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Clases en línea aumentaron carga de trabajo: maestra UV
El Home Office duplicó las jornadas de trabajo de los catedráticos de la Universidad Veracruzana (UV). Ya no hay días de descanso y deben capacitarse y entregar evidencia del trabajo en línea, incluso, durante la madrugada, así ha sido la vida de Bety, catedrática de la máxima casa de estudios.
Al igual que otros 12 mil trabajadores de la UV, según información oficial, se vacunó la semana pasada contra el virus SARS CoV-2, no obstante, considera prematuro volver a clases presenciales, pues los estudiantes no han sido vacunados.
El sistema escolar reactivaría la economía de las ciudades donde se ubican los campus, tal es el caso de: Xalapa, Veracruz, Orizaba-Córdoba; Poza Rica-Tuxpan; Coatzacoalcos-Minatitlán, reconoce. Pero se pondría en riesgo a los más de 88 mil alumnos matriculados.
La académica planteó que la pandemia obligó a la UV a replantear los programas de estudio, incluso, a considerar la posibilidad de empezar a ofrecer licenciaturas en línea, además, del sistema abierto, el escolarizado y el mixto en nivel técnico, licenciatura, maestría y doctorado.
Todo eso, dijo, ha tenido un impacto en la carga de trabajo de los catedráticos y trabajadores administrativos, pues al igual que como lo planteó el gobernador Cuitláhuac García, quien aseguró que el magisterio fue de los pocos sectores que cobraron puntualmente por la pandemia, la Secretaría de Educación Pública (SEP) les pidió justificar su salario.
Es por lo que además de planear los contenidos y la forma de enseñar a los alumnos en línea, deben tomar cursos de actualización, y presentar reportes semanales del avance en los contenidos del programa educativo, debe informar cuando un joven no se conecta a la clase en línea.
Bety obtuvo su plaza hace cinco años, y para competir por las asignaturas y tener más clases se debe actualizar de manera constante. Ya cursó una maestría y un doctorado.
“Al principio todo fue un poco complicado. Desde el año pasado se planteó el virtualizar algunas carreras, y el trabajo de planeación, que en otro momento se podría haber pagado (como un extra), lo tuvimos que aplicar con la pandemia”, platicó con E-Consulta.
Incluso, para proyectar todos los cambios les pidieron cursar una maestría y así articular un plan de estudios 100 por ciento virtual.
“Lo que se nos pidió desde la Federación, la SEP, fue justificar lo que nos están pagando. Que el sueldo que se está percibiendo: sea de una materia, de dos materias, medio tiempo o tiempo completo, tú tienes que justificarlo a la sociedad, porque estamos en la mira. Mucha gente se quedó sin empleo, y eso impacta en la economía”.
El Estado y la Federación presupuestaron el pago para los salarios del magisterio, por lo que ellos no iban a tener una pérdida, no obstante, se les obligó a justificar ese gasto y mostrar con datos estadísticos que sí estaban trabajando.
“La federación nos pidió pedalearle. Pues mientras la gente se enferma, algunos padecen que no tiene dinero y qué comer se les pide trabajar y mantener operativo el sector educativo, para que esto no pare”.
Eso los obliga a subir cada semana un reporte de qué se hizo, detallar las horas de videoconferencia y lo que se enseñó en EMINUS (programa de enseñanza de la UV), cómo se evaluó a los estudiantes, “antes lo hacíamos en la academia, ahora evalúan al alumno y a los maestros. Yo estoy atrasada y tengo que poner en mi evidencia, si atendí a fulano o perengano”.
Como tutores deben estar al tanto de la conducta de los alumnos, ver su comportamiento y detectar si alguien está presentando un problema de aprendizaje, si están deprimidos o si cuentan con las herramientas para tomar las clases. Cuando tiene problemas psicológicos los canalizan al Centro para el Desarrollo Humano e Integral de los Universitarios (CENDHIU).
“Estamos trabajando hasta en la madrugada porque no solo tenemos una materia, tenemos varias asignaturas de varias carreras. Además, los chicos te cuentan sus problemas, las historias de los medios se quedaron cortas, alumnos debían racionalizar la energía, porque sus papás se quedaron sin trabajo, y si no desconectaban los equipos, su papá se ponía violento”.
Bety comentó que además de la carga de trabajo cada maestro padece su propio drama familiar, en su caso, debía a tender a su mamá (quien murió recientemente). Su condición de salud era delicada y la obligaba a velarla en la noche, en ocasiones solo se recostaba un par de horas antes de dar su clase, a las siete de la mañana.
La pandemia, dijo, representó un reto para el sector educativo, sin embargo, el teletrabajo y la educación en línea son modalidades que llegaron para quedarse.
Por lo anterior, consideró que no se debe apresurar el regreso a las aulas, pues eso pondría en riesgo a los estudiantes.
La UV en números
La máxima casa de estudios cuenta con una matrícula de 88 mil 388 alumnos en el ciclo escolar 2020-2021. Son atendidos por seis mil 253 académicos que dan clase en Xalapa, Veracruz, Orizaba-Córdoba; Poza Rica-Tuxpan; y Coatzacoalcos-Minatitlán.
Según los datos oficiales, 66 mil 220 alumnos se inscribieron en la modalidad de educación formal, técnico, técnico superior, licenciatura, especialización, maestría y doctorado que les permitiría acudir a las 77 facultades.
Además, tienen 22 mil 168 alumnos optaron por educación no formal que incluye sistema abierto, mixto, a distancia, posgrado y en línea en las áreas académicas de: Artes, Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Ciencias de la Salud, Económico-Administrativa, Humanidades y Técnica.
Sin embargo, en todos los casos han tomado clases en línea por el confinamiento que generó el virus SARS CoV-2.