- Xalapa
Tacos La Tía, tradición de 50 años que sobrevive en la pandemia
La sazón de doña Herminia Santiago, conocida como La Tía, es el sustento de tres generaciones que heredaron el negocio de los tacos de canasta que se ofrecen en el parque Juárez, en el primer cuadro de la ciudad de Xalapa.
La pandemia de covid-19 los obligó a aislarse por siete meses, el 21 de octubre regresaron a la actividad normal, pero las ventas están bajas.
Carlos es el responsable del legado familiar, sabe que el proyecto que les dejó su abuelita se podría detonar desde las redes sociales, ya que en la primera semana que regresaron al parque las ventas representaron 10 por ciento de lo que ganaban antes de la pandemia por el virus Sars CoV-2.
El 24 de abril el Ayuntamiento de Xalapa determinó, como medida sanitaria, cerrar las áreas verde, la reducción de la movilidad buscaba minimizar el riesgo de contagio de covid-19, pero la medida afectó a 63 comerciantes semifijos que ofrecen desde tacos de canasta, jugos, elotes, esquites, churros, y chicharrones.
Con la reapertura sólo se permitió abrir 23 casetas, en todas se ofrecen alimentos, y la reincorporación al trabajo de 23 boleros. No se permitió el regreso de heladeros, ni vendedores de globos.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) reportó un aumento en el número de trabajadores del sector informal que pasó de 13.6 millones (49%) en agosto a 13.9 millones (49.6%) en septiembre.
En el caso de los hombres se observa una disminución en la ocupación informal de 400 mil personas y en las mujeres un aumento de 645 mil personas entre agosto y septiembre de 2020.
La pandemia los obligó a aislarse
El encargado del puesto conocido como Antojitos Santiago “La Tía”, cuenta que la pandemia los obligó a replegarse por cuatro meses. Al inicio, cuando se pidió a los vendedores aislarse como una medida sanitaria, su familia determinó resguardarse.
En los primeros cuatro meses -de abril a junio- no trabajaron, usaron sus ahorros para sobrellevar los gastos de la casa, pues había adultos mayores y el temor a contagiarlos del virus Sars CoV-2 llevó a toda la familia a respetar el aislamiento.
Para julio, ya no tenían dinero suficiente para cubrir los gastos de su hogar por lo que determinaron retomar la venta de los tacos; las medidas que impuso el Ayuntamiento -de cerrar el parque- los llevó al ambulantaje.
Sus clientes habituales, trabajadores del municipio y de palacio de gobierno, así como empleados de negocios del primer cuadro de la ciudad, los esperaban en las calles del centro o hacían pedidos vía WhatsApp. Así sobrevivieron hasta el mes de octubre cuando el municipio determinó abrir el espacio público.
“Teníamos cierto temor y nos mantuvimos en casa, pero los ahorros se van a acabando y decidimos subir a vender de ambulantes, nos fuimos apoyando de eso. En abril cumplimos 53 años de vender aquí”, platicó el comerciante.
Carlos aprendió y creció a la par del negocio que impulsaron sus “abuelitos”. Como el nuevo responsable reconoce que se podrían buscar nuevas opciones para hacer crecer el negocio y poder atraer a más consumidores.
“En la zona centro tenemos el servicio a domicilio sin costo extra; si alguien quiere en otro punto solo debe pagar los gastos de envío. La verdad hemos dejado un poco las redes sociales, pero pienso retomarlo”.
El puesto les permitía emplear a cuatro personas que apoyaban en la preparación de los alimentos y en la venta en el parque, sin embargo, la situación económica y las bajas ventas no les han permitido recontratarlos.
“Es un 10 por ciento de lo que me estoy ganando de lo que antes se vendía, ha sido muy complicado pues las ventas bajaron demasiado".
Comerciantes obligados a respetar las medidas sanitarias
El Ayuntamiento fue estricto en las medidas sanitarias, y pidió a los vendedores portar cubrebocas y usar guantes para evitar que puedan estar en contacto con los alimentos.
Aunque no es frecuente que la gente se aglomere, cuándo se juntan las personas Carlos les pide que guarden la sana distancia, pues de lo contrario el Ayuntamiento los puede retirar, incluso, pueden volver a cerrar el parque.
La autoridad municipal es la responsable de desinfectar la zona, “se está haciendo la rutina, no es del diario. Y tenemos los lavamanos en la entrada del parque y estamos dando gel; ya sólo le pedimos a la gente que entren con cubrebocas y nos permitan darle el gel”.
La intención de permanecer en su fuente de empleo e ingresos llevó a todos los vendedores a contratar a una persona que ofrece gel a los asistentes.
El jardín que colinda con el Palacio de Gobierno se abrió de manera parcial, pues a pesar de ser una zona al aire libre se acordó con la intención de que sólo pueda tener un área de entrada y salida y así controlar a quienes entran y venden en el primer cuadro de la ciudad.