Medellín de Bravo, Ver. "No escuchamos carros, no escuchamos motos, sólo los disparos", cuenta un grupo de jóvenes que viven a unos 20 metros de la entrada del Rancho Rosa del Alba, propiedad del diputado local de Veracruz, Juan Carlos Molina Palacios.

El legislador murió dentro de su propiedad, en la cabina de su camioneta Pick-Up, a causa de varios disparos de arma de fuego.

El hermano de la víctima llamó de inmediato al 911 para pedir auxilio, los primeros en llegar fueron los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, asignados a la localidad de Rancho del Padre, un poblado rural, donde está en pleno apogeo la cosecha de flor Moco de Pavo.

Agentes de la Fiscalía General recorrieron el camino de terracería que une el rancho con una serie de caminos rurales que, para los foráneos, con como un laberinto.

Uno de los oficiales, vestido de civil, con chaleco antibalas y arma larga al hombro dialoga con todos los vecinos que puede, luego se para a media brecha, toma gravilla con la mano y concluye que los asesinos llegaron caminando, por eso nadie los escuchó.

La teoría la comenta el resto de sus compañeros, de inmediato regresan al cinturón de custodia para hablar con el resto de los uniformados del operativo.

En esos caseríos de Rancho del Padre, Juan Carlos Molina era muy conocido. No sólo era la persona más acaudalada de ese sector, su ganado ganó decenas de competencias internacionales, la última en Houston, Texas.

Parte de su fortuna venía de la venta del semen de sus sementales que le dejaba grandes dividendos. Eran toros usados para la mejora de razas vacunas.

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