- Xalapa
‘Popostero’ de parque La Loma: cuidado ambiental comunitario
¿Sabías que podrías estar respirando en este momento heces de perro sin darte cuenta? El daño a la salud y al medio ambiente no termina después de depositar la ‘popó’ de tu perro en una bolsa de basura. En Xalapa, un grupo de amigas y vecinos, se organizaron para solucionar los daños derivados de las heces caninas, con una alternativa ecológica y participativa.
En agosto del 2020, el Parque La Loma (ubicado en la avenida Circuito Presidentes, a un costado del Velódromo Internacional de Xalapa) protagonizó en notas locales cuando vecinos se unieron para manifestarse en contra de intenciones gubernamentales para construir un cuartel de la Guardia Nacional.
La protesta con papalotes y carteles, impidió que las instalaciones fueran construidas. Vecinos y vecinas de las colonias aledañas dieron muestra de que estaban dispuestos a defender, cuidar y conservar el espacio recreativo que desde hace 25 alberga talleres y tranquilidad para estar en contacto con la naturaleza en medio de la ciudad. Esa misma organización vecinal, hoy hace posible el funcionamiento del único ‘popostero’ en Xalapa.
‘Popostero’
Daniela Aldazaba, agrónoma, vecina del Parque La Loma, e integrante de la cooperativa Coosoali, explica que el sistema del pospostero es como una composta, pero en lugar de estar fabricada a partir de residuos de comida, está hecha de popó animal; en este caso, de perros.
Las heces de los perros que se quedan en la calle, se secan y más tarde se volatilizan. “Llegan a nuestro cuerpo o comida de la calle”, explica la joven de 28 años.
En el caso de las heces que se depositan en bolsas y más tarde en botes de basura, su destino final es igualmente espacios abiertos al exterior, además de que la bolsa de plástico utilizada representa también un contaminante, aunque sea supuestamente "biodegradable".
El popostero propuesto desde la cooperativa Coosoali (integrada por Zuleima, Ana Karen, Liesel, Daniela y Beatriz) resuelve el problema de la popó de caninos que se encontraba en las áreas verdes del parque La Loma, además de generar mejora en lugar de un daño ambiental, como lo son las formas ‘tradicionales’ de deshacerse de los residuos de las mascotas.
El sistema consiste en un hoyo en la tierra, de aproximadamente dos metros de profundidad, en el que usuarios y usuarias depositan las heces de sus mascotas, sin bolsa de plástico.
Beatriz Castillo Ortiz, quien es agrónoma y también integrante de Cosooali, explica que las heces son residuos con nitrógeno, que además de tener un olor fuerte, tienen patógenos, dañinos para las personas cuando la popó se volatiliza.
Según estudio de la UNAM de 2019, esos patógenos son causantes de múltiples enfermedades en su contacto con las personas. Las consecuencias podrían ir desde daños en el estómago o la piel, hasta la ceguera.
Los patógenos pueden morir gracias a un proceso acelerado por microorganismo de montaña, que son los que se añaden al popostero para su funcionamiento. Estos microorganismos, que pueden ser hongos o bacterias, degradan la materia orgánica, que en este caso son las heces.
Los microorganismos de montaña son extraídos de un bosque cercano al parque, se ‘alimentan’ y su proceso natural genera altas temperaturas (mayores a 60°), que permiten matar a los patógenos de la composta, antes de que se volatilicen.
Las jóvenes de Coosoali crearon su propio prototipo de popostero desde octubre del 2019, en ese entonces pensado como un proyecto en pisos de concreto, para el Ayuntamiento de Xalapa. A pesar de que su propuesta fue recibida en un principio, más tarde fue ignorada.
“Vimos que por vía institucional nada era posible”, dice Daniela, por lo que más tarde iniciaron con la organización vecinal, que para ese entonces era más fuerte, gracias a la unión de defensa por el espacio tras manifestaciones en contra de instalaciones de la Guardia Nacional.
Aldazaba explica que para este tipo de proyectos es indispensable la cooperación e involucramiento vecinal.
“Darle una disposición responsable a la heces de los animales va más allá de un impacto positivo ambiental, pues busca generar conciencia y acciones colaborativas entre grupos" dice.
El doctor Alberto Tejeda Perea, de la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, es citado en investigación del 2019: “¿Qué implica ser un dueño responsable? Que si tengo un animal de compañía, tendría que estar al pendiente de todas sus necesidades, por un lado, pero también de los problemas que pudiera generar y uno es la producción de heces.”
Para la creación del popostero xalapeño, vecinos y vecinas de La Loma cooperaron para adquirir el material y realizar tareas. Coosoali impartió talleres para explicar los procesos del módulo de compostaje acelerado por microorganismos de montaña. Hoy, a 9 meses de la creación del primer popostero, ya está un funcionamiento un segundo, tras el anterior haber llegado a ‘su tope’.
El costo del popostero es económico. Se necesita una inversión de poco más de mil pesos, aproximadamente. En La Loma pudo realizarse gracias a la cooperación voluntaria, como las señaléticas, que fueron costeadas en su totalidad por usuarios del parque.
El principal reto para adecuar el módulo de residuos fecales, fue que usuarios insistían en depositar las heces con todo y bolsa de plástico, explica Daniela, sobretodo cuando aumentaron los y las visitantes al espacio.
El popostero no puede estar en espacio abierto, a diferencia de una composta “tradicional”, conformada por residuos de comida. Tiene que estar “enterrada” para evitar la volatilización de patógenos.
Otra diferencia es que la composta que resulta no se recomienda usar para hortalizas, o siembra de algo de consumo directo. En el caso del primer popostero de La Loma, será utilizado para sembrar un árbol.
El Parque La Loma, además de ser un espacio de esparcimiento para los ‘lomitos’, también es escenario de actividades organizadas por vecinos, como talleres, clases de yoga, proyecciones de películas y faenas para cuidado de las instalaciones.
Recientememente, fue organizado un evento llamado Primavera en La Loma, en el que hubo talleres, papalotes, trueque de artículos, música, cine y rifas.
25 años ha costado para que el parque funcione de manera autónoma como lo hace hoy. La oposición a la construcción de base de la Guardia Nacional tiene detrás unión vecinal, organización y una idea clara de cuidado de ambiente, con acciones concretas, como el ‘popostero’.
“Esa acción fue la primera acción de defensa bien concreta para La Loma de parte de nosotras (Coosoali)”, dice Daniela Aldazaba.