• Veracruz

Covid dejó sin trabajo a María, comerciante porteña

  • Inés Tabal G.
Luego de 10 años como vendedora del zócalo de Veracruz, María se vio en la necesidad de solicitar apoyo económico

Veracruz, Ver.- Los ojos de María muestran una preocupación que no puede ocultar, hace tres días personal del Ayuntamiento le pidió que se retirara del zócalo donde lleva más de 10 años trabajando como comerciante.

La instrucción forma parte de las medidas del programa "Quédate en casa", que implementó el Gobierno Federal para frenar la propagación del covid-19.

Ella está consciente que es para proteger su salud, pero también tiene muy en claro que ese era su único trabajo, con el cual pagaba renta, comida y cubría sus necesidades básicas.

"Nosotros estamos de acuerdo que vamos a obedecer las órdenes y estamos obedeciendo, pero quién nos va a dar para comer, no tengo (...), tampoco me voy a meter a robar, prefiero pedir regalado o prestado, aunque me endrogue más, que hacer esas cosas", dijo María.

Los comerciantes ambulantes del zócalo que incluyen globeros, vendedores, volovaneros y músicos veían las fechas de Semana Santa como una oportunidad para elevar sus ingresos.

Hoy esos días se han visto mermados por la poca afluencia de gente que se registra en la zona.

María es acompañada por un grupo de varios comerciantes que se reunieron para pedir ayuda a las autoridades municipales, para hacer frente a la escasez de trabajo que están viviendo, pues como ellos dicen “si no nos morimos de la enfermedad, nos morimos de hambre”. 

A un lado está Salvador Castillo, globero del zócalo que ve con tristeza el panorama desolador del que fuera su lugar de trabajo.

"Nosotros vendemos por los niños, por los padres de familia, dicen en la radio y la televisión, quédese en casa, pero nosotros vivimos del turismo, ya estamos en Semana Santa y nosotros esperamos estás fechas para alivianarnos", dijo Salvador Castillo.   

Para ellos es prácticamente imposible atender la instrucción al pie de la letra, la mayoría de sus ingresos dependen de las personas que iban al zócalo a pasar la tarde, pero ahora no hay más que bancas con cintas amarillas que prohíben a las personas sentarse y deambular por la zona.

Ellos saben que la contingencia será temporal, eso los calma un poco, pero mientras dura no saben de qué vivirán.

Hasta el momento no han llegado a ningún acuerdo con las autoridades municipales, lo que ocasiona que su futuro sea cada vez más incierto y preocupante, pues pasan los días y los pocos ahorros que tenían ya se están terminando.