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VIDEO: Sobreviviente narra ejecuciones extrajudiciales cometidas por Fuerza Civil
La sangre que brotaba de la cabeza y formaba un charco ahogaba a Leonardo Cruz Vargas. Aunque sentía desesperación, por casi tres horas permaneció tirado, inmóvil, fingiendo su muerte para evitar lo remataran a disparos elementos de la Fuerza Civil del estado de Veracruz.
Él es el único sobreviviente de un operativo realizado por la Secretaría de Seguridad Pública, en El Dorado, en la locaidad de Zempoala del municipio de Úrsulo Galván. El reporte oficial, emitido por el departamento de prensa de esa dependencia es: un enfrentamiento a disparos con presuntos delincuentes que dejó como saldo tres muertos y un herido.
La víctima, que recibió un rozón de bala en la cabeza y un disparo en el hombro, asegura que no hubo tal balacera. Señala de manera directa a los oficiales de montar una agresión para justificar la ejecución de todos.
Leonardo Cruz accedió a hablar con E-Consulta Veracruz, sus únicas peticiones son las de no grabar a su familia, ni su rostro, por temor a que al salir a la calle lo reconozca cualquier patrullero y lo acose, por la denuncia pública y la legal que interpondrá en las próximas horas.
El pasado 27 de marzo, de este 2019, según su versión, fue contratado por una persona que lo abordó por la zona costera de la ciudad de Veracruz para montar un aire acondicionado y reparar dos más, en la localidad de El Dorado, en el municipio de Zempoala, ciudad rural ubicada entre el puerto de Veracruz y Xalapa.
El trabajador estaba en la azotea haciendo sus labores cuando escuchó que un grupo de personas rompían la puerta de metal, al asomarse vio que eran uniformados, con logotipos similares a los que usa la Fuerza Civil de la SSP.
Eran cerca de las 12:00, del mediodía, cuando vio a un sujeto recibir varios disparos cuando corría por la azotea y pasaba justo a su espalda.
"Cuando vi eso, me arrojé al piso, me puse bocabajo y me dijeron: levántate perro, ya te llevó tu madre. Acto seguido obedecí la orden, diciéndome el mismo oficial que caminara con mi cara hacía abajo".
Leobardo Cruz insiste que no conocía a nadie del resto de los ocupantes de la vivienda, él era el único que laboraba en la reparación de los aires acondicionados, los demás estaban en el interior y no tiene idea a qué se dedicaban.
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El montaje de Fuerza Civil
El mismo 27 de marzo, cerca de las 16:00 horas, en redes sociales e incluso algunos medios de comunicación comenzaron a informar sobre el enfrentamiento entre elementos de Seguridad Pública y presuntos criminales en El Dorado, con un saldo de cuatro personas muertas.
La noticia estaba acompañada de varias fotografías que mostraban a tres sujetos tirados en una vivienda, con uniformes y botas tipo militar, sostenían o tenían cerca de sus manos armas largas, rifles de asalto.
Sin embargo, el sobreviviente asegura que es un montaje, porque tanto a él como a otros de los moradores los obligaron a ponerse esa ropa para luego dispararles.
"Me indicaron: quítate la ropa, perro. Me quité la ropa, posteriormente uno a otro dijo: pásame la ropa que le vamos a poner. Quítate los zapatos, me los quité. Recuerdo que yo traía un pantalón (...) y una camisa blanca, cuello cerrado con una leyenda de Beyonce. Yo, en cueros, en ropa interior, me dijeron, ponte ésta".
Tras ponerse una vestimenta militar, le taparon la cara con un trapo, sin poder ver se colocó unas botas que le habían dado mientras escuchaba disparos, desorden y muchos gritos en el resto de las habitaciones.
"Me dijeron híncate, me hinqué y fue cuando recibo un proyectil en mi cabeza (...) caí al piso, sin perder la conciencia, cerca de unos segundos sentí otro disparo que se alojó aquí en mi hombro, de la cual todavía traigo la bala y no he sido operado, por lo delicado que es la operación. Esto que pasé, jamás pensé que me pudiera pasar a mí".
