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Celebra Peña actitud "rebelde" y "contestataria" de los jóvenes
Rosa Elvira Vargas
La juventud debe “retar los estatus”. Su actitud rebelde, contestataria, retadora y desafiante es la semilla del cambio y la transformación, aunque los adultos “deseamos siempre, a veces, que se amolden a las normas y principios que tenemos. Pero nada más equivocado que ello”, aseguró el presidente Enrique Peña Nieto.
Ayer, en ceremonia realizada en Palacio Nacional, el mandatario entregó el Premio Nacional de la Juventud 2015. Hizo a un lado el texto escrito para la ocasión y casi al inicio refirió cómo uno de los ganadores le regaló una Biblia y le pidió leerla, no hacer caso a críticas y encontrar en ese libro “una razón para siempre servir”.
Sin embargo, a contrapelo de la exaltación del mandatario a la natural rebeldía de la juventud, el Estado Mayor Presidencial decomisó todo objeto de papel –libretas, libros, hojas– que llevara cualquier invitado a la ceremonia.
No hubo explicación oficial sobre esa medida, pero no es la primera ocasión que cuando se trata de auditorios donde la mayoría son muchachos se adopta la misma decisión.
Para el mandatario, lo que ha permitido a las sociedades cambiar y evolucionar ha sido la actitud “revolucionaria, contestataria y desafiante” de la juventud.
Él mismo admitió pertenecer a un sector mayor de edad, donde se rechaza el comportamiento inconforme de los jóvenes cuando es éste, “en el tiempo, lo que ha permitido la evolución”.
Y añadió: “lo que realmente se siembra en cada época y en cada era, esta constante de cambio y de mejora en una sociedad, es precisamente el impulso que le imprime nuestra juventud, a partir de esta actitud revolucionaria, contestataria, desafiante y de transformación”.
Esta fue la edición número 40 del premio. Se otorga en las categorías de logro académico, expresiones artísticas y artes populares, compromiso social, fortalecimiento de la cultura indígena y protección del medio ambiente.
Ayer se anunció la puesta en marcha de un programa piloto creado por el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos y el Instituto Mexicano de la Juventud para la participación de integrantes de este sector de la sociedad en programas de alfabetización y, de manera específica, para atender a los 30 millones de mexicanos –la cuarta parte de la población– en rezago educativo.
Luego de escuchar los discursos del titular del Imjuve, José Manuel Romero; la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, y del joven ganador Tito Quiroz, que apoyaron las reformas estructurales impulsadas por el jefe del Ejecutivo federal y le solicitaron apoyar los proyectos juveniles, Peña Nieto les pidió soñar de forma intensa y creer en esos anhelos, porque eso aumenta “la probabilidad de que realmente éstos se materialicen’’.
Con la misma retórica de aliento a las ilusiones juveniles, el mandatario continuó: “de alguien escuché alguna vez una leyenda azteca de El Gran Flechador Ilhuicamina, que soñaba con que sus flechas pudieran alcanzar los cielos y flechar una estrella. Y todos los días trataba, se esmeraba y se esforzaba porque sus flechas llegaran realmente a alcanzar una estrella. Y lo que ocurrió es que ninguna de sus flechas logró ese objetivo. Pero lo que sí fue cierto es que nunca nadie, como Ilhuicamina, logró hacer llegar sus flechas tan lejos como él’’.
Por eso instó a la juventud a tener objetivos, propósitos, anhelos y a “retar los estatus”.
Peña Nieto habló de los diferentes programas, reformas y políticas públicas para apoyar a la población de menor edad. Destacó la reforma educativa. “Podrá haber resistencias, pero ésta va”, insistió, porque además de ser mandato constitucional es una aspiración de los padres de familia para asegurar a sus hijos no un “futuro de frustración y de limitaciones, sino de realización plena”.
Con información de La Jornada http://bit.ly/1IJVmfG