Ángeles Cruz Martínez

Durante más de un año las tiendas y farmacias del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Superissste) estuvieron prácticamente desaparecidas, sin mercancías, con pasillos y anaqueles vacíos. Ahora, “parece que van a resurgir” las 70 que siguen abiertas, una tercera parte de las que había en 2014.

La casi extinción de estas tiendas se dio luego de que el sistema cayó en insolvencia financiera con una deuda de más de mil millones de pesos con proveedores. El director del Issste, José Reyes Baeza, informó en enero pasado que se pagaron 500 millones de pesos del adeudo, con lo que se podría reabastecer a las tiendas.

Aseguró que con los establecimientos que permanecerán abiertos tienen “expectativas reales de prestación del servicio comercial”, a partir del abasto idóneo de productos.

El pasado 12 de abril se realizó la ceremonia de reinauguración de la tienda Vértiz, a la que asistió el director Reyes Baeza y sus colaboradores, aunque no hubo difusión. En un recorrido que hizo ayer La Jornada, trabajadores del establecimiento comentaron que “lo malo fue la simulación” porque ese día la farmacia lució llena de medicinas, pero eran “prestadas”.

Algunos clientes preguntaron por medicamentos, pero los trabajadores les informaron que no era posible vendérselos “por cuestiones de inventario”. Al día siguiente se los llevaron y hasta ayer el servicio seguía sin prestarse. Los anaqueles lucían vacíos y sólo algunas personas realizaban trabajos de limpieza y mantenimiento de los estantes.

La tienda Vértiz, una de las más grandes de la red Superissste, ofrece productos, principalmente de abarrotes, pero todavía sin variedad de marcas comerciales. En lácteos sólo hay algunas presentaciones y nada en carnes y embutidos.

Los empleados consultados opinaron que “se necesita dinero para invertir y traer las marcas conocidas en todas las áreas, difundir a la población que hay mejor surtido y ofrecer descuentos para competir en el mercado”, como era hace varios años, antes de que por deficiencias en la administración empezaran las pérdidas que superaron 2 mil 700 millones de pesos entre las deudas y gastos de operación, de acuerdo con información oficial.

Por ahora, las ofertas están dirigidas solamente a los trabajadores del Estado. Por toda la tienda hay letreros que anuncian precios de 5 a 15 por ciento más bajos. En el área de perfumería esta semana llegaron algunos productos como tintes para el cabello y cremas. Según informaron las autoridades a los empleados, en los próximos días y semanas aumentará la oferta de mercancías. También falta mejorar el trabajo administrativo, pues resulta que con la reingeniería financiera que se hizo a Superissste, además del cierre de más de 200 tiendas, se ofreció a los empleados cambios de adscripción, así como la posibilidad de que se jubilaran.

Con información de La Jornada http://www.jornada.unam.mx/2016/05/27/sociedad/039n1soc