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18 millones, en riesgo de pobreza; Colmex: profesionistas, al límite

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Apenas 40% de la población de 25 a 64 años tiene bachillerato, lo que impacta en la obtención de un buen empleo, señala estudio de la OCDE

CLAUDIA SOLERA Y LAURA TORIBIO

CIUDAD DE MÉXICO. Un análisis de El Colegio de México (Colmex) señala que 18 millones de mexicanos de clase media están en riesgo de caer en la pobreza.

En esta población vulnerable hay profesionistas e informales, dice el estudio Evolución de la pobreza y la estratificación social en México 2012-2014, de Araceli Damián y Julio Boltvinik.

El mercado laboral de los profesionistas es limitado; muchos tienen sus necesidades cubiertas pero viven muy cerca de la línea de pobreza, dice Damián. Para el investigador Carlos Javier Adame, habrá más pobres porque los datos oficiales contradicen el discurso de que vamos bien.

Otro estudio de la OCDE  refiere que México es el segundo país del organismo con el mayor número de adultos sin bachillerato; sólo 40% de la población de 25 a 64 años lo cursó, lo que dificulta obtener un buen empleo.

AL BORDE DE LA POBREZA

Hasta 18 millones de mexicanos de clase media viven en riesgo de caer en la pobreza, y entre esta población vulnerable no sólo se encuentran quienes pertenecen al sector informal, también se incluye a profesionistas, de acuerdo con cifras derivadas del estudio Evolución de la pobreza y la estratificación social en México 2012-2014, hecho por el Colegio de México.

El mercado laboral de los profesionistas está muy limitado; muchos de ellos tienen sus necesidades satisfechas, pero viven muy cerca de la línea de la pobreza”, afirma Araceli Damián, investigadora del Colmex a Excélsior, quien de la mano de Julio Boltvinik, realizó ese estudio.

Una de las grandes conclusiones que los investigadores expusieron al final de su reporte fue que “resulta claro que la impresionante acumulación de años de escolaridad no está acompañada con mejorías en el mercado de trabajo”.

Desde el mes de julio pasado varios indicadores han encendido las alarmas y han demostrado que la clase media mexicana va a la baja. Primero, El Colegio de México advertía que había disminuido en 1.8 por ciento, y después el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) anunciaba que había dos millones de nuevos pobres.

Yo veo una situación bien riesgosa para el país, porque hay un discurso que pretende decir que todo está bien, que la economía funciona, que vamos enfilados hacia un camino de bienestar, pero yo creo que los datos oficiales contradicen esta conclusión. Más bien, las previsiones argumentan que la economía no crezca lo suficiente y que el ingreso de todas las familias continúe disminuyendo y, por lo tanto, la situación de la clase media verá afectada su calidad de vida y su bienestar. A mí me parece que el número de pobres va a continuar aumentado”, concluye Carlos Javier Adame, de la Facultad de Economía de la UNAM.

Las cifras que llevan a Javier Adame a predecir un panorama negro se basan en la disminución de hasta 19% en sus ingresos de 2006 a la fecha, en los deciles de la población del 5 al 9, a los que pertenece en su mayoría la clase media.

¿Se imagina cómo se siente una persona que regresa a una situación de pobreza, que antes podía ir al cine, comprar un libro, salir a comer a un restaurante y ahora ya no?”, reflexiona Adame.

En México, a diferencia de los países desarrollados, los rostros de la pobreza son los mismos trabajadores, los profesionistas, quienes tienen un salario insuficiente para escapar de ella.

Es clave entender que la pobreza mexicana están entre los mismos trabajadores, porque en los países desarrollados con amplias clases medias, sólo alguien con un infortunio, como el desempleo o una enfermedad incapacitante, cae en la pobreza”, comenta Rogelio Gómez Hermosillo, consultor del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y excoordinador nacional del programa Oportunidades en el sexenio de Vicente Fox.

La verdadera clase media para los indicadores internacionales, según Gómez Hermosillo, sería un estrato socioeconómico sin carencias o que esté muy lejos de las filas de la pobreza.

