Veracruz, Ver.- Un estruendo alertó a los pocos habitantes de la calle Mario Molina entre 5 de mayo e Independencia; la mitad de dos edificios antiguos y abandonados se había venido abajo.

Lo que de inicio parecía un accidente provocado por la humedad absorbida por los muros, más tarde, cuando llegaron los peritos del Instituto Nacional de Antropología e Historia y observaron la calidad de los muros y las características de los mismos, así como la forma del derrumbe, terminó como un acto aparentemente provocado.

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A las 8 horas personal de Bomberos municipales y Protección Civil acudió al lugar al recibir una llamada de auxilio, a su llegada, la persona de la tercera edad que habitaba un espacio dentro del edificio les dijo que se hallaba en el interior del mismo cuando ocurrió el derrumbe.

Adolfo Sugasti Cueva, director de Protección Civil, explicó que esta persona les pidió le llevaran a un albergue porque no tenía dónde más ir.

Los dos edificios afectados son solo un par de 80 que existen en pésimas condiciones en el Centro Histórico de Veracruz de acuerdo a un diagnóstico realizado por el INAH y 20 que protección Civil tiene reportados ya como de alto riesgo.

Su situación es compleja debido a que muchos se encuentran intestados, otros más tienen propietarios, pero éstos no se hacen cargo de los mantenimientos o no tienen el recurso para hacerlos, y algunos otros, 15 de acuerdo con el INAH, no tienen un propietario registrado ante Catastro.

DUDAS RESPECTO A LA CAIDA

El INAH interpondrá una denuncia ante quien resulte responsable por daños al patrimonio debido a la caída del edificio.

El delegado del INAH, Esteban Rodríguez Flores, aseguró que en estos casos ni el INAH ni el Ayuntamiento o alguna otra instancia son responsables de lo ocurrido, únicamente el propietario.

“El INAH tiene diversos mecanismos para garantizar la conservación del patrimonio o resarcir los daños, en este caso estamos valorando a través de un dictamen técnico que se está realizando por especialistas, si presentamos denuncia ante PGR por daños al patrimonio contra quien resulte responsable”, afirmó.

El Director de Centro Histórico del Ayuntamiento de Veracruz, Manolo Ruíz Falcón opinó de forma muy similar, por la forma en la que se colapsó el inmueble.

“A parte la forma como se colapsa estos edificios es totalmente atípica, conozco cantidad de edificios que cae todo en el centro, pero aquí la fachada salió proyectada hacia la calle”, aseguró el funcionario.

La arquitecta y especialista del INAH, Carmelina Priego, afirmó que el edificio tiene muros de 65 centímetros de ancho; y los escombros no estaban húmedos.

“Nos da mucho qué pensar porque lo que ocurre con este tipo de derrumbes es que se vencen las vigas el agua empozada cubiertas y entrepisos y se va todo como caja para adentro y así podemos ver gran cantidad de edificios, eso es lo natural, pero de alguna manera fachadas y muros están agarradas en un sistema de caja de zapatos, porque al tener la cubierta le da mayor rigidez”, afirmó.

Explicó que uno de los muros de la fachada que quedó en pie, está ligeramente inclinado hacia dentro, por lo que la lógica sería que el derrumbe hubiera sido al interior y no al exterior.

MEDIDAS

Tanto el delegado del INAH, la perito y el director del Centro Histórico consideraron que deben tomarse otro tipo de medidas para evitar que los edificios antiguos caigan en abandono sin que la legalidad le permita a la autoridad hacer algo.

Rodríguez Flores afirmó que ninguna autoridad puede expropiar estos terrenos, y solo pueden hacer apercibimientos a través del Ayuntamiento para que los reparen.

Ruíz Falcón señaló que en el centro histórico se están agilizando los trámites para que se refuercen las fachadas y se retiren los balcones que implican un riesgo.

El resto del edificio que se derrumbó, será demolido después de la decisión tomada por la dirección de Protección Civil, sin embargo, el director de Centro Histórico señaló que los propietarios, únicamente podrán construir algo idéntico a lo que se hallaba, por el reglamento del INAH.

El delegado del INAH afirmó que los legisladores deben considerar esta problemática y buscar legislar para darle armas a las autoridades de actuar en este tipo de casos.

Ruíz Falcón tomó el ejemplo de la Ciudad de México, donde después del terremoto del 1985 el gobierno comenzó a comprar los edificios y terrenos que habían quedado destruidos, levantaba las ruinas y posteriormente los volvía a vender a través de un Fideicomiso que actualmente es uno de los que mayor cantidad de recursos maneja.

El director de Centro Histórico afirmó que muchas de las familias que son propietarias de los edificios que están en ruinas en el Centro histórico tienen recursos para hacer las adecuaciones necesarias, pero no desean invertirlo.

Otros más no tienen dueños desde hace más de 50 años y algunos otros, los propietarios no cuentan con los recursos para dar mantenimiento a un edificio de las condiciones.

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