Veracruz, Ver.- Desde hace cuatro meses el cuerpo de quien podría ser el hijo desaparecido de Ana Ramón permanece en una plancha de Servicios Periciales en la Ciudad de Xalapa, ya que el organismo no cuenta con los recursos suficientes para hacer la prueba de ADN que confirme su identidad.

De comprobarse las sospechas de Ana Ramón despertadas en una identificación visual, quien podría ser Alejandro Novoa Ramón, el hijo de una de las integrantes del Colectivo Solecito de Veracruz desparecido en septiembre, ha pasado más tiempo desaparecido en la morgue de la Fiscalía debido a la falta de dinero, que lo que tardaron en encontrar su cuerpo.

“Aparecieron unos restos, casi enseguida, dos semanas después aparecieron unos restos (…) (…) necesito que le hagan la comparativa con el ADN para saber si es o no es mi hijo y esto fue hace cuatro meses y aún no me tienen resultados, que porque no hay presupuesto, no hay presupuesto, no hay reactivos, y me tuvieron, yo apenas esto que me dijeron que no hay presupuesto me acabo de enterar el jueves pasado”, afirmó.

Su caso no es el único, pues varios de quienes permanecen en calidad de desconocidos en Servicios Periciales podrían ser las personas que son buscadas por los diversos colectivos pero no lo saben con certeza ya que no pueden realizar las pruebas de ADN que se necesitan para corroborar su identidad.

En septiembre, cuando Alejandro fue llevado por un comando armado desde el Tejar, fue en compañía de su novia y un cuerpo que fue identificado por su mamá debido a unos tatuajes está en una situación similar, debido a la falta de dinero.

“La madre de esta chica confirmó de vista, porque la chica tenía unos tatuajes, entonces la madre de esta chica la identificó por esto (…) el cuerpo de esta muchacha sigue ahí en Xalapa, no se lo han entregado a sus padres tampoco”, comentó.

Entre las irregularidades de la Fiscalía General del Estado, no solo se encuentran esos cuerpos que fueron encontrados juntos, ya que desde octubre Caridad Figueroa espera saber si su hijo se encuentra entre los cuerpos en una morgue de la zona sur.

Ella tenía más de un año sin saber de Jorge Alejandro, cuando encontraron unos cuerpos, a los cuales les es imposible realizar un comparativo de huellas y para lo que requieren que se hagan pruebas de ADN pero le argumentan que no cuentan con el recurso económico para llevarlo a cabo.

Finalmente, en el mes de enero le dijeron que uno de los dos cuerpos sería llevado a la Ciudad de México para identificar pero con el otro deberá esperar a que haya recursos económicos para poder saber si se trata de su buscado hijo.

“De favor que ya salgan esas pruebas para que me entreguen el cuerpo de mi hijo. Eso ya de favor. No pido más porque ya es un martirio muy grande que tengo”, suplicó.

“Estoy con la angustia de no saber si es mi hijo quien está ahí o no, y yo necesito saber si es o no. Porque pues obvio, es mi hijo, aunque no quiero que sea, si es mi hijo necesito llevármelo, que me lo den, darle descanso y sino es así, ojalá si Dios quiera que no sea él, lo deseo con todo mi corazón. Es una manera horrible esto que está uno pasando”, señaló Ana Ramón.

Ella reclamó que durante varios meses estuvo esperando los resultados ya que le decían que se encontraba en proceso, para apenas hace unos días decirle que las pruebas no se han realizado ya que no cuentan con el reactivo para obtener el ADN del cuerpo.

Además, comentó que los colectivos no son avisados cuando existen personas que son encontradas muertas para que intenten hacer una identificación visual de sus hijos.

Por el contrario, explicó, son ellas quienes deben buscar averiguar si existe alguna novedad para acudir desde sus ciudades de origen a Xalapa o a cualquier lugar a intentar identificar entre las fotografías de los cadáveres a sus seres queridos, pero cuando parecen haberlo logrado no pueden concretar el ciclo ya que “no hay dinero”.

Avc 

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