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Las universidades que usó Rosario Robles para desvíos, las más pobres del país

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La institución de Hidalgo implicada en la malversación de 185 mdp,recibe apoyos por 36 mdp en contraste con la UAEH de 570 mdp

Axel Chávez

La Universidad Politécnica de Francisco I Madero (UPFIM), implicada en la probable malversación de 185 millones de pesos mediante la simulación de trabajos para la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), es la institución del subsistema politécnico que menos recursos recibe en el país, con mil 53 pesos mensuales por cada alumno, aseguró el secretario académico Sergio Cortez Gamboa.

La matrícula actual, informó, es de 2 mil 827 estudiantes, cuando la Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) atiende a 50 mil. De sus 159 docentes, 122 trabajan por asignatura, y sólo catorce pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores (SNI): siete en el nivel uno y el resto, como candidatos.

Con base en su informe financiero 2017, el cual citó a La Silla Rota el director de Planeación, Jaime Salinas Pérez, el presupuesto que la Universidad ejerció el año anterior ascendió a 48 millones 744 mil 775 pesos, entre particiones federal, estatal e ingresos propios, cuando la UAEH, sólo de aportación del gobierno local, recibió 570 millones 221 mil 811 pesos, con base en el Presupuesto de Egresos de Hidalgo, anexo 23.

De los ingresos totales de la UPFIM, 12 millones 787 mil 145 pesos correspondieron a dinero generado por la escuela, el cual, además de conceptos de operación interna como inscripción, reinscripción, constancias y títulos profesionales, obtiene de la venta de carne para consumo humano y de animales para reproducción, cuya crianza se realiza en el área pecuaria del campus, así como de leche y maíz, cultivado también en las instalaciones, además de asesorías, talleres y cursos, aprobados en el tarifario del Congreso del estado. 

El presupuesto de 2018, especificó Salinas Pérez, aún no está disponible porque el gobierno de Hidalgo –que debe aportar 50 por ciento– aún no aprueba el anteproyecto enviado por la Federación.

Aunque la vocación de la UPFIM, con base en su decreto de creación del 11 de julio de 2005, es agropecuaria, la Sedatu le asignó 185 millones 839 mil 480 pesos –3.81 veces más que su presupuesto anual– para servicios como la elaboración de un Manual del Sistema de Gestión y Operación de los Servicios de Ciudad de las Mujeres en Tlapa de Comonfort, Guerrero, cuyo contenido, evidenció la Auditoría Superior de la Federación, es semejante al presuntamente realizado por la Universidad Autónoma Indígena de México, actualmente Universidad Autónoma Intercultural de Sinaloa, contratada por la Secretaría a cargo de Rosario Robles de forma simultánea para la realización de los mismos trabajos.

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Aunado a ello, el órgano autónomo presume que dicho diagnóstico fue realizado con anterioridad a la fecha de contratación de los servicios, ya que el contenido coincide con la descripción del tercer componente financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) al amparo de la Cooperación Técnica número ME-T1259, formalizada el 28 de marzo de 2014.

El encargado de rectoría de la Politécnica de Francisco I Madero, Juan de Dios Nochebuena Hernández, no accedió a dar declaraciones respecto al posible desvío que el órgano fiscalizador identificó en la auditoría 1792-DE, parte del tercer informe de la cuenta pública 2016; sin embargo, el secretario académico accedió a un recorrido con La Silla Rota por las instalaciones para hablar sobre los programas de la casa de estudio, las actividades productivas que realiza en la región y su situación económica. 

Los vestigios de El Mexe

Una pintura de Ernesto El Che Guevara acompaña, en uno de los módulos de aulas, una frase atribuida al revolucionario:

“El que quiera ser águila, que vuele; el que quiera ser gusano, que se arrastre,pero que no grite cuando lo pisen".

Murales como éste son vestigios de la antigua Normal Rural Luis Villareal de El Mexe, la cual fue extinta en 2005, durante el gobierno de Miguel Osorio Chong, y en su lugar fue erigida la Universidad Politécnica.

En uno de los edificios, junto a un dibujo de un niño con el rostro triste, y a su izquierda el mundo sobre un volcán que expulsa lava, está una consigna escrita: "¡Ayotzinapa vive! ¡El Mexe vive! Por la reapertura", firmada el 24 de febrero de 2018, a 41 meses de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas.

