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Familiares velan a una de las víctimas halladas en Boca del Río
Veracruz, Ver.- Tristeza y coraje son los dos sentimientos que prevalecen en el funeral de Anthony, un joven de 18 años ejecutado y hallado entre los 11 cuerpos abandonados el martes por la noche en una camioneta en Boca del Río, Veracruz.
Una toalla cubría el rostro desencajado de su abuela, sin poder contener el llanto dentro de la carroza fúnebre que trasladó los restos de su nieto desde la Funeraria Ramírez al Panteón Municipal del puerto de Veracruz.
Su madre, accedió a que se hicieran algunas tomas del funeral, con el único objetivo de reflejar que su hijo era un chico querido por sus amigos y familiares.
Sin embargo los amigos de Anthony no pensaban de la misma manera, cubriéndose el rostro con los gorros de sus sudaderas, con las mangas o bien con las flores blancas que llevaban y muy molestos exigieron a los medios de comunicación retirarse del lugar.
“Perdí a mi mejor amigo”, gritó uno de ellos.
El féretro color pino fue bajado de la carroza fúnebre estacionada en medio del círculo que habían formado los dolientes; la mayoría chicos muy jóvenes, como Anthony.
Algunos de ellos con cuerpos atléticos, compañeros evidentemente del joven que practicaba Pentatlón, como lo recordó su madre.
Una banda de guerra le dio el último adiós a los restos del joven, de acuerdo con lo que su madre detalló antes del funeral.
El padre de Anthony, se cubría el rostro con un pañuelo verde, mientras reclamaba al gobernador, Miguel ángel Yunes Linares, haber criminalizado a los once ejecutados.
Ésta no es la única familia que se siente así, lo mismo ocurrió en otros casos en donde los familiares prefirieron que los medios de comunicación se mantuvieran alejados de los sepelios; por miedo, por coraje e indignación.
En el periódico de mayor tiraje en Veracruz fue publicada una carta firmada por Hugo Morales Alejo en donde escribe:
“Señor Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares:
Antonio Vergara Capetillo era un joven bueno, estudioso, de barrio pobre, donde trataba de ser ejemplo de otros chavos de barrios de cómo salir adelante sin importar el origen y el entorno.
Sábados y domingos al igual que miles de jóvenes que no reciben nada de los gobiernos, (porque los gobiernos creen que apoyar el deporte es dar camisas y balones de fútbol) entrenaba bajo las normas de una institución que tiene casi 80 años trabajando por la Grandeza de la Patria, bajo una disciplina de principios, honor, nobleza y lealtad.
Admiradores de las instituciones. No era delincuente, Su muerte tan cruel merece al menos una investigación justa.
Esta guerra entre priistas y panistas - perredistas por el poder oficial y subterráneo está dejando víctimas civiles, y por lo general cada muerto está marcado por el tufo de los ajustes de cuentas. Le pido, le exijo que no meta este caso en el mismo costal.
Al menos eso merece un joven bueno, morir con su honor reconocido.
Aunque Antonio Vergara es de otra institución diferente a la que un servidor pertenece por origen y finalidad es la misma.
Nuestra solidaridad con los hermanos del Pentathlón Deportivo Militarizado Universitario. Saludos Marciales”.
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