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Muere Citla, el perrito guardián del Pico de Orizaba

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Durante 8 años acompañó a los montañistas a más de 4 mil metros de altura. Tenía aproximadamente 14 años y murió de un tumor en el hígado.

Córdoba, Ver.- Citla, el perro de raza criolla que se convirtió en el guardián del Pico de Orizaba, murió este jueves, víctima de una enfermedad propia de su edad.

Apenas el sábado 16 de septiembre el también llamado “perro de las nieves”, fue hospitalizado, víctima de un tumor en el hígado que provocó retención de líquidos y un cuadro de anemia.

En la Clínica de Especialidades Veterinarias de la ciudad de Córdoba, el animal cuya edad oscilaba en los 14 años, fue atendido y recibió decenas de visitas de familias.

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De acuerdo al parte médico, por las condiciones en las que el can vivió durante más de ocho años en la montaña, su corazón creció más allá del tamaño normal y aunque sus funciones renales se encontraban en perfectas condiciones, tenía un tumor en el hígado.

La extracción del tumor, según el reporte médico, se consideraba complicada debido a problemas de coagulación.

En estado crítico, el pasado 22 septiembre salió del hospital perruno para ser llevado a la cima de la montaña, donde se despidió en físico de sus dominios y de su lugar que tanto amó.

“Al finalizar su recorrido, descansó en el pasto, marcó territorio y esperó el camino de regreso”, escribió en su cuenta de Facebook Ricardo Rodríguez Deméneghi, su cuidador.

A las 12:20 horas de este jueves, Rodríguez Deméneghi anunció a través de su muro el fallecimiento de Citla, quien fue muy querido por la comunidad de alpinistas, quienes le atribuían su apoyo para orientarlos cuando se perdían en la montaña.

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Ocho años viviendo a 4 mil metros sobre el nivel del mar

Hace aproximadamente ocho años que “Citlalli” se convirtió en uno de los atractivos para visitantes turistas y alpinistas especializados que se sorprendían de su fortaleza y lo amistoso que era.

Dormía en un pequeño espacio en la entrada de la caseta de vigilancia del Gran Telescopio Milimétrico (GTM), donde está la llamada “pluma”.

Los fines de semana eran los mejores para el can pues suben más visitantes, familias y alpinistas quienes frecuentan el sitio y le llevaban alimento “pedigrí” que es el que le gustaba.

Citlalli se adaptó muy bien a las condiciones de la montaña y a la soledad y se le veía no solo por la pluma del GTM, sino incluso en la cima de la “Sierra Negra” y la “Cueva del Muerto”, a donde llegan algunos a acampar.

Junto con su novia, una perrita también criolla, color café que dicen tiene menos tiempo viviendo en la montaña, estaban pendientes de las camionetas que subían hasta esta zona, porque sabían que siempre había alguien que les compartiría algo.

A la novia de Citlalli le fue arrancado un ojo y Citlalli tenía cicatrices en algunas partes del cuerpo, que suponen los montañistas que los conocieron, fueron porque posiblemente se enfrentaron a algún tigrillo de la montaña.

Ahora ya nadie acompañará a los turistas y montañistas que recorren el Pico de Orizaba en las noches con temperaturas bajo cero, descanse en paz el “perro de las nieves”.

Avc

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