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Civiles vinculados al CJNG confirman 3 asesinatos más en el Rancho El Limón
Xalapa, Ver.- A pesar de que la Procuraduría General de la República (PGR), se declaró incompetente para investigar el caso Tierra Blanca por delito de delincuencia organizada, la Fiscalía de Veracruz confirmó un tercer secuestro vinculado a seis integrantes del Cartel Jalisco Nueva Generación; mismos que en contubernio con policías estatales asesinaron a los cinco jóvenes de Playa Vicente, en enero de 2016.
Mediante un comunicado, este lunes 30 de enero de 2017, la FGE confirmó el asesinato de Tomás Maza García, desaparecido desde el 01 de octubre de 2015, en Cosamaloapan. De acuerdo con la parte oficial, el hombre de oficio ganadero, fue incinerado y sepultado en el rancho El Limón -predio vinculado a Francisco Navarrete, presunto jefe de plaza en Tierra Blanca -.
Con lo anterior la Fiscalía confirma la muerte de tres personas en el rancho de Tlalixcoyan; sin embargo, Roberto Campa Cifrián, Subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, advirtió que en el mismo terreno fueron hallados 8 mil fragmentos humanos, correspondientes a 400 personas.
Los seis imputados por homicidio doloso de Tomás Maza son Bernardo “N”, Jorge Miguel “N”, Manuel “N”, Fito y/o Arnulfo ¨N¨, Enrique “N” y José Dolores “N” quienes fueron detenidos en mayo de 2016, y se hacen llamar “Mata Zetas” y miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Se trata del tercer crimen en el que estos civiles declaran haber participado como ejecutores. En un primer caso, Fito y/o Arnulfo ¨N¨, alias “El Chivo” y Manuel “N”, alias “El Dalay” confirmaron haber privado la libertad de José Miguel Elvira Lozano, además de descuartizarlo y quemarlo en el interior de un tambo con combustible.
La madre de la víctima declaró, que el 17 de noviembre de 2015, circulaba con su hijo, José Miguel Elvira a bordo de una motocicleta y fueron alcanzados por una camioneta roja, a la altura del camino vecinal Loma de los Pichones.
Abundó que de la camioneta descendieron tres sujetos con armas largas, quienes se presentaron como Policía Judicial; uno de ellos gritó “bájate, cabrón”, para después subirlo al vehículo y llevarlo con rumbo desconocido.
En un segundo caso, Jorge Miguel Saldaña García, alias “El Craner”, declaró haber plagiado a Ángela Mata Medina, a quien llevó hasta el rancho El Limón; golpeó con un bate hasta asesinarla y como al resto de sus víctimas, la fundió en un tambo con diésel.
En declaraciones ante el ministerio público de Tierra Blanca, la madre de Ángela Mata Medina, manifestó que el dos de noviembre de 2015, se dirigía con sus dos hijas a la localidad de Joachin, a bordo de una camioneta.
Dos sujetos en motocicleta les marcaron el alto, a la altura de la comunidad de Guapinole, al detenerse, un segundo vehículo se estacionó de frente y luego descendieron cuatro sujetos armados. Uno de ellos se dirigió a Ángela Mata, “bájate, perra”, le ordenó llevándosela finalmente con rumbo a la localidad de Angostura.
Los nombres de los presuntos asesinos, pertenecen al grupo de 21 detenidos por el caso Tierra Blanca; 13 civiles vinculados al CJNG y ocho ex policías estatales, entre ellos Marcos Conde, quien era el subdelegado regional de la Secretaría de Seguridad Pública, y que además es señalado por diversas víctimas como el operador de las desapariciones forzadas en Veracruz en los últimos años.
De los 13 civiles, tres describieron en una declaración (asentada en la Carpeta de Investigación 27/2016) una presunta alianza entre el CJNG y “Los Estuches”, como se referían a los policías estatales.
“Al rancho El Limón, llegaba a quien le apodaban ‘Conde’ acompañado de cinco o seis policías estatales que se trasladaban en patrullas de la SSP. Había ocasiones que llegaban en vehículos particulares. Nos llevaban a personas que ellos mismos levantaban; nos decían que eran 'efectivos' y ya después eran ejecutados por ‘El Flaco’”, explicó uno de los detenidos.
De acuerdo con el mismo declarante, los “becerros”, o también llamados “paquetes”, eran presuntos vendedores de droga, secuestradores, violadores o elementos de diferentes células delictivas.
El segundo testimonio dio otros detalles de la operación: “‘El Kuini’ era el encargado del grupo, él nos avisaba cuando íbamos a tener visita de ‘Los Estuches’, quienes llevaban a ‘los becerros’ (las víctimas). La Estatal la lleva con el Cártel de Jalisco Nuevo Generación, al que yo pertenezco”.
Mientras que el tercer detenido confirmó la relación con la policía a cargo de Conde: “yo nunca conocí a quienes le hacían de halcones, lo que sé es que con la Policía Estatal de Tierra Blanca no había problema alguno; los llamábamos ‘Los Estuches”.
Nada de lo anterior fue considerado por la PGR como delincuencia organizada. El organismo tampoco consideró que en “El Limón” fueron recuperados tres automóviles reportados como robados; así como vehículos de carga, válvulas, abrazaderas, tanques con restos de diésel y demás implementos empleados en el robo de hidrocarburos.
Los verdugos de Tomás Maza, los mata Zetas
El nombre de Tomás Maza García se escuchó en la parroquia del Carmen, cuando los padres de cinco jóvenes, que cumplían un mes de haber sido desaparecidos, organizaron una misa en Tierra Blanca. Aquella tarde no intercedieron por cinco, sino por 23 personas privadas de su libertad.
Los familiares del ganadero, originario de Cosamaloapan, apenas levantaron la voz cuando el sacerdote invitó a los presentes a compartir sus penas. “Tenemos miedo”, confesaron, pues a Tomás se lo llevó un grupo de seis pistoleros y fueron claros con él, “súbete a la camioneta que ya te cargó tu madre”.
Con base en la causa penal 05/2017, a Tomás Maza lo “levantaron” en el ejido El Coyote, en Cosamaloapan, mientras cenaba en una taquería. "Tírense todos al suelo", gritaron los de armas largas a los comensales, luego se llevaron a Tomás a bordo de una camioneta blanca de doble cabina, con dirección a Mata Redonda.
A dos años del plagio, la Fiscalía confirmó que el desenlace de la víctima estuvo en el rancho del municipio de Tlalixcoyan.
A Tomás lo llevaron, en contra de su voluntad, hasta el rancho “El Limón”, donde le dispararon en la cabeza con una subametralladora UZZI, luego lo descuartizaron y su cuerpo fue desintegrado en tambos con diésel, “prendiendo fuego hasta que el cuerpo se consumiera en cenizas”.
Los victimarios aseguraron que “fue levantado porque los andaba poniendo con los soldados y dando la ubicación de los ranchos donde operaban, que todo esto lo hacían porque pertenecía a un grupo de la delincuencia organizada, dedicada a matar gente del grupo denominados Z”.
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