Sin embargo, a 18 millones de mexicanos los podría conducir a la pobreza un factor cotidiano por sus bajos ingresos, “una leve alza de precios en la canasta básica, cualquier modificación de su ingreso o el nacimiento de un hijo”, explica el consultor, quien también coordina un movimiento contra las malas políticas económicas llamado Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

El salario mínimo en dólares de México es el peor posicionado en América Latina, según los datos del la Organización Mundial del Trabajo, y sólo supera los ingresos de Cuba y Nicaragua.

Alguien tendría que explicarnos por qué el salario mínimo perdió 72% de su poder adquisitivo entre 1978 y 1994 y desde entonces no se ha movido. Tenemos salarios mínimos de hambre que generan pobreza”, advierte Gómez Hermosillo.

CONEVAL: 100 MIL SUPERARON LA MISERIA

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informó que 100 mil mexicanos superaron la pobreza extrema en 2014.

La Presidencia de la República destaca que de acuerdo con la Medición de la Pobreza en México del Coneval, en 20 entidades federativas hay menos personas en esa condición, de las cuales Guerrero tuvo una baja de 22.7 por ciento.

En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que se conmemoró ayer 17 de octubre, el gobierno federal refrendó su compromiso de respaldar “con decisión a quienes viven en condiciones de mayor pobreza.”

En esta ocasión la efeméride con el “Construir un futuro sostenible: unirnos para poner fin a la pobreza y la discriminación”, tiene un significado especial, ya que tras la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los países se comprometieron a “acabar con la pobreza en todas su formas y dimensiones”.

Por otra parte, en casi 25 años, el acceso a la seguridad social sigue siendo la carencia que más padece la población mexicana, además de que el ingreso económico es casi el mismo en términos reales.

Coneval informó que en casi un cuarto de siglo ha habido avances en el acceso a servicios de salud y mejores condiciones de las viviendas, pero el acceso a la seguridad social no ha mejorado.

Otra situación que ha impedido disminuir la pobreza es que el ingreso real de los mexicanos entre 1992 y 2014 “es prácticamente el mismo”.

Por lo tanto, dentro de la medición de pobreza, el ingreso de las familias ha sido el elemento que más ha influido en que la pobreza no se reduzca en el largo plazo”, concluye el Coneval.

-Con información de Lilian Hernández y Notimex

PERDIÓ EL AUTOMÓVIL, EL DEPA Y HASTA LA FE

Por poco más de una década, Edith Campos probó las mieles de la clase media. Se mudó al centro de la ciudad, si se enfermaba sólo abría la billetera para pagar una consulta privada; varias veces al mes se sentaba frente a la pantalla de un cine con palomitas y refresco; comía en restaurantes, recorría los centros comerciales y, aun con todos esos gastos, le sobraba dinero para irse de tragos con sus amigos los fines de semana.

Aquel peldaño socioeconómico que Edith había subido luego de estudiar la licenciatura en Mercadotecnia y la especialidad en Publicidad se derrumbó hace tres años. Desde de que ella salió con su carta de renuncia por la puerta de la última oficina en la que trabajó como coordinadora de marca, la pobreza no ha hecho más que perseguirla sin que hasta la fecha haya encontrado un camino para escapar de ésta.

No sólo es que te falte esa parte económica para poder adquirir las cosas, sino es la parte emocional de sentirte que ya no eres útil para la sociedad o creer que hay algo malo en ti y que por eso eres incapaz de encontrar algún trabajo. Emocionalmente daña tu autoestima, te deprime”, confiesa Edith, quien en varios momentos de la entrevista intenta convencerse de que el problema económico por el que atraviesa es su culpa y nada tiene que ver con la mala situación del país.

En este periodo en el que ninguna empresa la ha vuelto a contratar ha acudido hasta con especialistas para tratar de hallarle algún sentido a la “mala suerte”.

Y es que la pobreza la sorprendió en su vida como si fuera un cáncer que, al paso de los meses, iba carcomiendo cada uno de los bienes materiales que había conseguido durante 10 años de trabajo.

Primero renunció al contrato de alquiler del departamento que rentaba con amigos. “Perdí el lugar donde vivía en la colonia Escandón, y me tuve que regresar con mis papás, porque a veces sí lograba juntar el dinero para la renta, pero entonces ya no me quedaba dinero libre para comer el resto del mes”, explica.

