Rubén Villalpando, Gustavo Castillo y Fabiola Martínez

Por razones de seguridad, el gobierno federal decidió reubicar a Joaquín El Chapo Guzmán Loera del penal federal número 1, El Altiplano, al 9, en Ciudad Juárez, Chihuahua. El traslado se realizó coincidentemente horas después de que el juzgado tercero de distrito con sede en la Ciudad de México opinó que es procedente la extradición a Estados Unidos del líder del cártel de Sinaloa.

La decisión del juzgado tercero en cuanto a una probable entrega de Guzmán Loera “no significa que ya pueda ser enviado a ese país”, dijo su abogado, José Refugio Rodríguez Núñez, pues, explicó, “aún falta que la cancillería emita su determinación de entrega y que ante una posible aceptación de la solicitud estadunidense se promnuevan juicios de amparo que podrían llegar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

El traslado se realizó durante la madrugada y bajo fuertes medidas de seguridad. El líder del cártel de Sinaloa fue sacado del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1 y llevado al aeropuerto de Toluca y posteriormente a la Ciudad de México, desde donde abordó un avión Lear Jet con destino a Ciudad Juárez.

Luego de que Guzmán Loera fue ingresado al Cefereso número 9, quedó recluido en la misma sección donde se encuentra el que era su jefe de seguridad y tres sicarios con los que fue detenido a principios de este año, incluido su cuñado, Orso Iván Gastélum Cruz (a), El Cholo Iván.

Para el traslado del líder del cártel de Sinaloa fueron enviados alrededor de 200 agentes federales para reforzar la vigilancia perimetral y al interior del Cefereso de Ciudad Juárez.

Asimismo, agentes federales y militares tienen sitiada la zona y evitan el ingreso de visitas y abogados, además de que cada vehículo oficial es revisado, como parte de las medidas de seguridad que se implementaron con este reo considerado de alta peligrosidad.

Fuentes del penal federal número 9 aseguran que mientras el capo esté recluido en Juárez tendrá vigilancia permanente las 24 horas del día para evitar una posible fuga.

Posteriormente, la Comisión Nacional de Seguridad confirmó el traslado, y señaló que su cambio de prisión fue “oportunamente comunicado a los distintos jueces de amparo y en materia de procesos penales federales, para la continuación debida de las causas penales y juicios de amparo correspondientes”.

La comisión, que dirige Renato Sales Heredia, señaló que el traslado formó parte de la “estrategia de seguridad implementada de septiembre a la fecha, dentro de la cual se han rotado a más de 7 mil 400 internos en todo el país”, como medida para evitar actos de corrupción o intentos de fuga de las prisiones federales.

Asimismo, la dependencia mencionó que el cambio “se realizó con pleno apego a los derechos humanos del interno y obedece a la política penitenciaria federal, en razón de distintas obras que se realizan en el Cefereso número 1 para reforzar la seguridad del penal”.

En tanto, el abogado José Refugio Rodríguez Núñez dijo a La Jornada que el juzgado tercero de distrito con sede en la Ciudad de México concluyó su análisis de la solicitud de extradición de Guzmán Loera, pero aseguró que “de ninguna manera ello representa una posibilidad de extradición inmediata, a no ser que se realice de manera ilegal.

“Hay procedimientos de amparo que no han concluido y también se pueden promover para que mi cliente siga en territorio nacional”, precisó.

Al preguntarle sobre si la defensa de Guzmán Loera han llegado a un acuerdo con autoridades estadunidenses para que se allane el camino de la extradición, rechazó que se tengan contactos con agencias de ese país y “por el contrario, seguimos con estricto apego al derecho mexicano en todos los procesos”.

Con información de La Jornada http://www.jornada.unam.mx/2016/05/08/politica/005n1pol