Coatzacoalcos, Ver – Una cruz de madera rustica cargada por cuatro hondureños iba al frente del contingente, donde no importaba si eran de México o extranjeros, pues solo tenían una petición, pedir la intercesión de Dios en su travesía.

Se trata del viacrucis del migrante, que después de dos años se volvió a realizar de forma presencial en Coatzacoalcos, ahora que han disminuido los contagios de covid-19 entre la población.

Eran al menos cien personas las que marcharon en compañía de los integrantes de la Diócesis de Coatzacoalcos, y el padre Joel Ireta Munguía encargado de la casa del migrante.

Recorrieron catorce estaciones y concluyeron en los bajos del puente de la Avenida Uno, donde el padre aseguro que, durante el 2021 más de 22 mil migrantes cruzaron el sur de Veracruz y fueron atendidos en la Casa del Migrante de Coatzacoalcos. 

Con este recorrido, pretenden hacer conciencia entre las personas mexicanas, sobre el duro camino que atraviesan los migrantes en su búsqueda de llegar a los Estados Unidos.

“El migrante es despojado a través de la pobreza y la difícil situación que viven en su país o dentro de México; y lo que muchos gobiernos y otras personas entienden en que tienen derecho a emigrar y recorrer su camino, por ello buscamos concientizar con este recorrido”, expresó el padre.

En lo que va del primer trimestre ya van cerca de 2 mil 300 migrantes en la región, en su mayoría de Venezuela.

”Sentí el llamado de Dios que me invitaba a cargar la cruz” : Henry de Honduras

A pesar de que fueron menos de cien extranjeros los que cantaban y rezaban en el recorrido celebrado la mañana de este viernes 8 de abril, todos concluyeron con el viacrucis.

Al frente de la Cruz iba Henrry Dalí Torres originario de Honduras, quien aseguro que, desde antes de comenzar, “sentí el llamado de Dios que me decía que tenía que cargar la cruz”.

“Yo siempre le he servido a Dios, desde mi tierra (Honduras) y Él siempre me ha cuidado y desde julio que salí de mi país no me ha pasado nada, por eso le agradezco a Dios y este día sentí como me hablo y me dijo que debía participar cargando su cruz”, expresó Henrry.

Henrry pidió a Dios que cuide a su hija y su pareja en Honduras, pero también que le permitiera llegar a su destino sano y salvo.

A su lado, caminaba Edwin Alexander Hernández, también proveniente de Honduras, aseguró que es la primera vez que participa en este recorrido, donde narró que su experiencia fue única.

“Yo sentí que me recorrió un escalofrío en todo el cuerpo mientras cargaba la cruz y le dije a Dios que me cuide y que lo haría en agradecimiento por su protección”, reiteró.

Para finalizar el padre Joel emitió un mensaje de aliento a los migrantes y entregaron desayunos a todos los participantes.