El trabajo informal genera bajos salarios, poca estabilidad laboral, escasa cobertura de la seguridad social e incumplimiento de los derechos en la materia al no pagar impuestos; y sin embargo, la mayoría de los mexicanos se ubican dentro de este esquema de trabajo.

Los empleos son diversos y no necesariamente tienen que ver con la imagen estereotipada de un tianguis o un puesto tubular en las afueras de alguna de las estaciones del Metro de la Ciudad de México.

También trabajan por su cuenta y dan empleo a destajo, son meseros, costureras, encargados de tiendas como abarrotes, misceláneas, carnicerías, recauderías, y un sinfín de actividades que carecen de seguridad social u otro tipo de prestaciones.

Y según estudios de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, son los jóvenes quienes más se adhieren al sistema de empleo informal ya que seis de 10 solo consiguen empleo en ese sector.

En México, existen 52.8 millones de personas ocupadas (96.65%) de un total de 54.69 millones de personas que conforman la población en edad de trabajar. Alrededor de 1.8 millones se encuentran desempleadas (3.3%).

De las ocupadas, más de la mitad se encuentra en la informalidad.

Pese al discurso oficial del Inegi y de la Secretaría del Trabajo de que en la informalidad y a propósito del Día del Trabajo, la población económicamente activa tiene el "incentivo de no pagar impuestos" y horarios flexibles, pero a cambio se contrata por salarios más bajos que en el mercado laboral, al no contar con prestaciones sociales, lo que abona a un desempeño poco productivo y a la ansiedad permanente, más de la mitad de la población económicamente activa en México, con edad de trabajar, lo hace en la informalidad, debido, principalmente, a los bajos salarios que se ofrecen en el sector formal.

La informalidad en el país, medida por la población económicamente activa y que su vínculo no es reconocido por su fuente de trabajo fue de 56.9%, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), publicadas en marzo pasado. Es decir, más de la mitad.

De acuerdo con el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), el problema en México no es la falta de oportunidades laborales, sino la baja calidad, pues sólo el 1 por ciento del total de la población ocupada tiene ingresos superiores a 10 salarios mínimos.

La Agenda Mínima por México: 12 desafíos económicos, lo tiene claro: la precariedad del país se origina debido a que el 57% de la población ocupada se encuentra en la informalidad, pero del total de 52.8 millones de personas ocupadas, sólo 531 mil tienen percepciones por arriba de los 26.5 mil pesos mensuales.

DESEMPLEO, A LA BAJA

La tasa de Desocupación, porcentaje de la Población Económicamente Activa (PEA) que no trabajó siquiera una hora durante la semana pero manifestó su disposición para hacerlo e hizo alguna actividad por obtener empleo, se ubicó en 3.2% en marzo.

Entre octubre y diciembre de 2017 hubo en el país 1.8 millones de personas desocupadas, 3.3% de la PEA. La cifra representa una disminución desde el 3.5% registrado en el mismo trimestre de 2016 y el nivel más bajo para un promedio anual desde 2005.

DÍA DEL TRABAJO

El Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo es la conmemoración del movimiento obrero mundial.

Desde su establecimiento en la mayoría de países por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago. Estos sindicalistas fueron ejecutados en Estados Unidos por participar en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. A partir de entonces se convirtió en una jornada reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general que es celebrada en mayor o menor medida en todo el mundo.

Con información de La Silla Rota