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La lucha encarnizada por el poder en el municipio más pobre de Veracruz
Este reportaje forma parte del proyecto “Democracia entre balas”, de Mexico Violence Resource Project, un análisis minucioso de académicos y periodistas sobre la violencia y su relación con la política democrática del país.
A Gonzalo Zopiyactle un presentimiento lo agobiaba. Los últimos días de vida sus temores los controló con ráfagas de aguardiente. A sus amigos les pidió que estuvieran con él, pero ya no en cantinas que frecuentaban. Las reuniones fueron privadas y en restaurantes pequeños.
El 29 de marzo de 2021, el exalcalde de Mixtla de Altamirano -el municipio más pobre de Veracruz y el décimo en todo México- salió acompañado de algunas amistades. Se trasladaron 50 kilómetros hasta un negocio de comida ubicado en la comunidad Jalapilla. El lugar era discreto, cercano a un campo de fútbol, pero sus captores ya lo acechaban.
El político del Partido Revolucionario Institucional (PRI) confesó días atrás “a su flota” que voces desconocidas lo habían llamado para amenazarlo.
“Entréganos a tu yerno porque si no va a haber pedos”, le dijeron. “No puedo hacerlo, entiendan, es el esposo de mi hija”, reviró. Después de eso no hubo más. Solo una paz incómoda que elevaba sus pulsaciones.
La tarde de ese lunes, a Gonzalo se lo llevaron con “varias copas encima”, frente a sus amigos, en un establecimiento ambientado con música ranchera. Hasta esa puerta llegaron hombres armados y le hablaron por su nombre. Él salió a dialogar con ellos, pero fue en vano, lo privaron de la libertad a bordo de una camioneta.
Hubo cuatro días sin noticias del exalcalde hasta el dos de abril. Su familia fue notificada sobre su muerte, la más sanguinaria de diez registradas contra políticos de Veracruz en el actual proceso electoral, que en México inició el siete de septiembre de 2020.
Cada una de las extremidades de Zopiyactle Colohua fueron cercenadas por sus victimarios: La cabeza, sus dos brazos, las dos piernas y sus dos manos. Los restos aparecieron en los límites de Zongolica, en la sierra veracruzana, muy cerca de una pluma de seguridad y el restaurante “El 88”.
Junto a su cuerpo, los responsables dejaron bolsas de plástico negras y junto a las bolsas un mensaje con nombres y apellidos de dos comerciantes, un profesor, el actual alcalde de Zongolica, Juan Carlos Mezhua Campos, y el apodo de su yerno, Gerardo “El Sierra”.
El grupo político de Gonzalo, o “Chalito”, como lo llamaban sus amigos, era la apuesta del PRI para gobernar Mixtla de Altamirano. Fue aspirante a la presidencia municipal, aunque declinó porque su partido determinó que su abanderada sería una mujer para cumplir con la cuota de equidad de género.
“Él como sea llegaría al poder, pero detrás del trono”, explicaron sus allegados. Y así fue. La única precandidata registrada por el PRI fue Francisca Morales, su esposa. Ella nunca ha ocupado un cargo público y se dedicaba a labores en el hogar. Sin embargo, las amenazas no cesaron y renunció.
“Esos cabrones no se conformaron, querían a huevo a su yerno”, contaron amigos de la pareja, quienes solicitaron el anonimato por temor a represalias.
Francisca Morales confirmó su renuncia a la candidatura mediante mensajes de texto. Dijo que no quiere dar entrevistas ni saber más sobre política. Con palabras contadas reconoció que teme por su seguridad y la de su familia y que espera justicia por el crimen de su esposo.
El gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador ubica a Veracruz y otros seis estados como los más violentos en este proceso electoral. La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, dijo que las siete entidades acumulan el 53.76 por ciento de las agresiones contra candidatas y candidatos.
De acuerdo con la autoridad federal, Oaxaca acumula 47 agresiones; San Luis Potosí 37; Jalisco 28; Estado de México 27 al igual que Veracruz; Tamaulipas 25 y Guerrero 23.
