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PRI “atropelló, humilló y despreció" a los veracruzanos

Académicos del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales, consideran que por fin el hartazgo de la sociedad encontró una respuesta

Xalapa, Ver. La salida del Partido Revolucionario Institucional del poder en Veracruz, después de 86 años, se debe a que el PRI “atropelló, humilló y despreció tanto a los veracruzanos”, coincidieron investigadores de la Universidad Veracruzana.

En entrevista, el académico Leopoldo Alafita Méndez dijo que por fin el hartazgo de la sociedad encontró una respuesta en el pasado proceso electoral al sacar al régimen priista.

Alafita Méndez detalló que la particularidad de estas elecciones, versa en el sentido de la disminución del porcentaje de electores, con respecto a la lista nominal, que  apoyó al PRI.

Es decir, si hasta antes del proceso el tricolor tenía un peso político de alrededor de hasta 15 puntos de 100, tomando en cuenta las últimas elecciones, ahora el promedio de apoyo ronda hasta en seis puntos, siendo Coatzacoalcos el distrito que dio la mayor lección de hartazgo, pues ahí el PRI vio “su debacle”.

“Se lo ganaron, es una expresión muy clara de la población, por eso creo que los veracruzanos deberíamos estar celebrando en las calles”, acotó.

Sin embargo, dijo que hay una falta de ponderación de lo que significa el triunfo de la alternancia, que más allá de un triunfo partidista, “es de los veracruzanos que han encontrado vehículos en esas expresiones partidarias para poder rechazar este gobierno”.

Lamentó que los resultados sean producto de un voto de castigo, más allá de una comprensión de que el poder está en las manos de los ciudadanos, aunque confió que a medida que se vaya procesando el contenido de ese derecho, la gente estará “menos apenada de salir a la calle para expresar su triunfo”.

De la mano de esa comprensión, dijo, se va a incrementar el tamaño de la participación ciudadana, pues el voto nulo, de ser un partido, habría quedad en el cuarto sitio, superando a los partidos pequeños.

“Si muchos de esos nulos, si vieran la perspectiva hoy y seguramente la que se puede lograr hacer más clara en el futuro, me parece que podrían estar en condición de rectificar”.

Los retos

Los académicos indicaron que la responsabilidad que tiene Miguel Ángel Yunes Linares como gobernador electo va más allá de sus convicciones partidarias.

Sin embargo, los ciudadanos “no podemos dejar que alguien haga a nombre nuestro las cosas, sino que si ya se demostró con toda claridad lo que puede transformar la decisión ciudadana, me parece que la sociedad si abandona ese papel, sería sumamente lamentable”, aportó Alafita Méndez.

Por su parte, Víctor Andrade Guevara enfatizó que la elección del PAN configura eventualmente el escenario competitivo, con nuevas fuerzas en el poder, aunque el país se encuentra en una “transición trunca”.

El integrante del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales aplaudió que con el cambio, el Congreso del Estado estará más repartido, por primera vez en la historia, pues si bien recordó que en 2004 los partidos distintos al PRI formaban juntos la mayoría legislativa, no se logró capitalizar adecuadamente, pues en lugar de controlar al ejecutivo, decidieron negociar.

Sostuvo que se espera que con tres nuevas fuerzas al interior del Congreso, se restablezca el estado de derecho y la confianza en las instituciones, así como a un clima de paz, seguridad y justicia.

“Si hay justicia tendrán que castigar a quienes han cometido una serie de delitos graves, a partir de su posición en el poder político, es uno de los mayores retos”, acotó.

Indicó que hay una gran responsabilidad también sobre los representantes del partido Movimiento de Regeneración Nacional, que se erige como la tercera fuerza política, quienes tendrán que llegar a buenos acuerdos para llevar a Veracruz por buen camino.

Necesario replantear procesos

Respecto al mensaje emitido este mediodía por el gobernador Javier Duarte de Ochoa, en el sentido de que “la alternancia llegó para quedarse”, el investigador dijo que no tenía opción más que aceptar los resultados, “a pesar que evidentemente intervino en el proceso electoral y de una manera ofensiva y grosera promoviendo incluso el temor”.

Finalmente, el académico se manifestó a favor de una reforma que impida más procesos electorales como el pasado, donde los partidos rebasaron los topes de campaña y “predominó el insulto, la bajeza por encima de las propuestas y el debate”.