Veracruz, Ver.- Pese a bajas ventas y pocos clientes, las personas que se desempeñan en algunos oficios en la ciudad de Veracruz se resisten a parar labores, tal es el caso de Armando, quien se desempeña como bolero desde hace 12 años y hoy en día ni el covid-19 lo detiene para seguir con su trabajo.

De los más de seis clientes que llegaban a su lugar de trabajo, en tiempos del covid solo logra conseguir menos de la mitad de los ingresos a los cuales estaba acostumbrado.

Conocido por muchos transeúntes que circulan por la calle González Pagés, Armando dice no temer al coronavirus, pues a sus escasos 73 años comenta que ya vivió lo suficiente como para temerle a la muerte.

La necesidad lo llevó a aprender el oficio y es la misma la que lo mantiene en pie para levantarse todos los días. 

“Tenemos que trabajar para sobrevivir, si la gente se va a su casa a encerrarse quién los va a apoyar, nadie”, dice.

Aunque tiene el apoyo económico de su pensión, asegura que no es suficiente para solventar sus necesidades, es por eso que continúa trabajando en cuarentena.

Sentado, espera paciente la llegada de su primer cliente, ya pasaron de las 10:00 de la mañana y aún nadie se acercó para lustrar sus zapatos.

Del otro lado de la calle se encuentra vendiendo volovanes Felipe, él viene desde Ángel R. Cabada, dice que llegó a trabajar a Veracruz pues en su pueblo no tiene de dónde sacar para llevar el sustento a casa, desafortunadamente el coronavirus llegó a reducir sus ventas y de igual manera sus ingresos.

De las 70 piezas que solía vender ahora dentro de su canasta de mimbre solo hay 30, de las cuales probablemente algunas le queden rezagadas, pues la gente ya no se detiene a comprar. 

Él no cuenta con ningún tipo de servicio de salud, vive al día y la venta de volovanes es su único ingreso.

A pocas cuadras, en la avenida Ignacio Zaragoza alejado del ruido del mercado se encuentra la carpintería donde trabaja Andrés, lijando una base de cama, solo y rodeado de distintos muebles de madera que esperan ser detallados.

Lleva 12 años como carpintero, pese a que las ventas bajaron 50 por ciento su jefe le dio la oportunidad de seguir trabajando para que no se quedara sin ingresos.

Él tiene la esperanza que dentro de poco toda esta crisis se arregle y espera que todo vuelva a la normalidad, al igual que Armando y Felipe no tiene miedo de contraer el virus. Le preocupa más quedarse sin comer.

En México 20 millones de personas no tienen acceso a servicios de salud. Andrés y Felipe tienen algo más en común que la necesidad de trabajar, ninguno cuenta con algún tipo de servicio de salud que los pueda auxiliar si llegaran a contraer el coronavirus.

Según las últimas estadísticas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), 20.2 millones de personas no contaban con el acceso a los servicios de salud, es decir 16.2 por ciento de la población a nivel nacional.

En tanto que, 2.1 por ciento de los hogares gastaron en servicios médicos privados representando un gasto mayor al 30 por ciento de sus ingresos disponibles.  Las estadísticas también arrojaron que, 9.7 por ciento de los adultos mayores carecían de estos servicios.