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Mariluz buscaba reencontrarse con sus hijos en EU; fue asesinada en Orizaba
Orizaba, Ver. – A sus 37 años, Mariluz Reyes Jiménez tenía un propósito de vida: trabajar horas extras como empleada en una tienda de autoservicio y así poder reunirse con sus tres hijos en los Estados Unidos. Sin embargo, fue fulminada por una descarga de celos de su exesposo, según especialistas que ahora investigan su asesinato.
Con base en la relatoría de familiares, la última vez que Mariluz fue vista con vida fue el pasado 23 de febrero de 2017. “Ese día no trabajó y su exmarido la citó en un lugar de Orizaba (en la zona centro de Veracruz), supuestamente después irían al cine”.
Las noticias llegaron hasta el martes 09 de marzo de 2017, cuando lugareños de la comunidad de Zoquitlán Viejo, perteneciente al municipio de Ixtaczoquitlán, reportaron la presencia de extremidades humanas depositadas en cajas de cartón y otras más esparcidas en el fondo de un barranco. Eran los restos de la mujer orizabeña, así confirmaron autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE).
“Es una lástima su muerte, no solo fue mi amiga, fue mi compañera de trabajo y siempre decía que quería juntar dinero para reencontrarse con sus hijos. Es lo que más me tiene indignada”, expresó una conocida de Mariluz quien solicitó el anonimato.
La referencia anterior, coincide con la actividad en la red social de la víctima, quien solía hacer público los sentimientos hacia sus hijos “no existen madres perfectas, pero sí existen madres que aman a sus hijos más que a su propia vida”, compartió en una imagen en diciembre de 2016.
El resto de las amistades de Mariluz Reyes, coinciden que en vida fue una chica sencilla, con ilusiones y que, al igual que su familia, solía encomendarse para todo a Dios, (sic). Todos, prometen que velarán su cuerpo este miércoles 15 de marzo, en la Funeraria Hernández, en Orizaba.
La víctima solía interactuar en las redes sociales, allí consultaba horóscopos y compartía pensamientos alusivos a las decepciones amorosas. Fue el 16 de enero cuando se produjo la última interacción de ella con su expareja Rubén “N”, quien respondió a una fotografía de ella frente a un espejo.
“Se que nunca e sido perfecto y que me equivoque miles de veces, pero para mí eres única no solo especial sino única”, publicó Rubén “N”, quien al día de hoy es señalado como principal sospechoso del crimen doloso, tanto por la familia como por la propia Fiscalía de Veracruz.
“Siempre fue una persona violenta, hay evidencias de que hubo agresiones físicas en contra de mi hermana, la mayoría de veces ocasionados por celos y por muestras de inseguridad con ella”, explicó un hermano de Mariluz Reyes.
El feminicida número 31
Rubén N, no solo habría privado la libertad de su exesposa Mariluz, con quien procreó tres hijos, también la asesinó y cercenó su cadáver desde los tobillos hasta la tráquea; una especie de rompecabezas que requirió de 72 horas para ser reconstruido en el anfiteatro de Orizaba, Veracruz.
De acuerdo con las primeras líneas de investigación, durante 15 días el sujeto privó la libertad de su exesposa y tuvo tiempo para simular su búsqueda y hasta para presentarse a declarar ante el ministerio público orizabeño.
Tras las referencias de los familiares de la desaparecida de comportamientos violentos, además de ser la última persona con quien tuvo contacto, Rubén “N” fue llamado a relatar los hechos del 23 de febrero de 2017. Sin embargo, el sujeto aseguró que, si bien, había discutido con la hoy finada, después se retiró al centro comercial Plaza Valle y no volvió a saber más de ella.
Lo anterior, de acuerdo con expertos en materia penal, se trató de un error pericial por parte de la FGE, pues si bien, no contaban con elementos suficientes para solicitar una orden de aprehensión en contra del señalado, sí pudieron establecer Medidas de Vigilancia, comprendidas en el Código Nacional de Procedimientos Penales (CNPP).
“Aún antes de que el Juez de control competente dicte la orden de cateo, el Ministerio Público podrá disponer las medidas de vigilancia o cualquiera otra que no requiera control judicial, que estime conveniente para evitar la fuga del imputado o la sustracción, alteración, ocultamiento o destrucción de documentos o cosas que constituyen el objeto del cateo”, Artículo 285, CNPP.
