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Coco Bongo: el bar-escuela que atiende a niños en Juchitán
ALONDRA OLIVERA/ CORRESPONSAL 09/11/2017 08:56 a.m.
OAXACA, Oaxaca (La Silla Rota).- En la cuarta sección de Juchitán de Zaragoza, entre la Avenida Juárez y 2 de Noviembre, se encuentra el "Coco Bongo", el bar que en últimos días ha resaltado porque nadie imaginaba que el terremoto del pasado 7 de septiembre terminaría por convertirlo en escuela.
Por las mañanas en este lugar, muy particular, se pueden escuchar a niños repasando lecciones, cantando y riendo; por las tardes, música grupera y corridos ambientan el lugar.
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La tragedia que azotó a Juchitán de Zaragoza el pasado 7 de septiembre dejó en desamparo no solo a más de 8 mil familias porque sus vivienda quedaron derrumbadas o de pie, pero sin poder habitar; también lo hizo con menores al afectar las mil 400 escuelas que se encuentran en la localidad.
Por la fachada del lugar nadie imaginaría que se trata de una escuela que atiende a niños de kínder y primaria, de entre 5 a 12 años.
De hecho, la ayuda que han recibido es mínima porque el Ejército al ver que se trataba de un negocio dudaron siempre que la ayuda serviría para apoyar a los menores.
Desde hace casi cuatro semanas este lugar fue habilitado como un centro de clasesporque desde hace dos meses en este municipio no se han reanudado las actividades en las escuelas, aunque, las autoridades estatales aseguran lo contrario.
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Los dueños del lugar Delmi Roselis Trejo y su esposo Carlos Antonio López, cuentan que la idea surgió porque sus hijos tenían tiempo de más de ocio, "se la pasaban viendo la televisión y lo mismo ocurría con los hijos de los vecinos.
Por eso, colocaron un pizarrón, las mesas donde regularmente los parroquianos toman una que otra cerveza y botanas, hoy sirven de escritorios para que los niños aprendan sus lecciones y hagan sus tareas.
Hasta la mesa del billar tiene utilidad para que los menores puedan realizar sus actividades escolares.
Empezaron con 12 niños y hoy ya cuentan con 35, pero esperan que en próximos días lleguen unos 25 más.
Tienen dos maestros y una psicóloga, quienes no reciben remuneración económica y entre carencias de útiles escolares brindan su mejor esfuerzo para impartir clases de matemáticas, historia, zapoteco, inglés y dibujo.
Como sucede hoy en día, este proyecto se dio a conocer y ha tenido éxito y convocatoria por la difusión a través de redes sociales. De hecho, varios padres de familia se enteraron que en este lugar se impartían clases por el Facebook y por este medio es cómo han conseguido donaciones.
Delmis Roselis señala que ha tomado cariño a los niños y busca conservar el proyecto para que los niños no vean interrumpido el trabajo, "nos hemos convertido en una familia".
Aunque ninguna autoridad les ha hecho caso o visitado, espera que volteen los ojos al Coco Bongo, y más que un bar se convierta en un lugar de esperanza y ayuda para los niños, que poco a poco han ido superado el trance de haber vivido un periodo de miedo y pánico por los sismos.
Con información de La Silla Rota
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