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A una década de su fundación, Wikileaks pierde algunos amigos
Han pasado 10 años desde que Julian Assange fundó Wikileaks, el sitio web que se convirtió en el más prominente repositorio digital del mundo de información gubernamental filtrada. La organización celebró sus diez años de vida a lo largo de la última semana mostrando todo lo que hace a su marca de transparencia radical a la vez tan poderosa y problemática:
*El domingo, Debbie Wasserman Schultz renunció a su puesto de jefa del Comité Nacional Demócrata de Estados Unidos porque Wikileaks obtuvo y publicó embarazosos correos electrónicos de la organización.
*El lunes, un académico llamado Zeynep Tufekci escribió un urticante artículo sobre otra publicación reciente de datos de Wikileaks que incluía 300 mil correos electrónicos relacionados con el gobierno turco. En el artículo, titulado “WikiLeaks pone a las mujeres en Turquía en peligro sin ninguna razón”, Tufekci argumentaba que en los correos no había nada digno de ser noticia pero que Wikileaks había expuesto bases de datos masivas que contenían información privada de casi todas las mujeres del país.
*El martes, funcionarios estadounidenses de inteligencia dijeron que el gobierno ruso era casi con seguridad responsable del hackeo al CND y el New York Times publicó que Assange sincronizó el lanzamiento de la filtración para maximizar el daño político a Hillary Clinton.
*El miércoles, Wikileaks publicó más información obtenida del CND, esta vez una serie de mensajes de voz.
*El jueves, Edward Snowden, quien expuso a la luz pública el programa de vigilancia de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos y aliado natural de Wikileaks si los hay, criticó a la organización por su insistencia en publicar información recibida sin ningún tipo de edición: Edward Snowden @Snowden “La democratización de la información nunca ha sido más vital y Wikileaks ha ayudado. Pero su hostilidad hacia la más mínima curaduría es un error”. Twitter: Edward Snowden en Twitter.
Wikileaks, que no se anda con chicas, fue a la ofensiva. A su modo de ver, los Demócratas eran corruptos y estaban desesperados por distraer, Tufekci era un pelele del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, la historia del New York Times era “totalmente falsa” y Snowden estaba maniobrando para conseguir que un futuro gobierno de Clinton lo absuelva. Wikileaks ha usado también su cuenta de Twitter recientemente para publicar un comentario aparentemente antisemita y empezar una pelea con el CEO de Twitter por la decisión de la compañía de cerrar la cuenta de un controvertido comentarista de derecha asociado con acoso en línea.
Así que han sido días peculiares. Pero Wikileaks siempre ha sido un fenómeno peculiar. Su importancia viene de su habilidad para aceptar y mostrar online información filtrada sin exponer la identidad de sus fuentes o sucumbir a intentos de gobiernos de censurar su producción. Era una tarea aparentemente simple que requería habilidades técnicas que la mayoría de las empresas de medios no tenían, según Alex Howard, analista sénior de la Fundación Sunlight, grupo de defensa de la transparencia estatal. “Fue enormemente significativa la capacidad técnica de facilitar denuncias y luego mantener los documentos en cuestión online en redes de distribución y reproducción. Ese sigue siendo el aporte de Wikileaks”, dijo.
La organización ha sido menos sofisticada para decidir qué hacer con este tipo de información. Hay desde hace mucho una tensión entre el impacto positivo de exponer cosas que organizaciones poderosas buscan mantener en secreto y las implicaciones negativas de hacer públicos datos personales privados. En ese debate, Wikileaks se posiciona en el extremo. La respuesta, desde su punto de vista, es simple: cuanto más, mejor.
Incluso gente que ve la misión general de Wikileaks -“Abrimos gobiernos”- como algo admirable, ha criticado al grupo de imprudente. Las censuras de las últimas semanas traen ecos de discusiones de hace años. Steven Aftergood, director del proyecto de secreto gubernamental en la Federación de Científicos Estadounidenses, dijo en el 2010 que la visión de Wikileaks como un defensor de la libertad de expresión era desacertada. “Las críticas a Wikileaks han sido ampliamente confirmadas desde entonces”, dice. “Afortunadamente más gente ve ahora a la organización por lo que es”. Wikileaks no respondió a un pedido de entrevista.
Incluso aliados naturales de Wikileaks dicen que están dañando la causa. A Howard, de la Fundación Sunlight, le preocupa que la indiferencia de Wikileaks ante temas de legitimidad de la privacidad pueda tener consecuencias para otros luchadores de la transparencia estatal, porque les suministra a sus oponentes políticos un villano. Tufekci escribió que el gobierno de Erdogan ya ha aumentado su campaña de censura en Turquía.
Críticos de Wikileaks dicen que la inteligencia rusa ha “usado como un arma” a la organización con el hackeo al CND, esencialmente llevando la atención a los documentos y aprovechando la marca de Wikileaks como sitio de documentos jugosos. Es probable que esta percepción disminuya el impacto de la organización en el tiempo, dice Paul Rosenzweig, especialista en seguridad cibernética que trabajó en el Departamento de Seguridad Nacional bajo George W. Bush. “Es la diferencia entre crearse para tomar información de denunciantes que podrían tener quejas justas y convertirte en canal ara espías”, dijo. La transparencia radical pierde su atractivo si se transforma en herramienta que los gobiernos usan contra otros.
Wikileaks tiene que competir con otras organizaciones de acceso a la información. Durante la última década, otras organizaciones de medios han tomado aspectos del atractivo singular de su enfoque periodístico. La cobertura de su filtración más vasta el año pasado, la llamada Panamá Papers, fue manejada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, que coordinó a más de 100 organizaciones mediáticas para analizar los documentos simultáneamente durante un año completo. Algunos de los documentos destacados fueron publicados, pero sin información personal incluida.
Los futuros filtradores podrían preferir este enfoque, especialmente si Wikileaks es visto como un portavoz de determinados gobiernos o como un manipulador irresponsable de información filtrada, lo que haría que los denunciantes se fueran a otro lado. “Si eres el próximo Snowden, ¿vas ahí o vas a una organización mediática que tiene un enfoque diferente, una capacidad y estándares éticos que implican que se tomarán en cuenta los potenciales daños?”, dijo Howard.
Puede que esto sea sólo expresión de deseos. Si bien las críticas a Wikileaks han aumentado en las últimas semanas, es difícil afirmar que su impacto ha disminuido. La crítica de Tufekci al hackeo en Turquía fue en gran medida una queja de que los documentos de Wikileaks no eran importantes, pero muchos periodistas los trataron como si lo fueran, simplemente debido a su fuente. La filtración del CND fue una de las grandes historias de la convención. Los oponentes políticos de Clinton parecían más interesados en lo que los correos electrónicos decían que en el proceso a través del cual fueron expuestos. El jueves por la noche, mientras Clinton daba su discurso de aceptación en Filadelfia, un grupo de manifestantes en el público desplegó una gran pancarta de Wikileaks.