Un estudio del Observatorio de Redes Criminales y Tráficos Ilícitos del Real Instituto Elcano, en España, revela que los cárteles mexicanos gozan de un entorno propicio para el desarrollo de sus actividades, gracias a la influencia política, social y económica que les ha permitido proyectarse como redes transnacionales y establecer franquicias por todo el mundo.

Han llegado construir un sistema social que les ha permitido contar con la complicidad del mundo legal tanto en los lugares de origen como en los diferentes países de distribución, de acuerdo con el estudio.

Pese a los esfuerzos realizados en América Latina y Europa para perseguir estas estructuras delincuenciales, al igual que a las Bandas Criminales Organizadas Colombianas (Bacrim) no ha sido posible impedir su vinculación con la economía mundial y aumentar sus ganancias.

[relativa1]

En el caso de los casos cárteles mexicanos y las Bacrim la cooperación se conforma un sistema social y un mundo de relaciones políticas, empresariales y miembros de las fuerzas de seguridad tejiendo con así una red de redes.

"De la diversidad, cantidad y calidad de esta red dependerá el alcance y la dimensión de los negocios criminales. Es un error pensar que el mundo ilegal vive al margen del legal. Muy al contrario, necesita de su complicidad a través de la corrupción. Esta es condición indispensable para el crimen organizado ya que le proporciona la complicidad y la protección del sector privado y público, haciendo posible su fortalecimiento y expansión", resalta el Real Instituto Elcano.

Todos estos elementos que se han combinado para fortalecer las redes criminales y hacer posible su expansión global. De esta forma, el Cártel de Sinaloa se ha convertido en una multinacional con presencia en todo mundo. "A través de múltiples alianzas con grupos o individuos no sólo tiene presencia en toda América Latina y Europa sino incluso en China".

[relativa2]

La construcción de estas redes ha sido un instrumento esencial para llegar a los mercados europeos, como lo ha hecho el Cártel de Sinaloa, que ha logrado incorporarse al mercado de la cocaína con el apoyo de los cárteles colombianos.

"La cooperación no solo se da entre redes latinoamericanas, sino también entre la mafia italiana o con estructuras criminales de los Balcanes. Alianzas que no solamente tiene que ver con el mercado de la cocaína, sino contras actividades criminales”.

Con información de Milenio | La Silla Rota

[relativa3]