Luego le tocó vender el coche. Al principio estampó el símbolo de pesos en los vidrios del copiloto, porque tenía la idea de con ese dinero pagaría un enganche y sacaría un auto a crédito de la agencia para después meterlo a trabajar a Uber.

Creo que esa ha sido la salida de muchas personas, el poder generar dinero con Uber, pero me di cuenta de que a través de esa vía no iba a salir de pobre”, reflexiona.

A esa conclusión llegó cuando se informó en la agencia de autos sobre la deuda que podría adquirir,  incluyendo el sueldo de un chofer, más gasolina, etc. Entonces, el cheque de 50 mil pesos que le dieron a cambio de su vehículo, poco a poco ha ido desapareciendo y las deudas en las tarjetas de crédito aumentando.

En este tiempo Edith ha aprendido a poner uñas; con su finiquito se fue a Taxco a conseguir plata  para después ofrecer los artículos entre sus vecinos; ha vendido bolsas y ropa americanas y hasta ha tomando cursos de reiki para cobrar por terapias.

Literalmente ha probado casi de todo, pero sin retorno a una acomodada clase media. Hay semanas en las que logra reunir unos mil pesos, pero hay otras que se ha ido con las manos vacías.

En este momento mis papás me están apoyando con la comida y con la casa. Lo poco que gano es para pagar las deudas, para transporte y para cuando tengo que comer en la calle”.

Edith ha llegado a un punto en el que el costo por imprimir un currículum es un gasto que incomoda a su economía, pero ninguna de las rutas que ha emprendido para salir de la pobreza parecen funcionar.

Y este cáncer parece que también le ha arrebatado hasta su círculo social.

De cierta manera, también perdí a mis amigos, ¿sabes?, ya no me es fácil desplazarme desde el norte de la ciudad a donde vivía antes, entonces ya no los frecuento mucho, y mi círculo social ha cambiado, ya no son mis roomies o la gente con la que estudié, en el lugar en donde vivo ahora, la mayoría de los jóvenes no pisaron la universidad y el punto de reunión es en la esquina de la unidad”.

“NECESITO UN SALARIO FIJO CON PRESTACIONES”

Ni el ser un experimentado camarógrafo que pudo recorrer prácticamente todo México le permitió a Toño escapar de la mala racha económica del país.

Así que en menos de un año, retornó a la  situación que vivía hace  17 años , antes de encontrar un empleo estable. Pero esta vez ya con una esposa y una hija de 11 años.

Hoy, a sus 50 años, de nuevo ha tenido que ajustar su presupuesto para cubrir necesidades tan básicas como la alimentación. Desde hace un año, cuando perdió su trabajo, no puede darse el simple gusto al ir al cine, comer fuera de casa o  comprarse ropa nueva.

Es frustrante, como decepcionante, porque de repente me doy cuenta que regreso a como estaba hace 17 años, cuando comencé a andar tocando puertas, pero ahora ya mucho más grande cuando la situación es más complicada”, cuenta.

En los últimos 365 días, junto a su familia, Toño ha visto cómo su calidad  de vida ha ido en picada, un fenómeno cada vez más común entre la llamada clase media.

La estabilidad que logró en los últimos años gracias a su trabajo se desmoronó en un abrir y cerrar de ojos. 

Obvio: ya no compras ropa, ya no sales, ya no haces los gastos que hacías, ahora es para comer y para pasar el día, ya no es posible hacer los mismos gastos que antes definitivamente,  porque antes, por ejemplo, podía salir con mi familia cada ocho días a comer o a divertirnos a cualquier lugar,  pero en esta situación ya no podemos darnos el  lujo de hacerlo más”, explica.

Algunos trabajos eventuales y la liquidación que le dieron al despedirlo en  2014 han podido mantenerlo a flote para cubrir sus necesidades elementales,  pero incluso para eso, el dinero ya está escaseando.

Ahora hasta el hecho de tener que pagar la entrada al museo para que su hija cumpla con una tarea escolar le representa un esfuerzo que antes ni siquiera le preocupaba.

