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Víctima de trata pide denunciar giros negros y abusos
Veracruz, Ver.- Fueron 43 mil 300 hombres los que abusaron sexualmente de ella durante cuatro años, desde que tenía 12, Carla Jacinto se convirtió en una víctima de trata de personas, amenazarla, maltratarla psicológicamente y golpearla eran las formas en cómo sus captores la mantenían sometida.
Ella era hija de una madre que laboraba prácticamente todo el día, pero que también la maltrataba físicamente, lo mismo que sus hermanos, un día conoció a quien se convertiría en su captor, ese joven que le ofreció un dulce, y que en una enamoró a esa niña de 12 años al grado que logró convencerla de dejar de lado su casa.
Durante tres meses Carla se sintió la mujer más feliz del mundo, pensó que iba a tener una casa, una familia perfecta al lado del hombre que la sacó de su casa materna, hasta que él un día le dijo que tenía que trabajar.
Incrédula, ella se dio cuenta de a poco, cómo se iría convirtiendo en un eslabón de la cadena de trata de personas que afecta a todo el país, con sólo 12 años la trasladaron hasta Guadalajara, donde una de sus compañeras, “La Morena”, le enseñó cómo usar un condón y en qué consistía su labor.
“La primera vez fue lo más horrible, doce años, uno tras otro paso por mi cuerpo sin respetar absolutamente nada de mí, imagínese a su hijo en esa posición, a los niños los visten de niñas para trabajarlos, incluso a los bebés, para ellos no hay edad”, explicó.
Carla sufrió un aborto al poco tiempo, provocado por sus captores, al expulsar los cuágulos se dio cuenta que eran dos y que el feto ya estaba formado; después volvió a embarazarse, desde el primer hasta el octavo mes la obligaron a trabajar, cuando la niña nació, se la quitaron.
Un año después le devolvieron a su pequeña hija, la bebé llevaba la mejilla quemada, como parte de las amenazas que habían proferido en contra de ella, si intentaba algo matarían a su pequeña.
Fue hasta que un señor, que se hizo pasar como cliente y se ofreció pagarle solo para charlar, e insistió por meses hasta que ella aceptó, como el mundo comenzó a cambiar para Carla, en su primera oportunidad para escapar lo hizo.
“No es bonito que te digan que eres una puta, no estas a gusto, cuantas chavas están ahí por gusto, creo que no, cuando vemos a alguien así qué hacemos, solo nos quedamos callados, las vemos de arriba para abajo, nadie hace nada, tenemos una venda en los ojos”, afirmó.
Durante una ponencia que ella impartió en Boca del Río como parte de las acciones que se realizan en contra de la trata de personas en México, invitó a la ciudadanía a denunciar los giros negros y a evitar el sufrimiento de muchos hombres mujeres y niños, que son víctimas de explotación laboral y sexual.