Xalapa, Ver.- Las mujeres lesbianas sufren la invisibilidad en la que las sume la sociedad por no encajar en las características que debe reunir una mujer, por lo que se les generan situaciones de violencia en materia de salud y justicia, que van desde malos tratos y desatención, hasta agresiones severas.

Esto lo expresó Josefina Valencia Toledano, coordinadora general de la organización El Closet de Sorjuana, dedicada a la atención de los derechos humanos, especialmente de mujeres lesbianas.

Explicó que la violencia por prejuicio es la que se ejerce en contra de las mujeres lesbianas, pues se trata de una agresión ejercida tanto por personas, como por instituciones, muchas veces de salud o de procuración de justicia.

Es por ello que a pesar de ser ciudadanas, no encuentran garantía a sus derechos ni los servicios básicos a los que deben acceder, todo por el prejuicio que existe sobre ellas y su forma de vida.

“Somos invisibles y aunque parezca que no, eso sí nos violenta porque no encontramos respuestas, cuando exponemos nuestra orientación sexual hay desde rechazo, hasta violencia y falta de atención, va desde comentarios incómodos a la negación del servicio y un mal trato”, expresó.

En el caso del derecho a la salud, dijo, “hemos visto desde mala información, poca calidad, malos tratos, negación del servicio. En el tema del cáncer de mama las lesbianas son las que más enfrentan esta situación y nadie las contempla en las campañas de salud. Para los profesionales de salud no existimos y no toman en cuenta nuestras necesidades”.

Buena parte de estos prejuicios, que violentan los derechos de las mujeres son provocados por la limitada educación sexual que hay en la población, pues se le sanciona a las mujeres si no son madres y se les considera “vírgenes” sólo por el hecho de no tener relaciones sexuales con hombres.

En cuanto a las agresiones que sufren las mujeres lesbianas por parte de las instituciones encargadas de la seguridad y la impartición de justicia, dijo, se encuentran casos como los de los policías que desde las patrullas agreden a las parejas que van tomadas de la mano o que se encuentran simplemente en la vía pública.

“La policía te grita en la calle cosas como ´puerca´, y con la naturalidad de que no habrá sanción, cuando hay detenciones siempre hay una amenaza de que puede haber agresiones físicas, como el caso de las chicas de Veracruz”, recordó la activista, quien a través de la organización acompaña el caso de dos jóvenes que sufrieron tortura sexual en una detención por parte de elementos de seguridad, cuando se supo que eran pareja.

En el interior de los centros penitenciarios, dijo, también se presentan casos de violencia, sin embargo estos poco o nada se denuncian, también por esta concepción de invisibilidad que se le da a las mujeres y en especial a las mujeres lesbianas.

Dijo que en estudios que se han hecho a nivel de Latinoamérica, se ha detectado que del grupo de población lésbico-gay-bisexual-transexual-transgénero-intersexo, quienes más denuncian las agresiones son los hombres gay y las mujeres transexuales, pero las lesbianas no, debido a que muchas viven en una situación de normalización de la violencia, mientras que otras simplemente no lo hacen por temor al mal trato que puedan recibir. 

Avc