Los restos mortales de Ernesto y Román Pérez González, jóvenes orizabeños asesinados por policías municipales el pasado jueves 1 de noviembre, fueron sepultados este sábado en el panteón Juan de la Luz Enríquez, del municipio de Orizaba.

“Hoy Ernesto y Román celebran la vida eterna, la fe de la iglesia, creo en la resurrección de la vida y les espera la vida nueva, y ellos serán acogidos por Dios Padre”, dijo el sacerdote Francisco Aguilera durante una misa de cuerpo presente.

Al término del acto religioso al que acudieron familiares y amigos de la familia Pérez González, estos emprendieron camino rumbo al cementerio, gritando consignas como "¡Ni uno más!", y recordando a las víctimas con aplausos a los que se unían personas que se topaban con el grupo de dolientes.

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Con música de mariachi, los hermanos llegaron a su última morada. Mientras sus cuerpos eran depositados en el camposanto, el marichi interpretó canciones que sus padres no dejaron de cantar, manifestando el dolor de su pérdida.

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