Amatlán de los Reyes, Ver.- Tras efectuar una marcha por la paz, con cientos de feligreses, el padre Julián Verónica exhortó a las autoridades a cambiar las estructuras de Gobierno que no están respondiendo a las necesidades de la comunidad; las autoridades deben hacer un mayor esfuerzo para garantizar situaciones y niveles de vida buenos para las familias veracruzanas.

Julián Verónica apuntó que hoy la sociedad se encuentra inmersa en una gran “indiferencia” hacia el dolor de lo demás, actitud que ha sido fruto de un “trabajo” enorme por hacer que los pueblos pierdan su unión, su solidaridad,  la fraternidad, por fortuna a muchos no les ha parecido por ello han surgido “resistencias” sociales.

“El pueblo ha aprendido a organizarse, a hablar, a manifestarse, a hacer redes; ha aprendido a tener también una espiritualidad cercana al hermano, una espiritualidad que es muy samaritana que sale al encuentro del caído”, enfatizó Verónica Fernández, párroco de Amatlán  y activista social.

Resaltó que la marcha efectuada este domingo por calles de Amatlán, es parte de las actividades trazadas por las “Iglesias por la Paz” y la jornada de “10 días por la Paz” que finalizarán el próximo miércoles 28 del mes en curso, en el que se ha abordado el problema de la violencia, sus consecuencias y posibles soluciones, además, de incluir a los jóvenes en el debate de la paz, la concordia y la solidaridad.

Agregó que los migrantes siguen siendo víctimas de la violencia y las autoridades competentes han hecho como que no escuchan, por ello es el pueblo el que se tiene que solidarizar y organizar para seguir trabajando a favor de los derechos humanos, “pues si un pueblo se muestra solidario, uno con el otro y asume el dolor del otro, las cosas pueden cambiar”.

“Tenemos que estar atentos de lo que está pasando, de los síntomas que están sucediendo, estar atentos a los signos de los tiempos, eso nos hará sensibles pero sobre todo nos hace ver que podemos ser mejores personas”, dijo.

No obstante, insistió en que el trabajo debe continuar sobre todo para erradicar esa actitud de “rico poderoso” que desprecia al pobre, no se trata de no ver el sufrimiento del otro porque nos compromete, precisamente hay que quitarse esa actitud y abrir el corazón, sobre todo aprender a confiar “entre nosotros” en Dios.

“Aprender a confiar en el hermano, que rescatemos esta parte muy humana nuestra que nos dice que necesitamos todo de todos, y que no podemos estarnos señalando, culpando y que no podemos cargar responsabilidades nuestras a los otros de lo que hacemos. No podemos seguir excluyéndonos de una vida digna, que no podemos nosotros reproducir actitudes de soberbia, señalar y enjuiciar a nadie, porque creo que eso no nos ayuda ni abona en estos momentos a construir la paz y creemos que es un buen momento de crisis para la solidaridad, como lo dice el Papa”, afirmó. 

Avc