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Javier Duarte, el peor gobernador de Veracruz: académicos
El gobierno de Javier Duarte de Ochoa es un rosario de malas noticias. En su administración, las finanzas públicas han alcanzado un boquete de 81 mil 727 millones de pesos. La entidad es considerada uno de los lugares más peligrosos para ejercer el periodismo. Hechos de violencia han lastimado a cientos de familias veracruzanas. El servicio de la salud cayó en franco deterioro. Y, la pobreza se incrementó en 492 mil nuevos pobres.
En el contexto del V informe de gobierno, E-consulta Veracruz habló con cuatro investigadores de la Universidad Veracruzana: sociólogos, historiadores, economistas. Todos coinciden. Javier Duarte de Ochoa podría ganar el título del peor gobernador que ha tenido Veracruz desde que el estado se conformó en 1824.
Finanzas públicas, la deudomanía
Hilario Barcelata Chávez, fundador del Observatorio de las Finanzas de la UV, define la gestión financiera de Duarte con una palabra: caótica.
A decir del especialista, Duarte de Ochoa ha cometido tres errores principales: continúo el gasto público excesivo, hubo nulo combate a la corrupción, y cayó en el sobreendeudamiento.
“Recurrió de manera casi irracional a resolver el problema de la escasez de recursos con deuda. Desde el momento que asumió funciones como gobernador todo ha sido deuda, deuda, deuda".
La última vez que el gobernador envió una iniciativa al Congreso de Veracruz para estar en posibilidades de solicitar un nuevo crédito fue en octubre de este año. En esa iniciativa, pidió autorización al poder legislativo para utilizar el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS), el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas y el Impuesto a la Nómina para pagar deuda.
“Hay una deudomanía. Es decir, si hay deuda pues se pide prestado para pagarla, y si hay más deuda, pues se pide prestado otra vez para pagarla, y si hay que hacer obra pública, pues se pide prestado para hacer obra pública”.
El experto en finanzas públicas de la UV considera que lugar del endeudamiento reiterado, Duarte de Ochoa pudo emprender políticas de reducción del gasto público e incentivar la recaudación, pero no lo hizo.
“Tenemos un gobierno obeso que gasta demasiado en servicios personales y en servicios generales”.
Por ejemplo, hay dependencias como la Sedecop que destinan 45 millones de pesos en servicios generales al año, cuando tienen un presupuesto de egresos de 150 millones de pesos.
Otra debilidad del gobierno de duarte de Ochoa es que no se preocupó por combatir la corrupción.
“Un gobierno que permite que exista corrupción, es un gobierno que no hace bien su trabajo”.
En este punto, la falla administrativa consiste en no implementar los instrumentos necesarios para detectar a quien se está llevando el dinero en su casa.
“Esa es una prueba más de que este gobierno es ineficiente en el manejo de recursos públicos”.
Creció la desigualdad y se profundizó la crisis de DDHH
En la administración de Javier Duarte de Ochoa, el número de pobres aumentó a 4 millones 643 mil personas, cifra que representa el 58 por ciento de la población total.
De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), tan solo del 2012 al 2014 el número de personas en pobreza creció en 492 mil personas.
Para Alberto Olvera Rivera, investigador del Instituto de Investigaciones Histórica Sociales no hay duda: “nos enfrentamos por diversas razones y causas al que probablemente sea recordado como el peor gobierno de Veracruz en la historia”.
“Hay un nulo crecimiento económico que ha profundizado la desigualdad, y aumentado la pobreza en Veracruz. Junto con esto, una seria crisis de derechos humanos, que se manifiesta en agresiones a periodistas, un ambiente crispado, y una delincuencia que si bien, logró ser relativamente controlada, sigue existiendo en la entidad”.
Cifras de la Procuraduría General de la República indican que del año 2000 a la fecha Veracruz registra 16 periodistas asesinados, cuatro desaparecidos, y más de 70 agresiones.
