CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota)‑ De acuerdo a la encuesta nacional de la asociación Por el Derecho a Morir con Dignidad, el 63 por ciento de los entrevistados consideró que ante enfermedades terminales y dolorosas es aceptable la eutanasia.

Y ante el aumento de las enfermedades crónico-degenerativas y el envejecimiento de la población mexicana, se requiere iniciar la discusión de la eutanasia y el suicidio asistido, ya que los adultos mayores y los enfermos tienen derechos que exigir y ejercer, entre ellos, morir con dignidad, señaló Diego Valadés, integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.

“Aunque la dirigencia política no esté preocupada por el tema, sí es una inquietud que avanza en la sociedad, de manera que pronto se convertirá en un reclamo social”, expuso.

El abogado constitucionalista recordó que la muerte asistida o eutanasia se aceptó sólo a quienes tenían enfermedades terminales y dolorosas, pero en algunos países ya se ensanchó el concepto a quienes sufren padecimientos que afectan las posibilidades de autonomía y merman la dignidad.

“Es un derecho de quienes desean preservar su dignidad o no quieren prolongar su dolor”, afirmó.

Diego Valadés indicó que algunos valores religiosos y concepciones éticas aseguran que el dolor debe soportarse como un tributo divino, sin embargo, para quienes carecen de alguna creencia religiosa, el sufrimiento y el dolor “se ha convertido en un tema más del Estado laico”.

“Si el Estado es laico debe promover la ampliación de los derechos de las personas, que de ninguna manera afectan los de los creyentes; pero por el contrario, los derechos de los creyentes sí afectan a los de los no creyentes, y eso es incompatible con un Estado laico y con un Estado democrático”, afirmó.

Propuso que el Estado mexicano debe garantizar la eutanasia dentro de condiciones de seguridad plena, con protocolos médicos y jurídicos rigurosos, “a favor de quienes deseen ser privados de una vida que ya consideran innecesaria”.

Actualmente en México la voluntad anticipada permite a cualquier persona indicar ante un notario su voluntad respecto a permanecer o no conectado a aparatos que garanticen una sobrevida artificial, sin embargo, aún falta permitir la eutanasia y el suicidio asistido.

mlr

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