El historiador Enrique Krauze calificó como una “irresponsabilidad académica” e “inadmisible” el plagio cometido por el presidente Enrique Peña Nieto en su tesis para obtener su título de Licenciado en Derecho por la Universidad Panamericana.

Krauze, uno de los autores plagiados por Peña Nieto, publicó la tarde del lunes una nota en el portal de la revista Letras Libres, en la que asegura que es válido realizar el escrutinio biográfico de los personajes que ostentan el poder, como se hizo en el reportaje publicado ayer por Aristegui Noticias.

“En una democracia”, señaló el historiador, “es fundamental el escrutinio biográfico de quienes detentan el poder así como de quienes aspiran a detentarlo”.

El historiador agregó: “Bajo ese criterio, he revisado someramente la tesis de Peña Nieto, con los señalamientos de plagio que se desprenden del reportaje de Carmen Aristegui. Se trata, en efecto, de un trabajo hecho con irresponsabilidad académica, en el que se entreveran líneas y páginas extraídas de autores diversos, debidamente citados, con otras páginas y líneas que carecen de la necesaria adjudicación, ya sea mediante un entrecomillado con una cita a pie de página, o una mención explícita en el cuerpo mismo del texto. La proporción de estas últimas es considerable e inadmisible”.

Además de Krauze, el hoy presidente plagió a los académicos Diego Valadés y Jorge Carpizo, el expresidente Miguel de la Marid Hurtado, así como autores como Linda Hall, Héctor Fix-Zamudio, Emilio Rabasa, Víctor López Villafañe, entre otros.

“En mi caso”, continúa Krauze en su texto, “el libro Plutarco Elías Calles: Reformar desde el origen aparece citado en la bibliografía pero no en el texto, que toma diez líneas de manera literal sin citar la procedencia”.

“El caso confirma un axioma que todos los políticos deben recordar: su biografía, aún la más remota, no pasará desapercibida. La verdad, tarde o temprano, se abre paso”, dice en su texto el director de Letras Libres.

Para Krauze, en México está muy extendida la práctica de utilizar las ideas de otros sin citarlos de manera correcta: “En el pasado, cuando no existía Google ni otros instrumentos de verificación, este vicio podía pasar oculto. Más aún, cuando los directores de tesis, los sinodales o las propias autoridades académicas tomaban estos textos como un mero trámite. Es de esperarse que ahora las cosas sean distintas”.

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