• Veracruz

Fernando sobrevivió la pandemia en Veracruz solo con fé y su guitarra

  • Ángel Cortés Romero
Al finalizar el año, el guitarrista mira los meses que sufrió entre bajo turismo, riesgo de contagio y crisis económica

“La guitarra es difícil, pero cuando ya lo traes es más fácil, es un don que Dios te da”, dijo Fernando Rebolledo, quien sobrevivió a la pandemia de la covid-19 tocando canciones con su guitarra en la playa Villa del Mar, en el puerto de Veracruz.


El cantante, de 42 años, pasa los días enteros en Villa del Mar visitando cada una de las palapas y carpas colocadas sobre la playa para ofrecer su repertorio a los turistas que visitan la ciudad. Por cada cien pesos, les canta tres canciones. 


Hace 22 años que la voz y guitarra de Fernando conforman su único trabajo, con el que sorteó la pandemia de la covid-19, en medio de jarochos y turistas que desatendieron las restricciones sanitarias, para seguir ayudando a sus padres con los gastos de la casa.

“Aquí siempre estuvo abierto, aquí vivo… la gente siempre ha venido, poquito, pero hay”, dijo.


Pese al riesgo de contagio en las tres olas que hasta ahora registra la pandemia del virus SARS-CoV-2, Fernando, quien es creyente en Dios, confía en que una fuerza suprema lo protege de enfermarse cuando trabaja en la playa aglomerada por bañistas.


Los ingresos de Fernando varían todos los días, sobre todo desde la pandemia; hoy puede ganarse mil pesos, mañana 400 y pasado mil 500, según su fortuna… El hombre se encomienda a su suerte. Dice que es como la muerte, llega en cualquier momento.


Durante las temporadas bajas, los ingresos de Fernando se reducen a 200 pesos diarios, sin embargo, sabe que “la cantada” es así. A veces hay días buenos, a veces malos.


La guitarra, su vida

“. Y aquella noche corrí en el mejor de los caminos, montado en una potranca fina sin riendas y sin estribo. Y no quiero decir, por hombre, cosas que ella me dijo, porque teniendo marido me dijo que era soltera cuando la llevaba al río” …


Debajo de una palapa, entre una temperatura que alcanzaba los 30 grados en el puerto de Veracruz, Fernando recitaba a un turista los primeros versos de aquella versión de Naila que se hizo famosa en la voz de Lupe Esparza, con Bronco.


La canción remontó Fernando a sus 15 años, cuando un mariachi le enseñó los tonos básicos de la guitarra. De ahí tuvo que aprender solo, poco a poco a prueba y error. A los 20 años supo que la guitarra sería su eterna compañera.

 

“La guitarra para mí es mi vida, es la que me da de comer, anda para allá y acá conmigo”, expresó.


El guitarrista solo estudió hasta sexto año de primaria, pues a sus padres le faltó el dinero para que continuara sus estudios.


“Mis padres no tenían el dinero para poder pagar mis estudios, entonces lo que hice yo es meterme a trabajar para ayudarlos, porque parece nada, porque cuando tú disfrutas a tus padres al millón, te sientes bien contigo mismo”, comentó.


Boleros, rancheros, románticas… Fernando canta y toca por horas lo que le pidan los jarochos y los turistas que visitan la playa Villa del Mar. El costo de sus canciones no suele importarles.


“No repelan porque te escuchan, a lo mejor te repelan al principio porque no te han escuchado, pero una vez que te escuchan ya no te piden seis canciones, te piden seis, nueve, 15, no sé”, señaló.


Para Fernando no hay de otra que hacer bien su trabajo para que la gente continúe contratándole, ya sea en las palapas de Villa del Mar, en algún evento privado o a donde sea que su guitarra lo acompañe.