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"Pery" el campeón boxeador que murió en CAE de Xalapa por covid-19
Xalapa, Ver.- Los síntomas de Carlos Miguel Guevara García, “El Pery Jr.” iniciaron con “un gorgoreo” en el pecho y dificultad para respirar a la hora de dormir. Todo fue a peor y de repente, sin previo aviso, el joven de 28 años y 160 kilogramos de peso tuvo que ser trasladado del Hospital General de Perote al Centro de Alta Especialidad (CAE) “Dr. Rafael Lucio” en Xalapa.
Su padre, Pedro Guevara, no imaginó que le dio el último adiós el pasado 13 de junio cuando entraron al nosocomio caminando. Tras una revisión, los encargados del triage determinaron que Carlos debía quedar hospitalizado.
Durante los siguientes días los familiares de “El Pery Jr.” prácticamente no supieron de él; sólo recibieron reportes ambiguos de los médicos hasta que les confirmaron que tenía covid-19 vía telefónica.
La condición del joven boxeador campeón de peso pesado en Veracruz se deterioró rápidamente y, conforme al protocolo, los médicos iniciaron el procedimiento de intubación ante una dificultad respiratoria grave.
Además, durante la hospitalización le informaron a Pedro Guevara que el resultado de la prueba practicada a Carlos dio positivo a SARS-CoV2, pero no recibió ningún certificado o documento que lo avale. Finalmente, tras permanecer conectado a un respirador artificial por 3 días Carlos Miguel falleció en el Centro de Alta Especialidad el miércoles 17 de junio.
“Dijeron que falleció a las 5:30 de la mañana (…); tanto creo que no le hicieron nada a mi hermano que traía la sonda conectada en el gañote cuando entregaron el cuerpo (…). Te das cuenta la negligencia que pasó mi hermano”, afirmó Rigoberto Caballero, amigo de toda la vida Carlos Miguel al punto de considerarse hermanos.
El 18 de junio Rigoberto publicó un video en Facebook en donde expresó no sólo su dolor, sino el coraje e ira de la familia ante una presunta negligencia contra “El Pery”.
En entrevista relata que anteriormente la familia vivió una situación similar con el deceso de doña María García, madre de Carlos, por una insuficiencia respiratoria como consta en el acta de defunción.
“Doña María ya estaba grande y hace tres años le dijeron que podría tener un preinfarto. Cuando empeoró la llevamos al Hospital (de Perote) pero ya no la quisieron atender y la atendimos en tu pobre casa con oxígeno, pero ya estaba cansada y cuando ya estaba por acabar la llevamos al hospital y nos cerraron las puertas, nos dijeron que no nos podían recibir en el Hospital General de Perote”, señaló Rigoberto.
Aún con los antecedentes de un preinfarto, la mamá de Carlos subió de peso, lo que comprimió uno de los pulmones; de ahí, la posible causa de muerte, en la que no se aclaró si tenía covid-19.
Tras el deceso, la familia Guevara veló por dos días a María y al funeral asistieron desde niños, niñas, jóvenes a adultos mayores y por eso persiste la sospecha de un posible brote entre los dolientes, aunque Rigoberto afirma que notificaron a los dolientes.
Para el dueño de la Escuela de Boxeo Rigoberto “Bombero” Caballero, en donde Carlos entrenaba, no existen dudas de una presunta negligencia de parte de los médicos de Perote al momento de atender a doña María; y sospecha una situación semejante con el caso de Carlos Miguel.
“AQUÍ SÍ ME VAN A ATENDER”
En el novenario de doña María, el papá de Carlos le avisó a Rigoberto que acompañará a Carlos Miguel con el médico. Ese día, padre e hijo acordaron ir al panteón a depositar la cruz en la tumba de su madre.
“Me dijo que le estaba dando miedo porque al dormir roncaba muy cabrón. ‘Está parado y le gorgorea el pecho y tengo miedo, no quiero que le vaya a pasar lo mismo que a mi vieja, mejor lo voy a hospitalizar, me contó, yo todavía le dije que aguantara, pero no me hizo caso”.
A las 8 de la noche me habló para decirme “ya me lo quitaron” en el CAE. Pasó un camillero con bata y todavía él (Carlos) dijo: “aquí sí me van a atender, no están como en Perote”, en donde parecen astronautas”.
La extrema precaución del personal médico del CAE le brindó a Carlos “El Pery” la suficiente confianza para entrar caminando al hospital.
Diez minutos después, un trabajador del centro de especialidades le devolvió la ropa a su papá y le notificaron que su hijo se quedaría en observación, dándole un número para solicitar información en el que prácticamente nunca les respondieron.
“Tengo amigos en el CAE que me mandaron un mensaje diciéndome que 'estaba bien', que estaba acostado en una cama y no tenía ninguna bronca. Pude averiguar que estaba en la cama uno de COVID, porque ni eso nos informaron, (…). Tenemos conocidos dentro y nos ‘radiaron’ que estaba bien, que no había problema”.
A las 02:30 del lunes 15 de junio personal le avisó a la familia del inicio de intubación de Carlos Miguel. Pedro Guevara les dijo que hicieran “lo que tuvieran que hacer” pero que no usaran a su hijo de conejillo de indias, ya que no habían sabido nada de él ni les respondían el celular.
