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Alberto Silva, el amo de la perversidad: Gina Domínguez
Xalapa, Ver. - María Georgina Domínguez Colío describió a Alberto Silva Ramos, su sucesor en la Coordinación General de Comunicación Social (CGCS) con Javier Duarte, como “el amo de la perversidad. Capaz de utilizar medios de comunicación para desviar escándalos en los que se vio involucrado en los últimos 20 años como político”.
El pasado 20 de mayo, Domínguez Colío fue detenida por los presuntos delitos de coalición, incumplimiento de un deber legal y desvío de 106 millones de pesos. Durante su audiencia de imputación se conoció que Alberto Silva también habría participado en dichos ilícitos, particularmente con el pago de 24 millones de pesos en favor de una empresa “fantasma”, Cordocons S.A. de C.V. Esto apenas en su primer día como vocero, el 20 de febrero de 2014.
La Fiscalía General del Estado (FGE), aseguró que existen tres carpetas de investigación que involucran a ambos ex voceros en la administración de Javier Duarte por posibles agravios de corrupción y el presunto desvío de 3 mil millones de pesos durante sus funciones (entre 2010 y 2016).
Ante tales señalamientos a cargo del actual coordinador de Comunicación Social, Elías Assad Danini, el Fiscal General del Estado, Jorge Winckler Ortiz aseguró que enviaría a San Lázaro una solicitud del juicio de procedencia (procedimiento de desafuero) con la finalidad de juzgar al legislador priista.
Días antes de ser aprehendida, Gina Domínguez, escribió en su columna Razones de Estado, sobre el círculo íntimo de Javier Duarte, donde Silva Ramos figuró en primer lugar, seguido de Erick Lagos, diputado federal; Arturo Bermúdez Zurita, exsecretario de Seguridad Pública; y Luis Ángel Bravo Contreras, ex fiscal general.
Dicha cercanía de Javier Duarte con Silva Ramos data de 1993, cuando ambos trabajaron en las oficinas del Diario Oficial de la Federación, que se comprueba en la información de la LXIII Legislatura. Desde entonces los dos se perfilaban como alumnos predilectos del exgobernador, Fidel Herrera Beltrán y se perfilaban para perpetuar su mandato.
Entre 2004 y 2008 Alberto Silva, originario de Tuxpan, Veracruz, fue Subsecretario de Infraestructura Regional y Director General del Instituto Veracruzano de Desarrollo Municipal.
Para el año de 2008 Silva Ramos se incorporó a la Secretaría de Finanzas y Planeación, bajo las órdenes del titular Javier Duarte. Dos años después ganó la presidencia municipal de Tuxpan, en tanto Duarte de Ochoa ascendió a Gobernador de Veracruz, tras vencer a su contrincante por el PAN, Miguel Ángel Yunes Linares.
En tres años como alcalde del municipio norteño, Silva fue criticado por solicitar un crédito de 100 millones de pesos que sería empleado en la mejora del alumbrado público pero que, jamás se vio reflejado. Así lo ha expuesto el actual edil de Tuxpan Raúl Ruíz Díaz.
Ante los señalamientos contra el hoy diputado federal, Javier Duarte lo requirió como titular en la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), por lo que se separó de sus responsabilidades municipales en 2013.
A partir de ese momento la carrera de Alberto Silva se encumbró. En las filas internas del priismo veracruzano su nombre figuraba como el sucesor de Javier Duarte en la gubernatura. El 20 de febrero de 2014 Silva ascendió a Coordinador de Comunicación Social.
En ese periodo, el gobierno de Veracruz gastó 2,795 millones de pesos en publicidad oficial, de los cuales, al menos 245 millones fueron facturados por dependencias distintas a la Coordinación General de Comunicación Social en favor de ocho empresas denominadas fantasma por el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Dichos depósitos bancarios a las empresas Carrirey, Ravsan, Anzara, Mogarver, Mercacarrey, Marvercarr, Publicidad Akkira y Gman Business, fueron aprobados entre el 15 y el 31 de diciembre por el entonces tesorero de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), Tarek Abdalá, quien es nombrado como un amigo íntimo por Silva Ramos.
En 2014, Alberto Silva también se postuló como candidato a la diputación federal por el distrito de Tuxpan y salió victorioso. A unos meses rendir protesta en la cámara baja, alternó sus funciones como presidente estatal del PRI. De acuerdo con testimonios de Tuxpan, la efervescencia era tal que algunos funcionarios ya auguraban cargos estatales en el bienio 2016 – 2018.
Sin embargo, las aspiraciones de Alberto Silva, se vinieron abajo con la decisión del entonces dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, quien habría impulsado a Héctor Yunes Landa como abanderado tricolor, consiente de los señalamientos de corrupción en contra de Javier Duarte.
En abril de 2016, Silva Ramos acudió nuevamente al llamado de su amigo, Javier Duarte y solicitó licencia en San Lázaro para regresar como vocero, cargo que mantuvo hasta octubre de ese año, cuando el exgobernador se dio a la fuga.
Tras el escándalo protagonizado por el exgobernador (hoy preso en Guatemala por lavado de dinero y delincuencia organizada), Silva Ramos retomó labores en el congreso federal y desde entonces sus acciones son replicadas en su cuenta de Twitter @Beto_Silva_R.
Allegados a Alberto Silva, lo recuerdan como un joven revolucionario, que incluso se habría tatuado el rostro del Che Guevara en la espalda. En su cuenta de Twitter también replicó un homenaje póstumo a Fidel Castro, quien zarpó del puerto de Tuxpan, en junio de 1956, camino hacia la guerra de liberación contra el dictador Fulgencio Batista.
Hoy los inicios revolucionarios de Silva Ramos parecen desempolvados en su cuenta de Twitter, en un aparente afán de librar este lapso en su carrera política, pues es señalado como el próximo en pisar el penal de Pacho Viejo, donde actualmente están recluidos cuatro de sus compañeros en el gabinete de Duarte. El vuelo de El Cisne, hoy pende de un fuero constitucional.
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