La lectura es un punto flaco de la sociedad mexicana y poco se hace realmente por crear lectores, como lo demuestra el hecho de que la mayoría de las 7,388 bibliotecas públicas de México carece de infraestructura, mantenimiento, presupuesto, mobiliario y equipo, y muchas son saqueadas por la delincuencia.

Las razones del abandono son varias: desinterés, falta de recursos y carencia de una verdadera cultura de la lectura en las altas esferas del poder.

El diputado Danner González Rodríguez cuenta que las bibliotecas públicas tienen vidrios rotos, paredes sin pintar, fallas en las tuberías, filtraciones de agua, libros dañados por polvo y, en algunos casos, como en las rurales, hasta carecen de servicios sanitarios.

Ante este catastrófico escenario,  presentó en la Comisión Permanente un punto de acuerdo para que el Ejecutivo,  en el paquete económico de 2016, incluya una partida especial destinada a las bibliotecas, a fin de que a la brevedad se les equipe, mantenga y actualice.

Para muestra un botón: en Jalisco se han perdido 61,000 libros en la última década de las redes de bibliotecas de la Secretaría de Cultura y de la Universidad de Guadalajara.

De acuerdo con el Atlas Escolar y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en promedio en la capital del país hay 18 escuelas por cada cantina, y tres cantinas por biblioteca.

En Zacatecas sólo 127 de las 236 bibliotecas públicas que conforman la Red Estatal han sido favorecidas con el Programa de Acceso a Servicios Digitales. Además, 25% de los textos del acervo total con el que cuenta la entidad es obsoleto y deberá desecharse por desgastado, viejo o en mal estado.

En la ciudad de Veracruz, de las ocho bibliotecas que hay, al menos cinco de ellas se encuentran olvidadas y con carencias de libros y de equipo de cómputo.