- Nación
Hidalgo: los cuerpos de recién nacidos y fetos abandonados
AXEL CHÁVEZ / CORRESPONSAL
Hidalgo (La Silla Rota).- Sobre tierras de cultivo, junto a minas en la comunidad de Los Olmos, en Tizayuca, Hidalgo, la policía del municipio localizó desnudo, bocabajo y sin signos vitales el cuerpo de un recién nacido, el 4 de enero.
El cadáver es el primero de un neonato en 2018; sin embargo, se suma a una osamenta de feto encontrado en Mineral de la Reforma y restos humanos en Tepetitlán durante 2017, así como seis hallazgos de fetos un año antes, con base en un recuento elaborado por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJEH), que La Silla Rota obtuvo como respuesta a una solicitud de información (folio 00704617).
Al costado derecho de las minas de Olmos, la Secretaría de Seguridad Pública, Tránsito y Vialidad de Tizayuca reconoció el primer cuerpo, sin signos vitales, en este año, mismo que fue trasladado al Servicio Médico Forense (SEMEFO) para la necropsia de ley que determine las causas que produjeron la muerte.
En el informe que elaboró la Unidad de Transparencia del Poder Ejecutivo, la fiscalía reconoce el hallazgo de una osamenta de feto en 2017, en la zona conurbada de Pachuca; no obstante, no incluye que el 6 de mayo, en la comunidad de La Loma, municipio de Tepetitlán, un canino detectó una bolsa azul de la cual escurría sangre, en la cual encontraba otro feto. Sobre el camino, además, pobladores localizaron la placenta.
El perro, según los testimoniales de comuneros que recabó personal de la Procuraduría, traía entre las fauces el envoltorio.
Con base en el recuento de la dependencia estatal, en 2016, las corporaciones de seguridad recuperaron dos fetos en Pachuca; uno en Tizayuca, otro en Mixquiahuala, y uno más en Ciudad Sahagún, en el municipio de Tepeapulco.
Ese fue el año con mayor incidencia, debido a que triplicó los vestigios humanos de recién nacidos o fetos localizados en 2014: uno en Mixquiahuala y uno en el basurero municipal del Huixmi, en la capital.
De acuerdo con la averiguación previa número 12/DAP/R/III/2680/2014, que la PGJEH inició por lo que resultara de esta muerte, el cadáver pertenecía a un bebé de aproximadamente 8 o 9 meses de gestación, el cual tenía residuos de placenta.
Con base en la necropsia que practicaron peritos en el Semefo, la causa del deceso fue la interrupción de la circulación materno fetal.
El artículo 155 del Código Penal de Hidalgo especifica que el aborto es penado con uno a tres años de prisión.
Antes de éste, la fiscalía encontró otro feto en 2011, también en Pachuca.
Diez de los 12 cuerpos son parte de 337 vestigios humanos, entre osamentas, cabezas, pies y manos, así como cadáveres sin identificar, que la Procuraduría cuantificó desde 2011 hasta el 13 de noviembre de 2017. De los dos restantes, uno, el de Tepetitlán, no fue incluido por la fiscalía, pese a que inició carpeta de investigación por lo que resulte de la muerte, mientras que el otro ocurrió el 4 de enero de 2018, en Tizayuca.
Cadáveres con narco vs cadáveres sin narco
En 2013, año desde que, con base en el listado que elabora el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia, de la Procuraduría General de la República (PGR), Hidalgo no registró más establecimientos de cárteles del narcotráfico, 15 restos y cadáveres anónimos fueron encontrados en 12 municipios.
La cifra, sin embargo, incrementó a 79 los doce meses siguientes, en 21 localidades.
Cráneos en Actopan, Huichapan, Pachuca e Ixmiquilpan, una mandíbula en la capital y un pie en Actopan son parte de estos hallazgos, así como restos óseos en Tula, Acaxochitlán, Zacualtipán, Apan, Tepeji y Actopan, además de osamentas en Zimapán, Tepeji e Ixmiquilpan.
Los hallazgos en 2014 superan a los documentados en los dos primeros años de gobierno de José Francisco Olvera Ruiz, cuando la Policía Federal (PF) reconoció la operación de La Familia Michoacana y de Los Zetas: 40 en 2012 y 41 en 2011 –una cabeza en Pachuca–.
En ese lapso, refiere el "Informe Especial sobre Desaparición de Personas y Fosas Clandestinas en México", que elaboró la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), se descubrieron 28 cadáveres en seis sepulcros apócrifos. En el documento, publicado el 6 de abril pasado, el organismo autónomo reveló que existieron omisiones por parte de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJH) para proporcionar información sobre entierros ilegales de enero de 2007 a septiembre 2016.
El segundo periodo con más cuerpos y vestigios humanos localizados, según el historial que elaboró el sistema de procuración de justicia, es 2016, con 74, incluidos un tórax en Tizayuca y uno más Tulancingo, cráneos en Tulancingo y Tula, además de una pierna en Tepeji, donde también fue encontrado un decapitado.
Con información de La Silla Rota