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Google dedica doodle al muralista Gerardo Murillo

  • La Silla Rota
El artista revolucionario del mural en México fue maestro de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco

Google dedicó hoy su doodle al artista revolucionario del mural en México, Gerardo Murillo, que tan decisivamente contribuyó a la cultura popular en el día en que habría cumplido 142 años.

La imagen del homenaje en el buscador, del artista Julian Ardila, representa a Murillo mientras pinta uno de sus queridos volcanes.

Gerardo Murillo aprovechó al máximo el tiempo de revolución y renacimiento que le tocó vivir y supo trasladarlo a toda su obra. Siempre inconformista, se convirtió en un polifacético en busca de su propia personalidad a través de multitud de artes expresivas y oficios: fue pintor y escritor, pero también filósofo, explorador, geólogo, vulcanólogo y practicó el ensayo, la crítica de arte, la política y hasta la caricatura y el periodismo.

Gerardo Murillo nació en Guadalajara (Jalisco) el 8 de octubre de 1875, aprendió a pintar a los 19 años en el estudio de Felipe Castro, atraído por el arte y más tarde ingresó en el Instituto Científico y Literario del Estado para continuar su formación.

Insatisfecho con sus conocimientos, viajó a México para estudiar en la Academia de San Carlos y en la Escuela Nacional de Bellas Artesm gracias a una beca.

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Más tarde, Murillo viaja a Europa para estudiar en Inglaterra, Alemania, Francia, España e Italia.

Cursó la carrera de Derecho y Filosofía en Roma y Derecho Penal en la Soborna de París. Su interés ya era tan claro por el arte que viajó a París para escuchar las cátedras de Henri Bergson sobre arte.

Se especializa en periodismo y en pintura y hasta obtiene allí una medalla de plata por un autorretrato, fue ahí cuando, Gerardo Murillo, decidió ponerse en esa época el seudónimo ´Atl´, que significa agua en náhuatl.

En una carta dirigida a los miembros del Colegio Nacional escrita en 1951 explicó que el cambio de nombre se debió a su interés.

En tener una manera de referirse a él acorde a su personalidad independiente, que surgió de las circunstancias y no de la imposición de sus padres", y por esa razón se autobautizó con el nombre ´Atl´ que significa "el agua maravillosa de su alegría de vivir.

Murillo regresó a México cuando se le acabó el dinero y ahí inició una protesta por una exposición de pintores españoles, adoptando el encargo de organizar una con artistas mexicanos, para difundir el gran entusiasmo por la pintura renacentista, el neoimpresionismo y el fauvismo.

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Dio clases en la Academia de San Carlos de la Ciudad de México, donde tuvo como alumnos a Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.

Al enterarse del golpe de Estado de Victoriano Huerta en 1913, Gerardo Murillo regresó a México y se alió con las tropas de Zapata.

Fundó las revistas: "Las artes de México" y "Las iglesias de México", donde comienzó a publicar libros y a ilustrarlos con numerosos retratos, desnudos de mujeres, montañas, mares y volcanes.

"Atl" sostuvo a lo largo de su vida que la revolución artística se inició en otoño de 1910 con una exposición que celebraba el centenario de la Independencia.

A lo largo de su vida participó también activamente en política dentro del bando carrancista, a consecuencia de esto fue a la cárcel por sus ideas políticas, teniendo que exiliarse a Los Ángeles (Estados Unidos).

Su obra alcanzó estabilidad a partir de la década de los años 30, cuando se dedicó a pintar retratos y paisajes.

Entre sus obras más importantes destacan los retratos de la pintora, poetisa y modelo mexicana Carmen Mondragón, con quien sostuvo un sonado romance y a quien él mismo bautizó en 1921 como Nahui Ollin.

Gerardo Murillo también se interesó vivamente por la vulcanología a partir de 1920. Escaló con mucha frecuencia el Popocatépetl y el lxtaccíhuatl para estimular esta afición y gracias a su interés tuvo la oportunidad de ser testigo del nacimiento del Paricutín en 1943.

A partir de esta experiencia elaboró apuntes y pinturas que expuso al año siguiente en el Palacio de Bellas Artes, para después reunirlos y editar el libro ´Cómo nace y crece un volcán, el Paricutín´, en 1950, obra considerada como una joya de la vulcanología.

En sus pinturas los árboles y las montañas fueron siempre los modelos de sus obras siguiendo una línea fauvista-impresionista, con un manejo monumental del espacio, lleno de fuerza y con horizontes curvados en busca de amplitud y movimiento.

El doctor Atl se vio impedido de seguir escalando volcanes y montañas, otra de las actividades que practicaba con pasión, cuando le amputaron la pierna derecha.

En vida, Gerardo Murillo donó la mayoría de su obra plástica al Instituto Nacional de Bellas Artes y por toda su trayectoria y trabajo recibió la Medalla Belisario Domínguez en 1956 y el Premio Nacional de Artes en 1958.

El artista falleció el 15 de agosto de 1964 por complicaciones respiratorias, posiblemente agravadas por sus largas exposiciones a las fumarolas de los volcanes, y sus restos reposan en el Panteón de Dolores en México, en la Rotonda de los Hombres Ilustres.

Con información de La Silla Rota

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