Organizaciones que analizan la violencia política en México como Etellekt Consultores ven a Veracruz, gobernado por Movimiento Regeneración Nacional (Morena), como la entidad más mortífera del país hasta mayo de 2021. Según la consultora, catorce políticos fueron asesinados, de los cuales ocho estaban inscritos para contender en las elecciones de este seis de junio, entre ellos Gonzalo Zopiyactle y la ahora viuda, Francisca Morales.
El crimen de Zopiyactle, de 48 años de edad, cobra relevancia por dos cosas. El PRI es el segundo partido con más candidatos asesinados en Veracruz (tres casos), solo por debajo de Morena (cuatro). PAN y PRD, suman dos y uno, respectivamente.
Además, la zona de Las Altas Montañas, concretamente la Sierra de Zongolica, se ubica como la más violenta del estado mexicano con cuatro de diez homicidios dolosos. El más reciente es el de Zopiyactle Colohua.
El 13 de diciembre de 2020, Domingo Panzo Tecpile, exalcalde de Tehuipango por el PAN, fue atacado a balazos en un negocio dedicado a la venta de ropa; murió en el hospital. Él era diputado local suplente por el distrito de Zongolica y aspiraba a competir por el mismo cargo en 2021.
El cuatro de marzo de 2021, José Melquiades Vázquez Lucas, exalcalde de La Perla por el PRI, fue acribillado frente al palacio municipal de Mariano Escobedo. Personas a bordo de una camioneta blanca lo atacaron y huyeron. El 10 de septiembre de 2020 su hijo, José Mauro Vázquez Gallardo, también fue privado de la libertad y hallado sin vida con mensajes firmados por la delincuencia.
El 31 de marzo, María Guadalupe Reyes, exdirigente del PAN en Astacinga, fue asesinada a balazos. El atentado se cometió en un terreno de su propiedad. Dos sujetos la hirieron en el pecho y la cabeza. Murió horas después en un hospital de Orizaba. En febrero de 2020 cuatro integrantes de su familia también fueron asesinados en su domicilio.
Cacicazgo y narcotráfico golpean al municipio más pobre de Veracruz
Mixtla de Altamirano es un municipio indígena con 12 mil habitantes que se erige en la cima de la sierra (a mil 650 metros sobre el nivel del mar) pero ha permanecido estancado (por décadas) en el fondo de los indicadores de rezago social.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social (Coneval), Mixtla (Lugar de nubes abundantes, traducido de la lengua náhuatl), es el municipio más pobre de Veracruz, de 212 asentados a lo largo del territorio.
Las cifras así lo marcan: Cuatro de cada diez habitantes en Mixtla son analfabetas. Tres viviendas de cada diez tienen piso de tierra y siete de cada diez no tienen servicio de drenaje. Aun el 5.5 por ciento de las familias no cuentan con excusado; sus necesidades fisiológicas las hacen en letrinas o al aire libre. Y solo el 1.3 por ciento de las jefas de familia han podido comprar una lavadora.
Durante 84 años ininterrumpidos Mixtla fue gobernado por el PRI hasta el 2013; todos sus alcaldes fueron varones. Políticos han instalado cacicazgos, tentados por administrar casi 70 millones de pesos anuales, que los gobiernos destinan para disminuir los niveles de pobreza.
Uno de estos grupos cacicales lo representó Gonzalo Elías Zopiyactle, cuyo padre, Pedro Colohua Tepole, fue dos veces presidente municipal. El político planeaba regresar al poder en 2022, pero sus planes también se vieron mermados por otro integrante de su familia: su yerno, Gerardo R. H.
Amistades del exalcalde identifican a Gerardo como “El Sierra” o “Comandante Sierra”, presunto líder de un grupo de la delincuencia organizada con presencia en Zongolica, ligado a delitos de alto impacto como secuestros, asesinatos, robo de hidrocarburos y narcotráfico.
A Gerardo R. H., “El Sierra”, hombres armados trataron de privarlo de la libertad en tres ocasiones, contaron autoridades y amigos del exalcalde. El 29 de diciembre de 2020 sufrió un atentado.
Aquella ocasión, el yerno de Gonzalo Zopiyactle fue baleado en la carretera Zongolica-Los Reyes, en el lugar conocido como Cola de Pato, cuando conducía un camión de volteo. El joven recibió seis impactos de bala: cuatro en la pierna y dos en la espalda, pero sobrevivió.
