Xalapa, Ver. La retención de recursos de los Servicios de Salud de Veracruz hacia la atención y prevención del VIH-SIDA ha agudizado el problema en los últimos años.

Patricia Ponce Jiménez, del Grupo Multisectorial detalló en entrevista que hay 10 millones de pesos pendientes de liberar para ampliar los Capacits en Coatzacoalcos, Poza Rica, Río Blanco y Xalapa, que son insuficientes para los enfermos.

Indicó que hay recursos que desde el 2013 no se han entregado y esto deviene en problemas como el desabasto de condones, sustitutos de leche materna, pruebas rápidas, medicamentos, inmobiliario, insumo, capacitaciones y nuevas contrataciones.

En el marco del Foro recordó que al Congreso del Estado se le solicitó en 2014 que autorizara 82 millones de pesos para cubrir esas necesidades, que se refieren a la atención solamente, no así a la prevención, para la cual no se está destinando ni un peso.

“No dieron ni la mitad. ¿Esto qué hace? Que no tengamos nuevos centros de atención, habíamos solicitado un nuevo Capacits para Pánuco, para la Cuenca y otro para San Andrés Tuxtla porque los centros quedan demasiado lejos”, indicó.

La falta de esos centros provoca, señaló, que las personas enfermas no puedan ir mes a mes por sus medicamentos a falta de recursos y por ello Veracruz siga ocupando el primer lugar en mortalidad por el virus.

Aseveró que actualmente se atiende en todo el estado a alrededor de 8 mil personas, de las cuales el 60 por ciento desarrollaron el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida.

Las mujeres representan el 21 por ciento de la epidemia, que se presenta en su mayoría en las zonas indígenas, que tienen que ver básicamente con la migración y falta de información.

Ponce Jiménez vaticinó que este año podría ser incluso más complicado por el problema financiero de la entidad, dado que las acciones de prevención están prácticamente suspendidas, entre ellas las pruebas rápidas, que detectarían el mal a tiempo.

En relación a nuevos casos, en 2015 se presentaron alrededor de mil 500; la entidad sigue en tercer lugar en casos de SIDA y en segundo en los de VIH.

Enfatizó que la política pública para atender el problema es muy limitada y se agrava para las mujeres, que abandonan más rápido los tratamientos, y mueren más que los hombres.