- Sociedad
"No quiero ser madre", la otra realidad de la mujer en México
SHARENII GUZMÁN
CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).- A su 26 años, Beatriz Contreras Álvarez está convencida de que no desea ser madre. Se dio cuenta que podía decidir y así lo hizo.
"Dentro de mi proyecto de vida, nunca fue una prioridad y sigue siéndolo. No tengo intenciones en ningún momento de dar ese paso".
Nació en Tlalpujagua, Michoacán y cuando cumplió la mayoría de edad se mudó a la Ciudad de México para estudiar la carrera de comunicación en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) campus Cuajimalpa, ahí se hizo de un grupo de amigos con los que realizó un programa de radio en donde al inicio trataban distintos tópicos y después solo se enfocaron a temas de género.
La investigación que realizaban para el programa y los temas que trataban provocó que se adentrara al feminismo, de esa manera pudo darle "nombre a sus pensamientos" y conocer que hay otras realidades, de las que había vivido.
Cuenta que creció en una familia conservadora, en un entorno prohibicionista donde no se hablaba de métodos anticonceptivos ni de que las mujeres podían decidir no casarse ni tener hijos. Incluso la mayoría de sus amigas de la preparatoria fueron madres muy jóvenes.
Ese contexto generó que desde adolescente se cuestionara los roles de género, así como los prejuicios que se enfrentaban algunas mujeres de su comunidad natal por su forma de vivir. Un primer quiebre a esa "manera de pensar" fue cuando dejó Michoacán para continuar con sus estudios. Después al entrar a la universidad tuvo contacto con otros mundos y hace poco tomó la decisión de no tener hijos.
"Desde que era adolescente empecé a cuestionarme al respecto de estos temas y desde entonces la maternidad no figuraba en mis ideales y de pronto me hacía esas preguntas de que si era normal, porque siempre me decían que había que casarse y tener hijos. Yo pensaba ´¿de verdad eso es mi proyecto de vida?´ y ya en la universidad me di cuenta que se vale tener otras formas de vista y pues llegué a esa conclusión, primero por eso".
Esa decisión ya la compartió con su familia, amigos y pareja. Sus padres la toleran, más no la aceptan. Para sus abuelos es más difícil entender su deseo y su novio la apoya.
Las razones principales de Beatriz de no querer tener hijos son: por salud, ya que cualquier mujer se puede morir durante el parto. Por economía, pues las condiciones laborales actuales no son idóneas ni para embarazarse ni mucho menos para criar un niño. No me imagino cómo sería una vida con una persona que dependiera de mi".
Y finalmente, sería por una cuestión de seguridad. "No me gustaría tener un hijo en un país donde hay mucha violencia, en donde asesinan mujeres por el hecho de ser mujeres, donde no te garanticen que tu hijo esté seguro en ningún sitio y pues también mi carrera influyó, yo estudié comunicación y no me gustaría poner una pausa en mi trabajo por cuidar a alguien más".
Contreras Álvarez considera que la idea en relación a la maternidad está cambiando, pues cada vez hay más mujeres que deciden no tener hijos, por el simple hecho que tienen otra opción para planificar su vida.
"Deberíamos de pensar que la maternidad es sólo una forma más de ser mujer, no es lo esencial ni la única, y así como se puede ser madre, se puede no ser madre y tener una vida plena, sin que eso afecte y también las condiciones del mundo actual en verdad no son idóneas para tener hijos. El pensar que no me quiero quedar sola y por eso voy a tener hijos, sin importar cómo podrán vivir en un futuro, se me hace la cosa más egoísta".
La historia de las no - mamás en México
La decisión de no querer tener hijos es un fenómeno que no es nuevo en México ni es característico de las recientes generaciones. Es algo que comienza a proliferarse a partir de 1971, explica Francesca Gargallo, activista feminista y escritora.
En ese año, agrega, el movimiento de liberación de las mujeres resurgió en México, luego que estuviera en el olvido. También se dio en Estados Unidos, América Latina y Europa.
"Ese movimiento era de liberación, no de emancipación. Las mujeres querían liberarse de la mirada masculina, sobre el quehacer de las mujeres, que era una mirada que imponía la obediencia".
El 9 de mayo de 1971 se organizó la primera manifestación en México del movimiento de liberación de las mujeres, cuya consigna principal era que la maternidad es una elección y no algo que define a la mujer. La protesta se realizó en el Monumento a la Madre, en la capital del país.
"Era una posibilidad, era algo que marcaba una nueva forma de vida, pero no era de ninguna manera lo que hacía que una mujer fuera mujer, como se decía antes del movimiento feminista, ´que no eras una verdadera mujer si no tenías hijos´".
En el Monumento a la Madre hay una leyenda que dice "A la que nos amó antes de conocernos" y durante la manifestación las mujeres agregaron "porque su maternidad fue voluntaria". Es decir, no se puede querer lo que no deseas.
"Las mujeres pueden ser madres por un principio de preservación, pueden ser madres porque quieren dar vida o porque se les antoja pasar por la experiencia física de un embarazo, pero también pueden desear no ser madres, porque simplemente no les interesa en nada".
La autora de "La costra de la tierra" y "Al paso de los días" señala que quizás eso fue lo más importante del movimiento feminista de los 70.
"Hoy es algo que todas las mujeres tenemos incorporado, sobretodo las más jóvenes. Esto es la parte positiva del derecho que hoy se otorgan muchas mujeres de no ser madres. Es una liberación, que tiene que ver con la idea de que hago lo que se me venga en gana y mi afecto no pasa por la necesidad de ser madre, eso es muy positivo".
Sin embargo, también hay una parte negativa y es que en la actualidad hay muchas mujeres que deciden no ser madres porque la vida moderna no les ofrece mejores opciones, "no tienen en su horizonte una idea de continuidad, porque no hay una opción de trabajo satisfactoria, o ya no son capaces de fantasear un mundo fuera de esta opresión capitalista, o dicen que ´este mundo es una porquería´".
Comenta que hay motivos que no son positivos ni negativos. "Por ejemplo nunca antes en la historia de la humanidad fuimos 7 mil millones de personas, por lo tanto, es realmente intrascendente para el bienestar y la continuidad del mundo si una mujer tiene o no hijos. Somos un montón y no pasamos por el riego de desaparición, de hecho es más probable que desaparezcamos si seguimos reproduciéndonos".
Con información de La Silla Rota
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