Olvera Rivera considera que esto puede explicarse, entre otras cosas, porque durante la gestión de Javier Duarte se ha promovido un ambiente político de crispación, de confrontación, de falta de respeto por los partidos de oposición por los actores de la sociedad civil, por la crítica.
“El ambiente de autoritarismo político se ha establecido como noma en la entidad, y se ha manifestado en la violencia que han sufrido periodistas y activistas de la entidad”.
Durante la administración de Duarte de Ochoa, los veracruzanos han vivido, dice Alberto Olvera, “una fase de discrecionalidad absoluta en el ejercicio del poder”, por tanto, “una falta de respeto a las reglas más elementales de la convivencia colectiva, y en ese sentido en un deterioro de la moralidad pública y de paz pública”.
Lo más grave de todo esto, dice, es que esta situación gravísima no podrá ser revertida a corto plazo, y muy posiblemente tome una generación revertir estos resultados, sobre todo tomando en cuenta la profundidad de la crisis de las finanzas públicas.
Fracasa política de seguridad; violencia a la alza
En la gestión de Duarte de Ochoa, Veracruz pasó de registrar mil 467 homicidios en 2010, a registrar mil 724 en 2013. De tener 17 secuestros al inicio de la administración, a tener más de cien, en un año, según las cifras del consejo Nacional de Seguridad.
Pero además, se multiplicó el hallazgo de fosas clandestinas, el número de detenciones arbitrarias, de ejecuciones extrajudiciales, de abusos de los mandos policiacos en los retenes y operativos de seguridad.
Hay indicios claros de que los elementos de seguridad del estado han aplicado la ejecución de personas presuntamente vinculadas a la delincuencia, en lugar de detenerlos y presentarlos ante la justicia.
Por todo esto, Víctor Manuel Andrade, investigador del Instituto de Investigaciones histórico sociales de la UV, considera que el gobierno de Duarte de Ochoa ha fracasado en su estrategia de seguridad.
“Tenemos un severo retroceso en las condiciones de convivencia pacífica y de convivencia con los ciudadanos. Además, debemos agregar abusos cometidos por ejército en retenes policiacos y en los operativos que implementan”.
El sociólogo experto en el estudio de la seguridad, comentó que el incremento en el número de efectivos, de armamento, y de equipamiento para los cuerpos policiacos del estado, sólo han funcionado como un mecanismo de atemorización hacia la población, pero no han significado mayor seguridad.
“Hay una estrategia equivocada para combatir la violencia y particularmente la generada por el crimen organizado”.
Recordó que hay municipios como Orizaba y Zongolica en donde la población ha tenido que organizarse, crear sus autodefensas y sus policías comunitarias, para hacer frente al incremento desmedido de la delincuencia organizada.
Gobierno de Javier Duarte, ajeno al interés social
Leopoldo Alafita Méndez, historiador por la Universidad Veracruzana (UV) advierte que el desinterés del gobierno de Javier Duarte por el bienestar de sus gobernados, obedece a una lógica global. Y lo explica así:
“Antes La función de los gobernantes era muy clara, el más grande de todos los propósitos era proteger a la población de la entidad gobernada, después de esto, veía el impulso al sistema educativo serviría para formar nuevos ciudadanos”.
Sin embargo, bajo la nueva lógica global que privilegia los intereses de la Iniciativa Privada por encima del bienestar social de las mayorías, los estados han debido cambiar sus prioridades.
“Ahora los gobierno prevalecen ajenos al interés social, y se enfocan en entregarlos recursos naturales, del suelo y subsuelo, a los interés del capital”.
Para el investigador, esta lógica global explicaría porque durante el gobierno de Duarte de Ochoa, se “retiran los dineros de la salud, de la educación, de la universidad y los invierte en organismos electorales, en policía, en campañas políticas y en la promoción de negocios”.
“Este es el panorama, y yo digo, que no es de un gobierno sino de toda una política y entonces, resolver el problema no es solo tener la esperanza de que se termine la administración actual”.