Antes no había preocupación porque tenía un salario, tenía prestaciones, podía cubrir esos gastos sin problemas ni reparaba, por decirlo de alguna manera, en eso,   y ahora incluso  es un sacrificio grande,  por eso es que necesito ya encontrar un salario fijo con prestaciones”, dice

Pero por más y más que ha tocado puertas, Toño lleva ya un año desempleado y la desesperación le está llegando.

El problema es que ahora ha cambiado mucho la situación laboral y todo se está acabando; yo no sé qué va a pasar porque no hay nada y lo que se llega a encontrar es con un salario muy pero muy bajo y sin prestaciones, porque hoy en día la mano de obra es muy barata.

Ya  me está llegando la desesperación, porque con la liquidación ahí va uno medio llevándola, pero se está acabando y eso ya con la reducción de gastos que he tenido que estar haciendo”, detalla

A Toño le preocupa, además, el hecho de que en seguridad social está completamente desprotegido, y una enfermedad podría terminar por llevarlo a la pobreza.

Yo sé que en este momento estoy en ese trámite: o me establezco o me nivelo o de plano me caigo, pero la verdad es que no sé qué es lo que va a pasar”, confiesa.

EN MÉXICO SÓLO 40% TIENE EL BACHILLERATO

El promedio en los países de la OCDE es de 75% en la población de 25 a 64 años

México es el segundo país de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) con el mayor número de adultos que no terminaron el bachillerato, lo cual muestra el bajo nivel educativo que tiene nuestra nación comparada con otros países y que a su vez perjudica en la obtención de un buen empleo, de un mejor estado de salud y un mayor compromiso cívico.

El estudio ¿Cómo va la vida? 2015, elaborado por el organismo internacional, revela que después de Turquía, México ocupa el lugar más alto de adultos sin bachillerato, ya que apenas 40% de la población de 25 a 64 años cuenta con el certificado de dicho nivel académico.

Mientras el promedio de los países de la OCDE indica que 75% de la población en ese rango de edad concluyó la educación media superior, en México esa cifra desciende a 40%, es decir, que está abajo casi el doble de puntos porcentuales que el promedio de las naciones del organismo internacional.

Eso quiere decir que sólo 4 de cada 10 adultos mayores de 25 y menores de 64 años de edad concluyó el bachillerato, mientras que seis no lograron terminar los estudios de ese nivel académico.

Lo anterior es más grave cuando la OCDE muestra que en países como Polonia, Estonia, República Eslovaca, República Checa y Federación de Rusia sólo 10% de la población en esas edades no tiene certificado de bachillerato.

En toda la OCDE, poco más de tres cuartos de la población de 25 a 64 años terminaron la educación media superior. La proporción aumenta a 90% o más en Polonia, Estonia, República Eslovaca, República Checa y Federación de Rusia. Por otro lado, menos de 60% de las personas en esas edades terminaron la educación media superior en Italia, Chile, España, Portugal, México y Turquía”, explica el estudio que mide el bienestar de cada nación.

Si en nuestro país seis de cada 10 mexicanos menores de 64 años y mayores de 25 no concluyeron el bachillerato, la OCDE advierte que ello perjudica en la calidad del nivel de vida, porque se complica la obtención de un buen empleo.

Una educación adecuada es más que un pasaporte al empleo”, concluye el análisis, añadiendo que “los niveles altos de educación también se relacionan con una mejor salud y un mayor compromiso cívico”.

Esa situación también ocasiona que el país tenga menos posibilidades de un desarrollo económico y dificulta la disminución de pobreza, porque el nivel educativo merma las posibilidades de crecimiento.

Este logro educativo, de tener por lo menos la educación media superior, es mejor entre los adultos de 25 a 34 años de edad, ya que en México casi 50% cuenta con ese certificado, pero el promedio de la OCDE en ese mismo rango de edad es de 80%.

Caso contrario ocurre con los de 55 a 64 años de edad, pues en nuestro país, menos de 30% concluyó la educación media superior, es decir, que siete de cada 10 adultos mayores de 55 años no logró terminar el bachillerato, lo cual perjudica tanto en su salud como en su nivel de ingreso económico.

- Lilian Hernández/Excélsior http://ow.ly/TxDv7