“Hablamos de un tipo intempestivo y acelerado. Gerardo estaba metido en el huachicoleo y en otros problemas de drogas, lógicamente con grupos delincuenciales, y dicen que se salió del guacal (hizo cosas incómodas para el grupo que presuntamente pertenecía). Dos veces lo intentaron levantar, pero él es muy cabrón y se les peló”, cuenta un hombre temeroso.
Los amigos de Gonzalo Zopiyactle reconocen que a pesar de que él no sería el candidato del PRI, ya realizaba trabajo político en favor de su cónyuge. En algunas ocasiones acompañado de su yerno, “El Sierra”.
No obstante, rechazan de forma enérgica que el finado haya tenido nexos directos con la delincuencia organizada. “Lo más que puedo decir es que le gustaba mucho la bebida. Era bien flota el canijo chaparro; bien llevadero. A mí siempre me decía ‘¿qué pasó, mi estimado?’ o ‘¿cómo estás, mi estimado?’".
Priistas coinciden con las referencias de los habitantes de Mixtla. “Gonzalo podía empezar a beber desde las ocho de la mañana, pero nunca dejaba de atender su trabajo (cuando fue alcalde). Yo podría decir que era un mariscal de campo. Desde su casa coordinaba todo; entrega de apoyos, supervisiones de obras, de todo”, contó Ramón Reyes, secretario de comunicación institucional del PRI.
La campaña de Francisca Morales, esposa de Gonzalo, representa otro fenómeno característico en las regiones rurales. Muchas mujeres figuran ante las instancias electorales como titulares de las candidaturas, pero en realidad quienes gobiernan son hombres de su familia o líderes políticos.
Francisca es una mujer silenciosa y reservada. En reuniones en la casa del exalcalde solía preparar el almuerzo y café de olla. Gonzalo era quien iba hasta la cocina por lo que su esposa guisaba. El priista representaba la figura cacical que en la sierra no distingue colores ni corrientes políticas.
“Cuando íbamos a su casa la señora saludaba y con la misma se regresaba a la cocina. Ahorita no iba a tener problemas para hacer campaña y dar discursos, pero pues todos los iba a armar Chalo”, refirieron los entrevistados.
La postulación de Francisca tampoco es un caso aislado ni fortuito. La reportera Isabel Ortega documentó que, de un total de 43 candidatos en los cinco municipios más pobres de Veracruz, el 60 por ciento son mujeres.
“Con el argumento de la paridad se manda mayormente a mujeres a competir en zonas de alta marginación, donde los recursos públicos son escasos”, escribió Ortega. Los municipios son: Mixtla de Altamirano, Tehuipango, Texcatepec, Soledad Atzompa y Atlahuilco; cuatro de ellos ubicados en la Sierra de Zongolica.
La vida de Francisca dio un giro de 180 grados. Las amenazas no cedieron tras la muerte de su esposo. A él lo veló en su casa con pocas amistades. La baja asistencia no fue debido a la pandemia de Covid-19 (Mixtla solo acumula dos contagios en más de un año), sino el temor de que hombres armados irrumpieran en el sepelio.
Mujeres, víctimas de pugnas cacicales en Mixtla de Altamirano
El nueve de julio de 2019 desaparecieron los poderes en Mixtla de Altamirano. Desde entonces, las decisiones las toma un concejo municipal. Esta medida fue aplicada por el Congreso de Veracruz, luego de que la alcaldesa, Marisela Vallejo Orea (27 años de edad), fue asesinada junto a otras dos personas.
La edil morenista fue emboscada en la carretera federal Zongolica-Orizaba, en el municipio de Los Reyes. Junto a ella fallecieron su chofer, Sabino García, y su esposo, Efrén Zopiyactle Tlaxcaltecalt.
Por el crimen de Vallejo hay dos personas detenidas, su antecesora, María Angélica Méndez Margarito y el esposo, Ricardo Pérez, quien fue síndico en la administración de la presidenta acribillada. Ambos fueron imputados como autores materiales del asesinato y esperan una sentencia.