La ausencia de Mariluz Reyes sembró angustia en su madre con el paso de los días, y decidió solicitar apoyo con el Colectivo Familias de Desaparecidos Córdoba - Orizaba, para exigir a las autoridades ministeriales el rastreo de su hija.
De acuerdo con Aracely Salcedo Jiménez, líder de la agrupación, ante la solicitud de la madre la ficha con señas particulares de Reyes Jiménez comenzó a ser distribuida en la región de las Altas Montañas.
Fue precisamente Rubén “N”, uno de los difusores de la ficha digital desde su cuenta de Facebook, cuatro veces compartió la información entre el 27 de febrero y el 04 de marzo de 2017.
El presunto homicida se refirió a un familiar preocupado por la desaparición de su exesposa de la siguiente forma: “Gracias tío y gracias comadre x compartir la publicación y tengo fe en Dios que esta bien y pronto aparecerá”.
“Él nos decía que no dejáramos de buscarla, que compartía el dolor con la familia; a pesar de que nosotros sabíamos que durante su matrimonio hubo escenas de violencia, principalmente por celos”, enfatizó el hermano de la víctima.
Las noticias llegaron hasta el martes 09 de marzo de 2017, cuando lugareños de la comunidad de Zoquitlán Viejo, perteneciente al municipio de Ixtaczoquitlán, colindante con Orizaba, Veracruz, reportaron la presencia de extremidades humanas depositadas en cajas de cartón y otras esparcidas en el fondo de un barranco.
Un elemento de la Fiscalía de Veracruz, quien también solicitó el anonimato pues tiene prohibido dar declaraciones por órdenes del titular del organismo Jorge Winckler Ortiz, expresó que “sí hubo mucha saña en el crimen. No sabemos si fue la naturaleza o algún animal, pero los restos fueron encontrados en distintas partes del predio”.
Tuvieron que pasar tres días del hallazgo, 15 en total desde la desaparición, para que las autoridades acudieran al domicilio de Rubén N., ubicado en Ixtaczoquitlán, a unos 10 kilómetros donde el cadáver de la víctima fue arrojado por su probable responsabilidad. Sin embargo, para entonces el domicilio ya estaba abandonado.
“Para nosotros es una pérdida enorme, el caso nos tiene muy molestos, consternados. Exigimos justicia, porque creemos en la justicia del hombre. Sin embargo, las autoridades supieron lo que pasaba e hicieron caso omiso”, reprueba el hermano de Mariluz.
Es el resumen del feminicidio número 31 en el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, con un saldo del 100 por ciento en favor de los perpetradores; forajidos de la justicia.
Orizaba, tierra de feminicidios
El pasado 26 de noviembre de 2016, la Secretaría de Gobernación (SEGOB) emitió la Alerta de Violencia de Género en 11 municipios de Veracruz: Boca del Río, Coatzacoalcos, Córdoba, Las Choapas, Martínez de la Torre, Minatitlán, Poza Rica de Hidalgo, Tuxpan, Veracruz (puerto), Xalapa y Orizaba.
Entre los factores de violencia que fueron tomados en cuenta por la SEGOB, destacó el número de 598 víctimas mortales que habría dejado el sexenio de Javier Duarte de Ochoa, según cifras del Frente Feminista Veracruz.
A la fecha, la alerta no se ha puesto en marcha y, en consecuencia, los crímenes contra mujeres se siguen registrando en la entidad. De acuerdo el proyecto Violencia contra Mujeres y Niñas, de la Universidad Veracruzana (UV) entre enero y febrero de 2017 se cometieron 37 asesinatos, de los cuales 31 reúnen características de feminicidio, según el Código Penal del Estado de Veracruz.
El último hecho que consternó a la ciudad de Orizaba aconteció el 18 de noviembre de 2016, cuando el cuerpo de Vanessa López Atilano, de 19 años de edad, fue hallado enterrado en el patio de la casa de su expareja.
La joven fue reportada como desaparecida desde el 23 de septiembre de ese mismo año y sus familiares iniciaron la búsqueda, también auxiliados por el colectivo Familiares en Búsqueda Córdoba - Orizaba.
Eusebio Rivera Tapia, ex novio de la víctima, confesó su culpabilidad, argumentando que fue motivado por celos. Y posterior a ejecutar el crimen, sepultó los restos debajo de una cisterna, a mitad de su jardín.
El agresor fue delatado por los albañiles a cargo de dicha obra, quienes reportaron olores nauseabundos en el sitio. El agresor fue capturado el 21 de noviembre de 2016 en Santa Ana Atzacan, Veracruz.
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