“Yo entraba a la cancha y los señores se salían”, dice Elizabeth al narrar las primeras veces que intentó jugar frontón en el puerto de Veracruz, uno de los deportes practicados en su mayoría por hombres.

Desde pequeña, a Elizabeth Hidalgo Lascuráin se interesó por los deportes donde las mujeres no tenían permitido participar. Ella no entendía por qué si ambos, a su juicio, un hombre y una mujer cuentan con la misma capacidad.

“Siempre me ha gustado un poco este tema, de hacer deportes donde no estaba tan permitido que las mujeres tuviéramos esta participación, entonces desde que estuve chica el interés fue por el fútbol”, cuenta.

El primer deporte que practicó fue la gimnasia artística, después el futbol, donde realizó una trayectoria de 10 años representando al estado de Veracruz en competencias nacionales e internacionales.

Después de los 18 años conoció uno de los deportes que la llevaría al reconocimiento internacional y con el que abriría el paso para que más mujeres se interesaran y fueran admitidas en el frontón o pelota vasca, como se le conoce internacionalmente.

“Fui la primera mujer que empezó a jugarlo aquí en el puerto, porque desgraciadamente yo quería jugar y no había con quien jugar, entonces un poquito ahí como que donde me dicen que no se puede, digo: cómo que no se puede y ahí empiezo a jugar”.

Con el paso del tiempo se preparó con cursos para ser árbitra, hasta que en el 2014 la Federación Internacional de Pelota Vasca (FIPV) la invitó a ser la primera árbitra en dirigir un Campeonato Mundial de la disciplina.

Ese mismo año participó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014, donde fue gerente de los juegos a cargo de la competencia de frontón y de boliche, al siguiente año fue la primera mujer en ser parte de la Comisión de Arbitraje.

Todo esto ocurrió cuando todavía era estudiante de la Universidad Veracruzana (UV) en la licenciatura de Educación Física.

Pero para llegar a ese punto, cuenta cómo tuvo que derribar barreas machistas que le impusieron en su propio estado, donde no se encontraban acostumbrados a ver a una mujer practicar este deporte.

“Cambiar eso es muy difícil. Desde que yo empecé a jugar aquí siendo, pues chavita, yo entraba a la cancha y los señores se salían (…), cambiarle el chip a los más grandes está difícil. Y luego pues te vas a niveles internacionales y te das cuenta de que sigue siendo lo mismo”, dice.

Elizabeth está consiente que, para cambiar la ideología de las personas, con respecto a la inclusión de las mujeres en el deporte y en cualquier otro ámbito, es importante comenzar con las nuevas generaciones.

“Criar a las nuevas generaciones con otro chip y como a mí me tocó ver una mamá que sí puede, que mi hijo vea a una mamá que también puede”, comparte. 

Lucha para que más mujeres tengan reconocimiento en el deporte. 

Después de ser la pionera en ingresar a este deporte como árbitra, actualmente existen otras mujeres y niñas quienes se adentraron a practicar el frontón.

“El año pasado fui a un campeonato en Valencia, España, donde había seis mujeres árbitras; es importante que estén ahí de países diferentes y que nos estén brindando esta oportunidad y que ya haya normativas”.

Elizabeth es parte de la Comisión Mujer y Pelota, donde realizan seminarios para invitar a las mujeres a que se unan a algún deporte, así como analizar cómo la situación deportiva de las mujeres en diferentes países.

Elizabeth asegura que aún queda mucho camino por recorrer para que las mujeres tengan el reconocimiento dentro de cualquier deporte y sean aceptadas y tratadas como iguales ante la sociedad.

“Es importante continuar esta ruedita, este impulso que se lleva y que las chicas lo aprovechen, las niñas en el deporte en la escuela y en todos los niveles”.

Actualmente ella continúa su preparación en el mundo del deporte, pues está estudiando la maestría en Olimpismo en la Academia Olímpica Internacional.

En esta maestría participan personas de todo el mundo y solo se eligen a 20, quienes tienen la oportunidad de ir hasta la Ciudad de Olimpia en el país de Grecia para cursarla, sin embargo, por temas de pandemia tuvo que tomar las clases en línea.

También espera ser invitada a los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile en el 2023.