Al día siguiente, personal del CAE tampoco proporcionó información y, en cambio, elementos del IPAX les pidieron a Rigoberto y al padre de Carlos retirarse de las instalaciones cuando buscaron información de su estado.
“Un político que fue expresidente de Perote nos dijo que ya lo estaban checando, pero que no nos preocupáramos y con eso nos consoló. Nos regresamos a Perote, y después confirmaron que era positivo a coronavirus”.
Ese mismo político les pidió contactar a todas las personas presentes en el velorio de la madre de Carlos para informar la situación. Al día siguiente, a las 5 de la madrugada, Carlos Miguel falleció por coronavirus y es en dicho punto donde Rigoberto sospecha de una negligencia.
“Lo sacaron para revisarlo, lo cambiaron, lo vistieron, a pesar de que no querían que se le hiciera nada porque la caja que llevaron no le quedó y tuvieron que cambiarla. Los padrinos lo sacaron para cambiarlo porque quería que el día que muriera lo vistieran de Judas Tadeo y le compraron la ropa y así se percataron que traía la sonda”.
A lo anterior agregó que lo contenido en el certificado de fallecimiento difiere de lo expresado en el acta de defunción de Carlos Miguel.
“Nos dieron el dictamen médico que decía posible caso de coronavirus, pero su papá se desesperó y ya sólo le dieron el certificado médico y no el acta de defunción, en el acta de defunción dice otras cosas, dice que sólo era sospechoso”.
UN CAMPEÓN
Para “El Pery” su vida giraba siempre alrededor de tres pasiones: su familia, sus amigos y sobre todo el boxeo y de hecho ostentó en vida el título de campeón peso completo del estado de Veracruz.
Rigoberto recuerda a “El Pery” no como un amigo o compañero en el cuadrilátero, sino como un verdadero hermano al crecer al lado de Carlos en el hogar de la familia Guevara García.
Nacido en un hogar complicado, donde el dinero solo rendía para dar una comida al día para diez hermanos, Rigoberto descubrió en el boxeo no solo un refugio o una pasión, sino una hermandad y una nueva familia con los Guevara.
“Yo lo vi nacer (a Carlos), tengo 34 años, y le digo 'hermano' porque su papá me adoptó, en mi casa éramos 10 hermanos y la situación era difícil, comíamos una vez al día y cuando entré al boxeo mi entrenador, don Pedro, me adoptó y así empezó nuestra hermandad”.
A los 18 años, Rigoberto migró a Baja California para iniciar su trayectoria profesional en los cuadriláteros y donde sostuvo encuentros bajo distintas empresas y promotoras en el país, sin embargo, un accidente le obligó abandonar el nivel profesional para retornar a su hogar con los Guevara, pues en una pelea quedó terminó en coma.
De regreso en Perote, Rigoberto comenzó a entrenar a jóvenes talentos de la división aficionada y entre ellos estaba “El Pery”, una de las promesas deportivas de su gimnasio que ya tenía avances importantes.
Como pocos, Carlos Miguel peleó y se recuperó de dos preinfartos y de una obesidad mórbida entrenando para aspirar a competir a nivel panamericano, sin embargo, la emergencia por la pandemia del SARS-CoV2 canceló cualquier plan y cerró el gimnasio temporalmente.
De hecho, en un momento Carlos Miguel alcanzó un peso de 200 kilogramos y con esa obesidad mórbida “El Pery” sufrió los dos preinfartos. A partir de entonces Rigoberto lo entrenó y Carlos Miguel perdió cuarenta kilos.
Recientemente llegó al nivel podía fungir de sparring de Rigoberto y combatir ocho rounds en el cuadrilátero durante un entrenamiento.
“Para que alguien te aguante ocho rounds (...) no cualquiera, y no se cansaba, terminaba y se iba a tomar agua y regresaba otra vez, estaba metido en el ejercicio; (…) él no tomaba refresco, siempre lo veías en una bicicleta, jugaba futbol, era deportista. Si fuera un gordito que nada más se la pasa tragando pues no la haces de pedo, pero yo tengo videos de cuando está trabajando”.
Luego de que se viralizó la transmisión del sepelio de Carlos Guevara, en donde dijo que el covid no existía, Rigoberto reconoció su error y dijo que el virus es real. Sin embargo, la forma en que tratan a los pacientes llena de incertidumbre a los familiares.
Insiste en que existe la sensación de que no los atienden y cada vez es más fuerte la idea de que el Gobierno está inventando lo del covid-19 por la forma en que tratan a los enfermos. Aun así, Rigoberto afirmó que las personas deben cuidarse como puedan y si algunos deciden quedarse en su casa guardar las debidas precauciones.
“Nuestro principal reclamo es que tenía la sonda en el gañote y lo entregaron muy hinchado; por eso queremos abrir los ojos a la gente que nos está insultando por la transmisión, dicen que arriesgamos a las personas porque dijimos que no existe el covid.
“Sí existe el virus, es una realidad y tenemos que cuidarnos; pero los doctores ya no están queriendo hacer su trabajo”, criticó.