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Héctor Yunes, el candidato “limpio” que dejó sucio
Botellas de agua tiradas bajo la mesa, macetas volteadas y tierra en el piso. Así quedó la sala del Ople tras el registro de Héctor Yunes Landa como candidato al gobierno de Veracruz.
Pero no fue lo único que quedó por los suelos. Cirilo Rincón Aguilar, procurador agrario de Veracruz, terminó acostado sobre una maceta del Ople, y Marco Antonio Aguilar Yunes estuvo a punto de correr la misma suerte, pero logró detenerse de otras personas.
Acompañado de seguidores del PRI y cuatro partidos satélite: PVEM, AVE, PANAL y Cadenista, que lo postulan, Yunes Landa, entró recinto del Ople, en medio de empujones, el mediodía de este lunes.
Después de entregar la documentación, emitió un mensaje en los mismo términos que el escuchado en el WTC de Boca del Río, el día de su registro como candidato del PRI, ante la presencia de Javier Duarte de Ochoa.
Yunes Landa habló de “volver a poner de pie a Veracruz”, y de “hacer que Veracruz renazca, que crezca, que vuelva a ser generosa, y de que se convierta en referente nacional”.
Mientras hablaba y hablaba, Amadeo Flores Espinoza, del PRI, Juan Eduardo Robles Castellanos, del PVEM, Alberto Meza Abud, del AVE, y Jesús Medellín Muñoz, en la primera línea de los asistentes, seguían estoicos el repetido discurso.
“Hay quien apuesta al odio, nosotros a la concordia; hay quien apuesta al olvido, nosotros a la memoria; hay quien apuesta al insulto, nosotros a la educación y al respeto. Hay quien apuesta a la venganza, nosotros a la justicia”, dijo.
Marta Montoya Barradas, Noemí Guzmán Lagunes, y Erika Ayala Ríos, atrincheradas en una esquina, aplaudían como si se trata de un requisito para justificar su presencia.
En su discurso, Yunes Landa también habló de que “la corrupción es un mal que aqueja terriblemente a los veracruzanos”, y volvió a lanzar el reto a sus contrincantes de ofrecer su declaración patrimonial y la de sus familias: “digan lo que tienen, lo que tiene su familia, y explíquennos cómo lo han obtenido”.
Manuel Cavazos Lerma, con su distintivo sombrero, asentía con un movimiento de cabeza, cada línea del discurso.
En otra parte de su intervención, Yunes Landa hizo énfasis en que Veracruz debe tener al timón, a “alguien decente, con valores, que hayan hecho de civismo y lealtad su norma de vida”.
Dijo que Veracruz no merece ser gobernado por “pendencieros, impresentables, por quienes no puedan cuidar a nuestras hijas y a nuestros hijos.”
Tras el discurso, vinieron las fotos y los abrazos. Los jaloneos y codazos entre los militantes de diferentes partidos generaron zipizapes que llevaron a Cirilo Rincón Aguilar hasta el piso. Marco Antonio Aguilar Yunes intentó levantarlo, pero como los empujones seguían, casi cae él también.
Por fin, otros asistentes se apiadaron de Cirilo Rincón y lo levantaron. El hombre se toca la espalda, casi a la altura de la cintura. Parece que resultó lastimado. Aguilar Yunes, maniobró y logró sujetarse de otras personas para mantener el equilibrio, su risa de nervios, se mantuvo por unos minutos, y luego regresó a su intención de retratarse con el candidato.
Y así, por varios minutos, mientras unos logran tomarse la foto con el candidato, otros patinan en el piso del Ople que quedó hecho un cochinero.
Al final, cuando la turba partidista había abandonado el recinto, una empleada de limpieza miró el suelo, y resignada, con una escoba y un recogedor, se dispuso a limpiar lo que ensució la gente del candidato limpio.