En lo que eran los viejos dormitorios se construyeron aulas, un salón audiovisual, cubículos para docentes y laboratorios. Además, en las 70 hectáreas de la antigua hacienda se encuentra el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos de Hidalgo (Cecyteh), plantel Francisco I. Madero, además de sembradíos, invernaderos y una sección dedicada a la crianza de ganado.

Ubicado a 51 kilómetros de Pachuca, la capital de Hidalgo, el municipio sede de la Universidad tiene 33 mil 901 habitantes, de los cuales, con base en el informe 2010 sobre la situación de rezago que presentó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), 55.5 por ciento viven en pobreza. En la institución, confirmó el secretario académico, 62 por ciento de los alumnos cuentan con un tipo de beca para cursar sus estudios, mediante programas estatales y federales. La UPFIM, reconoció, no tiene dinero para financiarlas, aunque dijo que prevén apoyar a sus estudiantes a partir de este año, sin especificar montos.

Con recursos del Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM), ejercicio fiscal 2016, se edifica una biblioteca, para cuya infraestructura y equipamiento tienen un presupuesto de 25 millones de pesos, afirmó con el director de Planeación, Jaime Salinas.

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Para rehabilitación de cinco laboratorios y 18 cubículos, añadió, recibieron, también del FAM, 5 millones 72 mil 207 pesos; para el estacionamiento, 3 millones 512 mil 530 pesos, y para la rehabilitación de cuatro casas huésped que serán utilizadas como oficinas, 1 millón 838 mil 701 pesos.

Por instrucción del encargado de rectoría, ninguno de los directivos estuvo autorizado para hablar sobre la relación con la Secretaría que encabeza Rosario Robles, con quien firmó el Primer Convenio Específico SEDATU/DGAPADN-UPFIM/33901.03/2016, en el cual la Auditoría detectó simulación de servicios y empresas fantasma.

Sergio Cortez, encargado de la operación académica, dijo que la Universidad hace un esfuerzo para cubrir la demanda y fortalecer sus programas de estudios, pese a que son la que menos recursos tiene en el país.

Expuso, por ejemplo, que en el área pecuaria trabajan en el rescate del puerco criollo pelón mexicano, cuyo espécimen macho tienen en la institución, y que realizaron un ensayo de exportación de chile rayado, endémico del municipio de la Misión, además de colaborar en el fortalecimiento de los procesos de cultivo en la región del Valle del Mezquital.  

De las dos ingenierías con las que inició el 15 de agosto de 2005, la oferta académica creció a ocho, más dos maestrías.

Según la Auditoría Superior, de los 185 millones 839 mil 480 pesos que entregó a la UPFIM, ésta pagó 98 por ciento de ese monto a terceros, para que presuntamente hiciera los servicios que no acreditó.

Ejemplificó que del software de automatización del registro, control y seguimiento de la información generada por el Centro Ciudad de las Mujeres, en Tlapa de Comonfort, Guerrero, en sus diferentes módulos, que supuestamente realizó, la Universidad no presentó evidencia fehaciente que permita constatar que corresponde al sistema que se debía instalar, ya que sólo mostró un demo en una lap top para acreditar el servicio.

Además, en relación con el padrón resultante del levantamiento de datos de empadronamiento de las usuarias de los servicios de dicho Centro, detectó que es coincidente en 98.6 por ciento (12 mil 91 registros de un total de 12 mil 265) con el generado por el Instituto Tecnológico Superior de Comalcalco, contratado por la misma dependencia.

Asimismo, mediante nueve Actas de recepción de servicio, trabajo y/o material suscritas presuntamente por el titular de la Dirección General de Ordenamiento Territorial y Atención a Zonas de Riesgo (DGOTAZR), entre el 8 de marzo y 14 de octubre de 2016, las entidades fiscalizadas pretendieron hacer constar que se prestaron los servicios en tiempo y forma; sin embargo, los inspectores comprobaron que las firmas fueron falsificadas.

El 18 de enero de 2018, el funcionario compareció ante la ASF y manifestó en Acta Administrativa Circunstanciada de Auditoría número 023/CP2016 que no reconocía como suyas las firmas y rúbricas contenidas en el Primer Convenio Específico número SEDATU/DGAPADN-UPFIM/33901.03/2016, de fecha 2 de febrero de 2016 y su Anexo de Ejecución; en la orden de trabajo vinculada al mismo; en Actas de Entrega-Recepción; en Actas de Recepción de servicio, trabajo y/o material, ni en el Acta de Cierre del Convenio.

Con información de La Silla Rota