19 en el puerto de Veracruz.

El ruido de la máquina rasuradora rompe el silencio en un local ubicado en la esquina de las calles Esteban Morales y Miguel Hidalgo, en el Centro Histórico de Veracruz, en donde Mario ejerce el oficio de peluquero que aprendió durante su paso por el Ejército Mexicano.

“Pase, por favor”, le dice Mario a otro de sus clientes mientras, a un costado, su esposa Rufina también corta el cabello a un hombre.

En medio de las alarmas por una quinta ola de covid-19 en el estado y en México, la pareja, casada desde hace 15 años, mantiene el uso de cubrebocas y la colocación de gel antibacterial a los clientes a la entrada y salida de la Peluquería Flores.

Todavía hay clientes que, como al principio de la pandemia, esperan su turno fuera del establecimiento para evitar convivir con quienes aguardan adentro de la peluquería, por el miedo a contagiarse del virus SARS-CoV-2. 

De acuerdo con el artículo “Llegó la quinta ola del coronavirus a México”, publicado el 9 de junio de 2022 en la Gaceta UNAM, Veracruz es unos de los estados que registra un alza de contagios y casos activos de covid-19 en la última semana.

Además de Veracruz, los estados de Baja California Sur, Sinaloa, Ciudad de México, Estado de México, Nuevo León, Jalisco, Tabasco, Puebla y Sonora también registraron un aumento de casos, según reportes de la Dirección General de Epidemiología (DGE) de la Secretaría de Salud federal.

La alerta de una quinta ola en Veracruz se reporta seis meses después de que Mario experimentó una recuperación económica con el regreso paulatino de sus clientes a la Peluquería Flores, cuando la Secretaría de Salud del estado ya aplicaba una tercera dosis de la vacuna anticovid.

Al cierre del primer trimestre de 2022, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, delegado de programas federales de la Secretaría del Bienestar en Veracruz, reportó un 83 por ciento de avance en las jornadas de vacunación contra la covid-19 en el estado.

Según Mario Alberto Baxin, quien actualmente tiene 46 años, la pandemia de la covid-19 provocó que sus clientes se alejaran de la Peluquería Flores por varios meses debido al miedo de contagiarse del virus en un lugar pequeño y cerrado.

“Nos limitamos a cerrar un poco más temprano, porque la gente dejó de venir. También escaseó un poco más el trabajo. Veníamos cerrando a las cinco porque ya no había nada de trabajo”, relata.

La Gaceta Oficial del Estado publicada el 22 de junio de 2020, tres meses y cuatro días después del registro del primer caso de covid-19 en la entidad veracruzana, indica que las peluquerías, estéticas, barberías y similares fueron consideradas como actividades esenciales por la Secretaría de Salud.

Para Mario y su esposa Rufina, el protocolo de prevención de la covid-19 les permitió que la peluquería se mantuviera abierta mientras otros locales, cercanos a la zona de mercados del puerto de Veracruz, cerraban debido a que su actividad no fue considerada esencial.

“Nosotros nos quedamos. Pasaban de largo, no nos miraban, fue lo que nos ayudó, por eso seguimos trabajando”, menciona.

Otra opción para los trabajadores de peluquerías, estéticas, barberías y similares fue la atención a domicilio con cita previo, sin embargo, Mario decidió quedarse en su local manteniendo el costo de 35 pesos por corte para que sus clientes tampoco resistieran el golpe económico que para entonces causaba la pandemia

Para Mario y su esposa fue una fortuna que durante los meses donde la curva de contagios de la covid-19 alcanzó su mayor pico, la dueña del local donde tiene su peluquería desde hace 14 años bajó el costo de la renta.

 

Peluquero por emergencia

Mario Alberto Baxin, originario del municipio de San Andrés Tuxtla, ubicado en la región de Los Tuxtlas, en el sureste del estado de Veracruz, se enlistó a las filas del Ejército Mexicano en el año de 1988, cuando sólo tenía 15 años.

El 1 de enero de 1994, cuando el gobierno de Carlos Salinas de Gortari celebraba el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, insurgentes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), tomaron cinco municipios de Chiapas.

Los zapatistas, procedentes de los pueblos Tzeltal, Tzotzil, Chol y Tojolabal, de la familia maya, encabezados por el subcomandante Marcos, se rebelaron de forma armada para exigir “trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz”.

En respuesta, el gobierno federal de Salinas de Gortari envió a elementos del Ejército Mexicano para sofocar la rebelión. Entre ellos estaba Mario, quien ya con seis años en las filas de la milicia viajó con las tropas al estado de Chiapas.

De la tropa con la cual fue enviado al sureste mexicano, ninguno de los soldados era peluquero, por lo que no hubo nadie que pudiera cortarle el pelo a ras de piel a sus compañeros, de la manera en que se usa en el Ejército Mexicano. 

Fue entonces cuando en la primera oportunidad que tuvo Mario decidió comprar una máquina rasuradora para ser él quien les cortara el cabello a sus compañeros en medio de la guerrilla entre los zapatistas y el ejército. Se conformaba con cinco o diez pesos, un refresco o algún alimento, pues no les cobraba el servicio.

“¿Eres peluquero?”, recuerda que le preguntaron cuando intentó cortarles el cabello a los soldados por primera vez. “No, pero voy a serlo”, fue su respuesta.

Mario continuó en la milicia como peluquero de soldados hasta que abandonó el ejército aproximadamente a sus 30 años, cuando llegó al puerto de Veracruz buscando trabajo para enviarles dinero a sus hijos, que entonces estudiaban la preparatoria.

“Yo aquí llegué buscando trabajo a una peluquería que se llama La Ondina y me dijeron que no, que no había trabajo, pero cuando yo les dije que estuve en la milicia me dijeron ‘regrésate’. Me puse digno, ya no regresé. Me fui a buscar trabajo a otro lado y me dijeron ‘pues quédate’ y ahí empecé”, narra.

Antes de abrir su propia peluquería en Esteban Morales y Miguel Hidalgo, en la zona centro del puerto de Veracruz, Mario trabajó en otros dos establecimientos, uno ubicado en la zona de mercado y otro en la calle Bravo.

Ni la pandemia ni la invasión de Barber Shops en el puerto de Veracruz acaban con la tradición en la Peluquería Flores, inconfundible entre los caramelos o postes de barbero, visibles a lo lejos con sus colores rojo, blanco y azul.

 

ch