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Por horas fingió su muerte
Por casi tres horas, el técnico en refrigeración quedó inmóvil, fingiendo su muerte, por varios minutos escuchaba que los agentes ordenaban al resto que, al igual que él, se pusieran otras prendas, de soldado.
Luego oyó la orden de que se hincaran, disparos y vino un silencio largo hasta que tomó valor para levantarse, apoyado de una mesa que estaba junto a él, a un costado vio un hombre muerto, con disparos, sobre un colchón, afuera había una patrulla de la Fuerza Civil del Estado y uniformados, por eso decidió volver a acostarse.
"No puedo levantarme en este momento, si me levantó esta gente me va a rematar. Permanecí ahí un tiempo más (...) quiero decir que fueron momentos muy difíciles que pasé. De mi cabeza me salía mucha sangre y yo me estaba ahogando, por lo mismo, pero dije: yo tengo que vivir, porque tengo que dar fe de lo que estoy viviendo ante las autoridades".
Cerca de las 16:00 horas, Leonardo estaba a punto de desmayarse por la pérdida de sangre, ya no podía levantarse por el peso del chaleco antibalas que le habían colocado también, por lo que decidió seguir fingiendo estar muerto.
En segundos, escuchó una voz de mujer, tomó valor, abrió los ojos y avistó a los elementos de la Policía Ministerial y de Servicios Periciales, decidió que era el momento de pedir ayuda.
Cuando los oficiales ingresaron, tomó fuerzas, se paró y abrazó a la funcionaria de la Fiscalía del Estado pidiendo su auxilio, ante la sorpresa de los efectivos de la Fuerza Civil que no daban crédito.
De inmediato la Ministerial solicitó el apoyo de una ambulancia, en lo que llegaba, los policías merodeaban a Leonardo que yacía en el suelo, casi desmayado.
La versión oficial
Cerca de las 22:00 horas de ese 27 de marzo, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Veracruz emitió un comunicado enviado por WhatsApp en la que advertía que la información que circulaba sobre la balacera en El Dorado era errónea.
La dependencia aclaraba que no había cuatro muertos sino tres y una persona lesionada que habían enviado de emergencia a un hospital de Ciudad Cardel, al norte del puerto de Veracruz.
"En el inmueble aseguraron un total de nueve armas largas y una corta; tres armas cortas de postas; 18 cargadores para armas largas abastecidos con 30 cartuchos cada uno; una caja con 17 cartuchos útiles calibre 45 mm; siete chalecos balísticos; cuatro bolsas con cartuchos .223; una caja con cartuchos 38 súper; tres esposas metálicas; tres cascos Kevlar; un par de rodilleras, un radio portátil y una camisola verde con las siglas de grupo delictivo", decía el texto.
Sin embargo, el testigo afirma que no hubo confrontación porque nunca vio que los ocupantes de la casa dispararan armas en contra de los policías.
"Los que entraron disparando fueron ellos. Quiero aclarar que ya botado, pensando que estaba muerto, me fue colocada un arma larga, que me enteré, porque me quitaron el trapo y después pude ver que en mi mano izquierda tenía un arma larga. Quiero aclarar que nunca he usado un arma y desconozco como se utiliza".
Un día después de estos hechos un ama de casa del puerto de Veracruz, Roxana Contreras, ofreció rueda de prensa asegurando que su esposo, Isaac Alejandro Rivera Pérez, de oficio albañil, estaba en calidad de desaparecido, culpando de esto a los elementos de la Fuerza Civil.
La mujer mostró una de las fotografías que fueron publicadas en redes sociales del mismo enfrentamiento, en Zempoala, en la que se ve una mesa con todo el armamento asegurado y al fondo, casi desapercibido, un oficial lleva a una persona esposada, con pantalón de mezclilla y un tatuaje en el antebrazo.
Roxana aseguraba que era su marido, con vida, pero dos días después, el 29 de marzo, fue localizado muerto en los servicios forenses de la ciudad de Xalapa, por lo que acudió a la Fiscalía General a interponer una denuncia por estos hechos.
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