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Estos dos mexicanos libraron la muerte en EU

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Ricardo Aldape Guerra, en 1997 y Mario Flores Urban en 2003 han sido los únicos connacionales que han librado la inyección letal

MARLENE VALERO

Las autoridades mexicanas no lograron detener la ejecución de Rubén Ramírez condenado en Texas por el asesinato y violación de su prima; pero otros dos connacionales sí lo lograron libarse.

Se trata de Ricardo Aldape Guerra, en 1997 y Mario Flores Urban en 2003. En La Silla Rota te contamos quiénes son y de qué se les acusaba.

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Ricardo fue el primer mexicano en librarse de la pena de muerte en Estados Unidos. Se trata de un ciudadano de Nuevo León que migró al estado de Texas.

En 1982, en una noche de copas, él y sus amigos regresaban al barrio mexicano donde vivían en Houston cuando los detuvo un policía, con quien tuvieron un altercado.

El policía fue asesinado en manos de uno de sus amigos, pero fue a Ricardo Aldape a quien encarcelaron y posteriormente lo condenaron a muerte.

Sus abogados y las autoridades mexicanas abogaron por él. En más de seis ocasiones aplazó la fecha de ejecución.

Después de 15 años preso logró su liberación en abril de 1997.

Ricardo Aldape regresó a su natal Monterrey donde fue recibido como una celebridad. Se escribieron libros sobre él, se compusieron corridos y hasta TV Azteca produjo una serie sobre su vida.

Sin embargo, la muerte no lo perdonó. En agosto de ese mismo año murió en un accidente carretero en las inmediaciones de San Luis Potosí. Se impactó contra un tráiler.

De convicto a abogado

Cuando tenía 18 años, Mario Flores Urban aspiraba a representar a México como clavadista en los Juegos Olímpicos de 1984 que se llevarían a cabo en Los Ángeles, California.

Por esa razón, entrenaba largas jornadas en una piscina con plataforma en Chicago, Illinois. Pero, un día fue detenido por la policía al ser acusado del homicidio de un joven en una riña entre pandillas.

Mario siempre se declaró inocente. Dos meses antes de su juicio, su abogado murió y su caso quedó en manos de su asistente. El jurado lo encontró culpable y fue sentenciado a la pena de muerte.

Sin embargo, el joven originario del Estado de México no se rindió. En prisión estudió Derecho por correspondencia en un instituto legal de Phoenix. En 1992 obtuvo su licencia.

El primer caso que defendió desde prisión fue el de su compañero en el Pabellón de la Muerte, Rolando Cruz. Con su defensa logró su libertad y una indemnización de tres millones de dólares.

Se ganó el respeto de sus demás compañeros a quienes ayudó de igual manera en sus casos (13 de ellos recibieron el indulto). Mario también comenzó con su propia defensa legal. Se apoyó también de la cancillería mexicana.

El gobernador de Illinois en ese entonces suspendió de manera provisional las sentencias de muerte para que se analizara caso por caso.

El colegiado encargado de revisar el suyo pudo constatar que el mexiquense no era líder ni miembro de una pandilla, no tenía una personalidad violenta y ningún tatuaje marcaba su cuerpo.

Lo único que tenían en su contra, y, por lo que lo encontraron culpable, era el testimonio de dos pandilleros que afirmaron verlo asesinar al joven.

Su defensa, encabezada por él logró desechar así 13 condenas a muerte que le habían dictado.

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El 12 de diciembre del 2003, después de 20 años preso logró obtener su libertad. Sin embargo, al poner un pie fuera, fue detenido por las autoridades de migración y enviado a otra pasión donde permaneció tres meses.

En abril del 2004 fue deportado junto con 60 migrantes ilegales mexicanos. En la frontera lo recibió su familia y volaron a la Ciudad de México. Mario ya era libre.

Hoy en día se dedica a la asesoría legal de mexicanos en el extranjero y a defender a quienes son acusados, como él, injustamente en Estados Unidos.

Mario Flores también se desarrolló como pintor y artista plástico durante su estancia en prisión. Ha exhibido sus obras en diferentes países.

Actualmente, 75 mexicanos enfrentan un procedimiento que podría derivar en pena de muerte, 54 ya tienen condena capital, de los cuales 33 pertenecen al grupo del caso Avena, y a 13 de ellos se les ha revertido la sanción debido al programa de Asistencia para mexicanos que enfrentan pena de muerte.

Los ejecutados

1 noviembre 1926

Agapito Rueda

Silla eléctrica

8 agosto 1942

Emiliano Benavides

Silla eléctrica

25 marzo 1993

Ramón Montoya Facundo

Inyección letal

18 junio 1996

Irineo Tristán Montoya

inyección letal

17 septiembre 1997

Benjamín Mario Murphy

Inyección letal

9 noviembre 2000

Miguel Ángel Flores

Inyección letal

14 agosto 2002

Javier Suárez Medina

Inyección letal

27 junio 2006

Ángel Maturino Resendiz

Inyección letal

5 agosto 2008

José Ernesto Medellín

Inyección letal

7 julio 2011

Humberto Leal García

Inyección letal

22 enero 2014

Édgar Tamayo Arias

Inyección letal

Con información de La Silla Rota

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