La historia de Marisela Vallejo no fue tan distinta a la de Francisca Morales. Ella estudiaba una ingeniería en Sistemas Computacionales y tenía un negocio de ropa en Zongolica. En las campañas de 2016 se acercó al grupo político de la entonces presidenta, Angélica Méndez y de su esposo Ricardo. Ellos la invitaron a sumarse al equipo como su asistente.
Tres días después del asesinato de Marisela –el 27 de abril de 2019- fue publicado un audio que ella grabó después de ganar la elección. En él narra que Ricardo Pérez le pidió ser su prestanombre e inscribirse como candidata por Morena, debido a que ese partido y el PAN (al que su esposa pertenecía) determinaron que la candidatura, al igual que ahora, sería para una mujer.
Marisela Vallejo tampoco contaba con una carrera política. Ella dijo en su audio, “Yo iba a todos (los mítines), pero yo andaba de gata, nada más apoyando, que si un agua, que si el otro. Yo nunca hablé”.
De acuerdo con Marisela, el proyecto político de la pareja que hoy está en prisión, era que Ricardo Pérez sucediera a su esposa, Angélica Méndez cuando terminó su mandato en 2018. El hombre buscó lugar en el PAN, pero no fue respaldado. Por ello buscó a Morena, que entonces tendría sus primeras elecciones municipales en Veracruz.
En el proyecto de La Cuarta Transformación tampoco había espacio para un hombre, pero sí para una mujer cercana a Ricardo Pérez. “¿Y si proponemos a Marisela? Como yo andaba con el ingeniero, sube y baja, pues se les hizo fácil. Todos voltean y dicen: si, Marisela”, contó la finada en el audio sobre su inesperada candidatura.
El plan era simple. Al tomar posesión, Marisela renunciaría bajo cualquier pretexto a la presidencia y también lo haría su suplente, otra mujer. Automáticamente subiría al poder Ricardo Pérez, quien fue inscrito como síndico único en esa planilla.
La joven de 27 años triunfó en las urnas. Sin embargo, ya en el poder, familiares y líderes de otros grupos políticos, entre ellos el exalcalde asesinado Gonzalo Zopiyactle, la convencieron de romper el pacto con su síndico. “La presidencia eres tú, nadie te puede quitar de ahí”, le decían y su renuncia se postergó un año y cuatro meses, hasta que la mataron.
En el audio revelado por E-Consulta, Marisela contó amenazas que su Síndico le habría dicho desde el día uno de su gobierno. “Entrando en confianza, me empezaron a decir, me dijo el ingeniero (Pérez Marcos), tengo esas palabras en la mente, dice: espero que nunca nos traiciones. Más bien, espero que no me traiciones. Le dije: no ingeniero, cómo cree, que ya sabe que yo estoy aquí apoyando, a mí no me interesa y saqué mi versión”.
“No, mija, te lo digo de verdad, espero, espero que nunca, ni ningún día se te ocurra traicionarnos. Que por tu mente más profunda se te ocurra traicionarme. Le digo, no ¿cómo cree? ‘No mija, si tú me llegas a traicionar, de verdad te digo que las cosas no marcharían como marchan, ya no nos llevaríamos como nos llevamos, y no te puedo asegurar a que fines vamos a llegar, pero espero, espero que jamás y jamás me traiciones”, se oye en la cinta a Marisela Vallejo.
Esas amenazas subrayan la triste realidad de Mixtla de Altamirano. Las historias de Gonzalo Zopiyactle y Marisela Vallejo ocurren en el escenario político
El común denominador de las historias relatadas en este reportaje es el escenario político en el municipio más pobre de Veracruz. Los finales de los personajes, no obstante, varían. Angélica Méndez y Ricardo Pérez esperan una sentencia en la cárcel. Francisca Morales permanece resguardada bajo amenazas. Su esposo, Gonzalo Zopiyactle, y Marisela Vallejo fueron asesinados a sangre fría.
Democracia Entre Balas PDF by E-Consulta Veracruz on Scribd
“Democracia entre balas”, de Mexico Violence Resource Project, presenta una colección de ensayos escritos por académicos y periodistas que desafían suposiciones, plantean preguntas y brindan perspectivas locales sobre la violencia y su relación con la política democrática.
Foto de portada: Yahir Ceballos